Primera Cita: No duden, queridas, que siempre podrán encontrar un fantástico arruinador de relaciones a la vuelta de cualquier esquina, y generalmente sin buscarlo.

Ese suele ser el principal problema.

primera cita

Tal vez, cuando la ingeniería genética esté mucho más avanzada, los científicos del futuro descubran un cromosoma o algún bichito de esos que sería el que tanto impulso nos da para serruchar la rama en la que estamos sentados.

El tiempo lo dirá.

Mientras, echemos una piadosa mirada sobre uno de los ejemplares más mortíferos para cualquier relación amorosa: el que la voltea antes que comience realmente.

Es como un abortista de romances empedernido, tan destructivo como autodestructivo, que no tolera la idea de que algo salga bien y va a cargárselo antes que se concrete ya que no está dispuesto a ser responsable por la felicidad de nadie, y menos por la suya propia… ¿Entendido?

Ejemplos:

Veamos algunos ejemplos de sus “Modus operandi” preferidos, así las queridas lectoras podrán saber cuándo se han topado con uno.

Igualmente, lean esto o no, el ejemplar estará lejos ya cuando haya hecho lo suyo, porque huyó o porque su víctima (nuestra lectora, por ejemplo) emprendió una veloz retirada con muy justa causa.

En resumen: se han topado ustedes con un consumado arruinador de primeras citas si:

  • primera cita que propone es ir al cine, y te lleva a ver algo llamado más o menos así: «Los Superhéroes del pasado mañana contra la invasión de los mariachis caníbales de Júpiter”.
  • En la primera charla a solas, mientras comen o beben algo, aparece el tema de las mascotas. Luego de que dices lo tuyo, él hace alguna de estas afirmaciones.
  • Van a comer en la primera cita, y le dejas elegir a él. Terminan en el restaurante de comida étnica-thai-macrobiótica-integral-crudista-vegano extremo que se llama “HOILAOPEIPÓ”, que en taiwanés del siglo XV significa: “Suicidio asistido”. La especialidad de la casa es la espuma molecular de algas japonesas gratinada con leche de pepinos agrios.
  • Una variante del punto anterior: te lleva a un restaurante llamado “El matadero sanguinolento”
    donde cada comensal elige un ternero de 15 días de vida que será sacrificado en su presencia para extraer el bistec solicitado,
    garantizando así la frescura del producto, que es el lema de la casa.
  • En la charla de la primera cita, y hablando de lo que le gusta a cada uno, sueltas el tema de la literatura.

    Te presentas como una lectora voraz desde muy pequeña, le hablas de una docena de autores que te apasionan y de cuanto amas la lectura. A su turno, él te informa que el primer libro que leyó fue “Platero y yo”, en el colegio primario. También fue el último.

    Cree que Truman Capote es una marca de ropa para lluvia y que Cien años de soledad es el nombre de una discoteca para gente sin pareja.
  • En la primera salida juntos deciden ir al cine pero tú eliges la película. Van a ver una comedia romántica, obviamente, y él disimula muy mal su disgusto. Pero no objeta nada. Llegan, se instalan y comienza la función.
    A los 15 minutos, una especie de rugido ronco y atronador tapa por completo el audio de la peli,
    y hace que todos los asistentes miren hacia donde tú estás, reclamando silencio con voces y gestos airados.
    Es que él se ha quedado dormido y ronca como una manada de rinocerontes asmáticos. Un hilo de baba le cuelga de la boca abierta y le empapa su camisa.
  • Luego de mucho coqueteo, de citas con ese instructor de tenis de tu club que te tenía loca. Es un consumado atleta casi exageradamente bello (O eso te parece; hace años que nadie te gusta tanto) y con un encanto irresistible (Lo mismo de recién; es lo que ves).

    Sentiste que hasta ese momento tenían mucha conexión, pero no podías pasar de una amable aunque fría relación profesor-alumna.

    Y eso te desespera porque te apuntaste en sus clases solo para tenerlo cerca, ya que a ti el tenis jamás te importó en lo más mínimo, y una raqueta solo te parecía útil para escurrir los fideos.

    Hasta que un bendito día se produjo el milagro.

    Te invita a una primera cita a cenar y, (ya instalados en un buen restaurante, y luego de ordenar la comida) te cuenta, entre otras cosas,
    que: Tu revés le parece inmejorable, porque no lo ha podido mejorar ni a palos.

    Que está por irse de gira por toda Europa como coach de una tenista muy promisoria pero más conocida por mostrarse desnuda en las Redes sociales.

    Y que le preocupan sus escasos avances en el grupo de autoayuda para infieles seriales adictos al sexo sado masoquista al que concurre desde hace ya 3 años, sin notar ningún avance.

Esta ha sido nuestra nota de servicio de hoy, estimadas lectoras, y esperamos que les sea de su agrado y sobre todo de mucha ayuda.

Porque si se llegan a topar con ejemplares como estos la van a necesitar.

¡Que tengan mucha suerte en su primera cita!