Buscando el príncipe azul: ¿Cuántas veces nos encontramos con estas situaciones que nos “regala” la vida?

Las mujeres tenemos en nuestro imaginario un hombre que nos quiera perdidamente y que, enamorado, nos lleve a vivir a un bello palacio que, en su versión moderna, sería un pent house en la costa azul.

principe azul

Lo mas importante es que esa vida idílica se alimenta de muchas novelas, historias de tv culebrones y fantasías de revistas del corazón.

¿Quién de nosotros no se ha querido levantar de la sala de espera del salón de belleza o del consultorio médico hasta terminar de leer la noticia de la separación de la reina de…con… el príncipe tal o cuál?

sin duda esto tiene su desarrollo en la más tierna infancia. en otras palabras es allí donde se alojan estas fantasías que se suman a la expectativa de los adultos con respecto al futuro de esa niña.

¿Qué tipo de educación promueve a las hijas mujeres al camino exitoso en la búsqueda de un príncipe azul?

  1. Aquella que se orienta a los logros obtenidos. por Ejemplo la chica diez en todo.
  2. La educación estructurada que no tolera la frustración
  3. La idea de fracaso asociada al porvenir económico.
  4. Sin duda El aprendizaje como una carrera que se impulsa por los resultados obtenidos.
  5. Falta de conocimiento acerca de la dimensión espiritual y/o social.
  6. Rechazo a la pobreza y a todo lo que ella representa.
  7. Vanidad excesiva que se fomenta con la frase. “mi hija es la mejor de la clase…del colegio…de las compañeras etc.
  8. Alto grado de competitividad y a cualquier precio (trampas para ganar o salir primera.)
  9. “Los segundones siempre están detrás del primero, por lo tanto no sirven»
  10. Frustraciones de los adultos que se transfieren a los hijos.

Hay madres que enfatizan la educación de sus hijas mujeres en el agrado excesivo hacia los otros. por otro lado, no pasa lo mismo con los varones a los cuales se los prepara para desafiar un poco más las estructuras sociales.

La necesidad permanente de destacarse del resto puede transformar a una niña en una caza-fortunas.

El exceso de fantasía; de una vida de ficción y el impulso por los logros y resultados obtenidos en consecuencia hacen que niñas y niños se tornen sobre adaptados y extremadamente competitivos frente a otros niños.

La libertad asociada al dinero como único mecanismo de “hago lo que quiero” recorre un gran aspecto de la vida de estos niños que se recrudece en la adolescencia.

Como adultos debemos educar en la aceptación de nuestra realidad; y junto a ellos poder también poner la vida al servicio de los otros redescubriendo valores y afectos más sinceros y sencillos que nos permitirán acercarnos al amor verdadero; sin prejuicios y sobre todo sin creer que nos merecemos más de lo que somos.