Los ataques de pánico

Los ataques de pánico consiste en la aparición repentina, habitualmente en menos de 10 minutos, de una sensación incontrolable de malestar o aprensión intensos, miedo o terror, con frecuencia asociada a una idea de catástrofe inminente (sensación de muerte, de estar volviéndose loco o de estar perdiendo el control), junto con una urgente necesidad de huir de la situación. El episodio se acompaña de diferentes manifestaciones clínicas y suele desaparecer solo, en minutos o, más raramente, en horas. Entre 1 y 3 personas de cada 100 presentarán algún ataque de pánico a lo largo de su vida.

Causas


Sus causas se desconocen aunque se ha demostrado un componente genético importante. Parece que está implicada una libración exagerada de catecolaminas (sustancias que favorecen el nerviosismo, el temblor, la taquicardia y la agitación) ante determinados estímulos


Síntomas

Un ataque de pánico consiste en la aparición de un episodio diferenciado de miedo o angustia que evoluciona en menos de 10 minutos y en el que aparecen de forma brusca 4 o más de los siguientes síntomas:

 Los ataques de pánico
  • Palpitaciones, sacudidas del corazón o aumento de la frecuencia cardiaca.
  • Sudoración.
  • Temblores o sacudidas.
  • Sensación de ahogo o falta de aliento.
  • Sensación de atragantamiento.
  • Opresión o malestar en el pecho.
  • Náuseas o molestias abdominales.
  • Inestabilidad, mareo o desmayo.
  • Desrealización (sensación de irrealidad) o despersonalización (sentirse separado de uno mismo).
  • Miedo a perder el control o volverse loco.
  • Miedo a morir.
  • Parestesias (sensación de entumecimiento u hormigueo) en extremidades o alrededor de la boca.
  • Escalofríos o sofocos.

Estos síntomas suelen desaparecer tras aproximadamente una hora de evolución.

Se han propuesto criterios diagnósticos para las crisis de angustia en función de las circunstancias en que aparecen y el modo de inicio:

  • Crisis espontáneas o inesperadas. Aparecen sin asociarse con ningún desencadenante inmediato. Son las que definirán la existencia de un trastorno de angustia (o trastorno de pánico).
  • Crisis desencadenadas por determinadas situaciones. Aparecen de forma invariable inmediatamente después de la exposición o anticipación a un estimulo o desencadenante ambiental. Son características de los trastornos fóbicos. El inicio de estas crisis suele ser progresivo en función de la aproximación y/o premonición del estimulo fóbico. Ceden rápidamente o no llegan a aparecer cuando las conductas de evitación tienen éxito.
  • Crisis predispuestas por situaciones. Aparecen durante la exposición a un desencadenante ambiental, aunque no se asocian siempre con dicha situación, ni cuando aparecen lo hacen inmediatamente después del afrontamiento. Estas crisis serian características de la agorafobia.

Factores de riesgo

Los síntomas del trastorno de pánico suelen comenzar al final de la adolescencia o a principios de la adultez y afectan a las mujeres más que a los hombres.

Los factores que aumentan el riesgo de padecer ataques o trastorno de pánico comprenden los siguientes:

  • Antecedentes familiares de ataques de pánico o trastorno de pánico
  • Factores de estrés importante en la vida, como la muerte o una enfermedad grave de un ser querido
  • Un suceso traumático, como una agresión sexual o un accidente grave
  • Cambios importantes en la vida, como un divorcio o la incorporación de un bebé a la familia
  • El consumo de tabaco o cafeína en exceso
  • Antecedentes de maltrato físico o abuso sexual en la niñez

Complicaciones

Si no se tratan, los ataques y el trastorno de pánico pueden afectar casi todas las áreas de tu vida. Es posible que tengas tanto miedo de tener más ataques de pánico que vivas en un estado constante de miedo, lo que arruina la calidad de vida.

Los ataques de pánico pueden provocar o estar relacionados con las siguientes complicaciones:

  • Manifestación de fobias específicas, como miedo a conducir o salir de tu casa
  • Atención médica frecuente por preocupaciones de salud y otras enfermedades
  • Rechazo de situaciones sociales
  • Problemas en la casa y en la escuela
  • Depresión, trastorno de ansiedad y otros trastornos psiquiátricos
  • Riesgo elevado de suicidio o pensamientos suicidas
  • Consumo inadecuado de alcohol u otras sustancias
  • Problemas económicos

Para algunas personas, el trastorno de pánico puede comprender la agorafobia, que consiste en evitar los lugares o situaciones que provocan ansiedad por miedo a no ser capaz de escapar u obtener ayuda si sufres un ataque de pánico. O puedes volverte dependiente de otras personas para que te acompañen si sales de tu casa.

Diagnóstico

El médico de atención primaria determinará si tienes ataques de pánico, trastorno de pánico u otro trastorno, como problemas de corazón o tiroides, con síntomas que parecen ataques de pánico.

Para determinar un diagnóstico, es posible que debas hacer lo siguiente:

  • Un examen físico completo
  • Análisis de sangre para verificar la tiroides y otras enfermedades posibles y análisis del corazón, como un electrocardiograma (ECG o EKG)
  • Una evaluación psicológica para hablar de tus síntomas, temores o preocupaciones, situaciones estresantes, problemas en tus relaciones, situaciones que puedes estar evitando y antecedentes familiares

Puedes llenar una autoevaluación o un cuestionario psicológico. Es posible que te pregunten acerca del consumo de alcohol u otras sustancias.

Criterios para el diagnóstico del trastorno de pánico

No todas las personas que sufren ataques de pánico tienen un trastorno de pánico. Para el diagnóstico del trastorno de pánico enumera los siguientes puntos:

  • Tienes ataques de pánico frecuentes inesperados.
  • Después de al menos uno de los ataques, hubo un período de un mes o más de preocupación continua por la posibilidad de sufrir otro ataque; sentiste miedo constante de las consecuencias de un ataque, como perder el control, padecer un ataque cardíaco o «volverte loco», o cambiaste tu comportamiento de manera significativa, por ejemplo, evitar situaciones que crees que pueden desencadenar un ataque de pánico.
  • Tus ataques de pánico no se deben al consumo de medicamentos u otras sustancias, a una enfermedad ni a otro trastorno relacionado con la salud mental, como fobia social o trastorno obsesivo compulsivo.

Si sufres ataques de pánico, pero no te han diagnosticado trastorno de pánico, todavía puedes beneficiarte con un tratamiento. Si los ataques de pánico no se tratan, pueden empeorar y convertirse en un trastorno de pánico o fobias.

Tratamiento

La psicoterapia

se considera una primera opción de tratamiento efectivo para los ataques de pánico y los trastornos de pánico. La psicoterapia puede ayudarte a comprender los ataques de pánico y trastornos de pánico, y puede servir para que aprendas a controlarlos.

La terapia cognitiva conductual es una forma de psicoterapia que puede ayudarte a comprender, a través de tu propia experiencia, que los síntomas de pánico no son peligrosos. Tu terapeuta te ayudará a recrear poco a poco los síntomas de un ataque de pánico de una manera repetitiva y segura. Una vez que las sensaciones físicas de pánico ya no se perciben como amenazantes, los ataques comienzan a resolverse. Un tratamiento exitoso también puede ayudarte a superar los miedos a situaciones que has evitado debido a los ataques de pánico.

Medicamentos

Los medicamentos pueden ayudar a disminuir los síntomas de los ataques de pánico, así como los de la depresión si es un problema para ti. Varios tipos de medicamentos han demostrado ser efectivos para el control de los síntomas de los ataques de pánico, entre ellos los siguientes:

 Los ataques de pánico
  • Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Los antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, que generalmente son seguros y conllevan un bajo riesgo de efectos secundarios graves, se suelen recomendar como la primera opción de medicamentos para tratar los ataques de pánico.
  • inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina (IRSN). Estos medicamentos son otra clase de antidepresivos. El IRSN venlafaxina (Effexor XR) cuenta con la aprobación de FDA para el tratamiento del trastorno de pánico.
  • Benzodiazepinas. Estos sedantes son depresores del sistema nervioso central. Las benzodiazepinas aprobadas por la FDA para el tratamiento del trastorno de pánico incluyen el alprazolam (Xanax) y el clonazepam (Klonopin). Las benzodiazepinas se utilizan, por lo general, únicamente a corto plazo, dado que pueden crear adicción y causar dependencia física o mental. Estos medicamentos no son una buena opción si has tenido problemas con el consumo de alcohol o de drogas. Además, pueden interactuar con otros medicamentos y causar efectos secundarios peligrosos.