Un vello encarnado es un vello afeitado o quitado con una pinza que vuelve a crecer debajo de la piel. Puede causar inflamación, dolor y pequeños bultos en la zona en la que se quitó el vello.

El vello encarnado sucede con frecuencia a causa de la extracción de vello. Predomina más en los hombres afroamericanos que se afeitan el vello de la cara. Sin embargo, puede afectar a cualquier persona que se afeite o se depile con pinza o con cera para extraer vello.

Generalmente, un vello encarnado mejora sin tratamiento. Puedes evitar tener vellos encarnados si no te quitas el vello. Si esa no es una opción, puedes utilizar métodos para quitar el vello que disminuyan el riesgo de tener vellos encarnados

Síntomas

Los vellos encarnados aparecen principalmente en la zona de la barba, incluidos el mentón y las mejillas y, especialmente, el cuello. Pueden aparecer en el cuero cabelludo en el caso de las personas que se rasuran la cabeza. Otras áreas frecuentes en las que aparece vello encarnado son las axilas, la zona púbica y las piernas.

Los signos y síntomas incluyen los siguientes:

  • Protuberancias pequeñas, sólidas y redondeadas (pápulas)
  • Lesiones pequeñas, llenas de pus, que parecen ampollas (pústulas)
  • Oscurecimiento de la piel (hiperpigmentación)
  • Dolor
  • Picazón
  • Vellos incrustados

Causas

Los factores que más inciden en la formación de los vellos encarnados son la estructura del vello y la forma del folículo. Es más frecuente que un vello se encarne si es rizado y si el folículo piloso presenta curvatura. Esta configuración hace que el vello vuelva a entrar en la piel cuando es cortado.

Es muy habitual que los vellos se encarnen cuando la piel está tensa durante la depilación o afeitado. Dicha tensión lleva a que el vello se retraiga hacia la piel, una vez que es cortado. Posterior a esto, comienza a crecer hacia el interior.

La depilación con pinzas también es causa frecuente. Al halar el vello es fácil que una parte de este quede debajo de la capa exterior de la piel y continúe creciendo de forma anómala. Esto es más frecuente cuando el vello tiene rizos muy ceñidos.

Los vellos enquistados fácilmente dan lugar a infecciones, pues causan picor y ocasionan rascado. Este termina infectando el área. También pueden generar cicatrices permanentes o producir un cambio en el pigmento de la piel.

Datos de interés

Para prevenir la formación de vellos enquistados, se recomiendan las siguientes medidas:

  • No afeitarse o depilarse, sino más bien cortar el vello con tijeras o realizarse una depilación láser.
  • Emplear una afeitadora eléctrica y no cortarse el vello a ras.
  • Si se opta por rasurarse, se debe emplear una cuchilla con buen filo.
  • Aplicar espuma para afeitar o depilar.
  • No estirar la piel antes de afeitarse, rasurarse o depilarse.
  • Rasurar en dirección al vello.
  • Aplicar una higiene extrema durante la depilación.
  • Exfoliar la piel con frecuencia.
  • Aplicar crema hidratante después de la depilación o rasurado.
  • No utilizar ropa ajustada.
Vello encarnado

La mayor parte de las veces, los vellos enquistados obedecen a un problema benigno. Sin embargo, no por ello dejan de ser molestos y antiestéticos. Además, si no se tratan de forma adecuada, pueden conducir a una infección. Por eso, ante cualquier señal de complicación, se debe buscar apoyo del médico o dermatólogo.

Remedios caseros

Compresas de manzanilla

En muchos casos, los pelos enquistados derivan en un grano inflamado y rojizo que puede llegar a ser bastante doloroso, y ante ello es fundamental no reventarlo ni apretarlo con los dedos, pues la infección podría agravarse. Lo mejor es que recurras a alguno de los remedios caseros que te mostramos a continuación para reducir la inflamación, aliviar las molestias y favorecer que ese vello encarnado salga a la superficie.

Entre los remedios caseros para los pelos enquistados más eficaces, se encuentra la aplicación de compresas de manzanilla o malva en la zona afectada. Estas plantas medicinales son poderosos antiinflamatorios y antibacterianos naturales, por lo que además de bajar la hinchazón, evitarán una posible infección grave y ayudarán a que la piel se recupere de forma más rápida.

Tan solo tienes que preparar una infusión de manzanilla o de malva y, cuando aún esté tibia, empapar una gasa en ella y colocarla sobre el área en la que tengas el vello encarnado. Deja que repose durante unos 10 minutos para notar el alivio. Es importante que las compresas estén calientes cuando las apliques en la piel, ya que de esta forma favoreces la dilatación de los poros y el tratamiento penetrará muchísimo mejor.

Aplicación de vinagre de manzana

El vinagre de manzana es un gran producto para tratar determinadas afecciones cutáneas y renovar la piel cuando se encuentra dañada. Contiene ácido málico que le confiere propiedades antibacterianas muy potentes, disminuyendo así el riesgo de infección, y además desobstruye los poros y mejora la circulación sanguínea de la zona.

Para emplear el vinagre de manzana contra los pelos enquistados, lo mejor es que primero diluyas una cucharada del mismo en una cucharada de agua y que empapes un disco de algodón con esta mezcla. Coloca el algodón justo sobre la zona irritada y deja actuar durante unos 10 minutos. Finalmente, enjuaga con agua tibia y repite el tratamiento unas dos veces al día.

Mascarilla de aspirina

Las mascarillas elaboradas con aspirina están especialmente recomendadas para tratar el acné de la piel y eliminar impurezas como las espinillas. No obstante, también puede servirte, y mucho, para conseguir que ese vello encarnado salga a la superficie más rápidamente y tu piel quede otra vez lisa y perfecta, pues tiene propiedades exfoliantes y reduce el enrojecimiento y la hinchazón.

Para preparar la mascarilla, necesitarás 2 aspirinas y un poco de agua. Primero, machaca las pastillas hasta que se conviertan un un polvo muy fino. Luego, agrégalas a un recipiente, añade 3 gotas de agua y remueve. Aplica la pasta resultante sobre el área afectada y deja reposar durante unos 15 minutos. Pasado este tiempo, retira la mascarilla con agua tibia.