En muchas oportunidades hemos escuchado a nuestros abuelos indicar la expresión “se me subió el muerto”. Sin embargo su nombre científico es parálisis del sueño, y como toda patología tan antigua también tiene sus creencias de origen paranormal. Síguenos leyendo.

Parálisis del sueño: ¿Qué es?

La parálisis del sueño (conocida popularmente con la expresión “se me subió el muerto”) es un trastorno del sueño sorprendentemente común que se produce durante la transición entre el sueño y la vigilia, ya sea en los momentos previos a conciliar el sueño o al momento de despertar.

Quien la sufre, despierta bruscamente teniendo plena consciencia de sus pensamientos pero manteniéndose paralizado físicamente. Aunque puede abrir los ojos, no es capaz de emitir sonido ni mover músculo alguno, lo cual le genera una considerable sensación de angustia y de temor.

La persona suele padecer alucinaciones auditivas y visuales que, generalmente, coinciden en una intensa sensación de presencia y de movimiento en torno a su cuerpo indolente.

Historia

La parálisis del sueño ha estado con nosotros desde tiempos inmemoriales. Y por su naturaleza, en las épocas más oscuras de la humanidad en las que la ciencia todavía no arrojaba luz a ciertas cuestiones clínicas.  Parece ser una fuente de leyendas o contacto con lo paranormal, lo que daría pie a múltiples interpretaciones divinas o, al contrario, siniestras.

Por otro lado, se sabe que la primera descripción científica que data es la un médico holandés llamado Isbrand van Diemerbroek, en 1674. En ese momento este fenómeno, adopto el nombre de «incubus». Una palabra recogida de la mitología popular europea de la Edad Media . Que sirve para referirse a un momento en el que un demonio se posa sobre una mujer dormida para tener relaciones sexuales con ella.

Afortunadamente, los tiempos han cambiado y hoy en día la ciencia comprende la parálisis del sueño, como un trastorno neurológico más que como un fenómeno paranormal.

Parálisis del sueño: ¿Por qué ocurre?

Este trastorno se debe a una intrusión anormal de un estado de REM, durante un estado de vigilia: Es decir, literalmente estás despierto, pero parte de tu cerebro sigue sumido en el sueño.

¿Qué se debe realizar si nos ocurre?

Lo que se puede hacer durante esta parálisis es primero detectar los síntomas antes mencionados. Posteriormente, concentrarse en el movimiento del cuerpo, ya que los dedos de manos y pies sí se pueden mover y esto obligará a despertar completamente. Mover con rapidez los ojos ya que éstos tampoco se verán afectados, y concentrarse en la respiración, ya que la respiración controlada es una técnica relajante.

Causas

Parálisis del sueño

La parálisis del sueño es muy común. Muchas personas han tenido por lo menos un episodio durante su vida.

No se conoce a cabalidad la causa exacta de la parálisis del sueño. Las investigaciones muestran que algunas de las siguientes situaciones, están relacionadas con esta parálisis:

  • No dormir lo suficiente
  • No tener un horario regular para dormir, como quienes trabajan por turnos
  • Estrés mental
  • Dormir boca arriba

¿Cómo disminuir la parálisis del sueño?

Se pueden disminuir las probabilidades de experimentar parálisis del sueño teniendo hábitos del sueño saludables:

  • Manteniendo una rutina regular de sueño.
  • Evitando el uso de estimulantes, especialmente el alcohol.
  • Haciendo ejercicio frecuentemente. Sin querer hemos encontrado un beneficio más de hacer ejercicio: «Evitar que se nos suba el muerto»
  • Llevando una dieta saludable y evitar comer abundantemente por las noches. Regresando al punto anterior, otra ventaja de llevar una dieta saludable nos aleja de las visitas mortecinas.
  • Reduciendo los niveles de estrés y ansiedad.

Creencias religiosas

Dependiendo de la cultura a la que pertenecen cada una d las personas, se podría decir que la parálisis del sueño, se le puede atribuir a íncubos o espíritus. Los musulmanes, por ejemplo, lo achacan a unas entidades demoníacas llamadas jinns.

Corren rumores de que el creador de Freddy Krueger, Wes Craven, se basó en hechos reales. Por tanto, frases de su personaje mítico como “you’ve got the body, I’ve got the brain”, no eran del todo casuales.

En concreto, pudo inspirarse en el síndrome de muerte súbita y nocturna (SUNDS, en sus siglas en inglés) que a finales de los setenta afectó en EEUU a más de un centenar de refugiados hmong, originarios de Laos.

Entre los seres sobrenaturales que recogen las creencias populares de los hmong se encuentra el espíritu maligno y aprisionador dab tsog, a quien se le atribuye las muertes nocturnas.

Por su parte, los filipinos (también propensos a la SUNDS) cargan con esta culpa a una criatura oscura con pelo singular llamada Batibat. Ambos tienen por costumbre sentarse en el pecho de sus víctimas, la mismísima costumbre que el íncubo representado por el pintor alemán Johann Heinrich Füssli en su famoso cuadro “Pesadilla” (1870).

Los síntomas que provocan estos diablillos son sensación de pánico, parálisis total o parcial, presión en el pecho, sensación de que hay una presencia en la habitación y perturbaciones visuales y auditivas

Mitos y leyendas

Desde la antigüedad existen una serie de mitos y leyendas asociadas a este trastorno. Todas ellas relacionadas con una causa sobrenatural. Una de ellas proviene de la prefectura de Iwate, en donde se dice que el Kanashibari se presenta en forma de yûrei y mientras duerme te atrapa, colándose por debajo de las sábanas del futón.

Con su energía sobrenatural paraliza el cuerpo de su víctima, mientras la sujetan fuerte por las piernas o los brazos, tirando de ella en dirección de alguna ventana abierta o algún peligro aparente. Cuando el cuerpo reacciona por fin la victima puede ver como sobre ella, en el techo de la habitación, se encuentra un horrible yûrei.

Otras leyendas dicen que el kanashibari es una posesión de un yôkai como el Inugami, el Kitsune, el Tanuki, o algún otro tipo de tsukimono (ser que puede transformar su apariencia). Incluso puede estar causada por humanos, por lo general sacerdotes o hechiceros. Cuando esto ocurre suele superarse con los sutras budistas de un shugenja, una especie de sacerdote.