La Aliurofobia: Si bien los gatos suelen tener fama de ser algo egoístas e interesados, especialmente cuando hay alimento por medio, un estudio científico ha comprobado que aman a los humanos más de lo que solíamos pensar.

Pero independientemente de que nos gusten más o menos los gatos, algunas personas experimentan un temor irracional hacia estos animales, un miedo que les provoca una gran ansiedad y que hace que intenten evitar su presencia a toda costa. 

La Aliurofobia

Este trastorno se conoce como aliurofobia o fobia a los gatos.

Una fobia es un miedo extremo, irracional y persistente hacia un objeto en concreto, actividad o situación. Pertenece al grupo de los trastornos de ansiedad, en el que la exposición al estímulo temido puede causar diferentes síntomas como nerviosismo, ansiedad, sudoración, temblores, palpitaciones cardíacas, falta de aliento, etc. La fobia hacia los gatos es totalmente irracional, y aunque un gato no represente un peligro real para estas personas, su sola presencia puede desencadenar esta fuerte reacción involuntaria.

El miedo a los gatos que se puede llegar a padecer (es del que nos ocupamos en este artículo) es persistente, del que sale de dentro de nosotros, sin saber por qué, y que lo podemos sentir, no sólo cuando están cerca o los vemos de lejos, sino incluso viendo fotos o vídeos. Esto último puede ser muy común, ya que los gatos son muy fotografiados y hoy en día con las redes sociales e internet es muy frecuente encontrarnos muchas imágenes y vídeos de gatos.

La ailurofobia es un tipo de fobia que normalmente la gente que la padece la suele esconder, porque les suele dar vergüenza, o tienen miedo de sufrir alguna sintomatología si ven o se les cruza un gato. Añade a eso que en la actualidad el gato se está introduciendo en las casas como un gran animal de compañía, ya que dado el ritmo de vida tan acelerado que se suele llevar al ser animales más independientes se puede disfrutar de su compañía sin tener tanta dependencia de tiempo de nosotros.

 Origen 

  • Se puede dar el caso de personas que nunca se han relacionado con animales, y en este caso concreto con gatos. Luego estamos ante una raíz que proviene del miedo a lo desconocido. De personas que prefieren no acercarse a los gatos, porque al no conocer su comportamiento tienen miedo a los gatos, algunos incluso pueden llegar a despreciarlos o en casos más leves simplemente se alejan si ven uno.
  • Otro caso ante el que nos podemos encontrar sería el de la antigua creencia de pensar que los gatos dan mala suerte. Pero desde aquí queremos dejar bien claro que esto no tiene ningún fundamento científico, luego no tiene ningún sentido. Pensar que un gato negro pueda traer mala suerte son simplemente historias sin fundamento. Esto hace que incluso en algunas culturas desfasadas la gente los sacrifique, algo realmente increiblemente atroz. Y aunque nos suene a la edad media, hoy en día no es sorprendente ver también como muchas personas cruzan de acera si ven que se les acerca un gato negro.
  • El último origen y es el que realmente nos preocupa a nuestras psicólogas, son las personas que le tienen un auténtico terror a los gatos, aquellos que sufren de una grave ailurofobia o miedo a los gatos. Esto llega a afectarles en su vida, en su día a día, y llevan aparejados graves síntomas como ataques desmesurados de pánicos o taquicardias, que más adelante pasaremos a explicar con más detenimiento.

Síntomas

Reacciones emocionales

  • Aversión y asco hacia los gatos.
  • El miedo puede hacer que evite visitar a amigos o familiares que dispongan de este animal.
  • El temor es intenso y, a menudo, capaz de bloquear a las personas
  • Es común también que sientan rabia al percibir que los demás no entienden su angustia y su miedo.

Reacciones cognitivas (pensamientos)

  • Incapacidad de pensar en otra cosa cuando tienen un gato delante. Solo pueden focalizarse en el animal.
  • Los pensamientos pueden volverse paranoicos al imaginarse mil situaciones cotidianas en las que puede aparecer un gato. Andar por la calle o entrar a ciertas casas es algo angustiante.
  • En ocasiones, basta con escuchar un maullido desde la calle para pensar que pueden entrar a por ellos.

Síntomas fisiológicos

  • Taquicardias, mareos, sudoración…
  • Dolor en el pecho, sensación de ahogo.
  • Dolor de estómago.
  • Los ataques de pánico son también una reacción que puede aparecer con el miedo a los gatos.

Tratamiento

El tratamiento indicado para la ailurofobia consiste en una combinación de psicoterapias y medicación. La terapia de exposición es una terapia eficaz para este tipo de fobias; el terapeuta guía a la persona a través de exposiciones regulares que involucran la aparición de gatos (en imaginación o de forma presencial, dependiendo de la intensidad de las reacciones emocionales del paciente).

El terapeuta va a valorar la intensidad del miedo y el objetivo va a ser enseñar a la persona a relajarse y controlar su respiración mientras se enfrenta al estímulo temido, en este caso los gatos. A medida que la persona se habitúa a la presencia de los animales, con el tiempo termina controlando los síntomas de ansiedad.

La Aliurofobia

Otra forma de abordar la ailurofobia es la reestructuración cognitiva, una técnica empleada en psicoterapia cognitivo-conductual. El objetivo de este procedimiento terapéutico es modificar los pensamientos y las creencias irracionales que llevan a la persona a comportarse como lo hace.

El terapeuta, a través del diálogo socrático y la confrontación, ayuda al paciente a reemplazar los pensamientos negativos por otros más realistas y positivos (p. ej. desmentir la creencia falsa de que los gatos negros dan mala suerte).

Por último, los medicamentos pueden utilizarse en los casos más graves, cuando la persona que sufre ailurofobia presenta ataques de pánico y reacciones extremas de ansiedad que le incapacitan en su día a día. Normalmente se usan fármacos antidepresivos y ansiolíticos. En el siguiente artículo encontrarás el tratamiento farmacológico para los ataques de pánico.