Las semillas de chía: ¿Qué son?

Las semillas de chía son un alimento muy potente y una excelente fuente vegetal de ácidos grasos poliinsaturados. Fáciles de integrar en la dieta habitual.

Las semillas de chía: Beneficios

Aporta energía

la chia es rica en vitaminas del grupo b, estas y los minerales que posee aportan suficientes niveles de energía al cuerpo para mantenerse activo

Cuida tus huesos

Con solo 30 gramos de chía obtenemos el 20% de la cantidad de calcio recomendada, un mineral indispensable para mantener la masa y estructura ósea. También aporta boro, que ayuda a metabolizar el calcio.

Depura tu cuerpo y previene la oxidación

Las semillas de chía facilitan que nuestro organismo elimine líquidos y toxinas sobrantes, además de regular la flora intestinal y frenar el proceso de oxidación celular. En definitiva, la chía se encarga de regular muchos procesos y funciones corporales que nos harán sentir sanos tanto por dentro como por fuera.

Ayuda en la diabetes

La chía es un buen complemento en la alimentación de diabéticos, de nuevo por la gran cantidad de fibra que contiene. Ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre en general, pues la fibra captura parte de esos azúcares y los libera lentamente, lo que evita que haya picos de glucosa e insulina en sangre.

Perdida de peso

Dentro de los beneficios de las semillas de chía está el de ayudar en la pérdida de peso. Ello es debido a que llena el estómago y nos produce sensación de saciedad gracias a su gran capacidad de absorber líquidos. Y, como regula los niveles de azúcar en sangre, ayuda a evitar los antojos por los dulces.

Regula el colesterol

La chía posee una buena cantidad de fibras insolubles, es decir, que no se disuelven en el agua, y por esto, cuando se consume puede ayudar a eliminar la grasa presente en la alimentación, siendo eliminada naturalmente por las heces.

Mejorar la salud intestinal

Las semillas de chía

Las semillas de chía aumentan los movimientos intestinales, evitando el estreñimiento, pero para que tengan este efecto se deben consumir las semillas debidamente hidratadas, de lo contrario las semillas pueden perjudicar la función intestinal, aumentando el riesgo de colitis

Reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares

La chía tiene una buena cantidad de omega 3 que actúa en el organismo reduciendo la inflamación, controlando los niveles de colesterol, previniendo la aterosclerosis y protegiendo el cuerpo de enfermedades cardiovasculares y cerebrales, mejorando la memoria y la disposición.

El omega 3 es un nutriente muy importante para las funciones cerebrales, ya que el 60% del cerebro está constituido por grasa, especialmente de Omega 3. La deficiente ingestión de esta grasa está asociada a la mayor pérdida de memoria del anciano y a altos niveles de sentimientos de angustia y depresión.

Evitar el envejecimiento precoz

Las semillas de chía poseen antioxidantes que combaten los radicales libres, evitando el envejecimiento de las células. Los antioxidantes son sustancias que ayudan al organismo a retrasar o a impedir la acción de los radicales libres en las células, evitando daños permanentes que puedan, a lo largo del tiempo, causar el desarrollo de enfermedades como cáncer, cataratas, problemas cardíacos, diabetes e, inclusive, Alzheimer o Parkinson.

Te protegen de los efectos perjudiciales del ambiente

Ahondemos en un punto importante: la chía mejora nuestro sistema inmunológico. Por tanto, nos protege a la hora de afrontar las inclemencias ambientales y las enfermedades. Nos hace más resistente a tener resfriados y gripes. Sin embargo, este es un efecto indirecto producido por el refuerzo del sistema inmune, lo cual significa que no hace que las enfermedades ya existentes desaparezcan o que se esfume el riesgo de padecerlas.

Las semillas de chía: Contraindicaciones

Aunque cueste admitirlo, la respuesta a esta pregunta es afirmativa. Como cualquier otro alimento, las semillas de chía tienen contraindicaciones, aunque lo cierto es que si se conocen bien y no se abusa de ellas, su consumo no tiene por qué comportar nada negativo a nuestro organismo.

Al llevar una gran cantidad de fibras muy asimilables, si se ingiere una gran cantidad de estas semillas, es muy posible que se padezcan problemas intestinales, como inflamación y distensión abdominal. Cierta dificultad para asimilar correctamente sustancias como el hierro o el propio calcio que ella incorpora. Por este motivo tampoco se recomienda a personas que padezcan diverticulosis.

Asimismo y aunque sean unas buenas compañeras en dietas de adelgazamiento, no conviene ingerir demasiadas pues unos 100g de chía equivalen a casi 500 kcal. Algo que, como ya se ha mencionado, no es problema si se incluyen en la alimentación de forma consciente y adecuada. En este caso, menos consumo significa más beneficios: una sola cucharadita al día es más que suficiente para absorber todas sus propiedades.

Las semillas de chía: ¿Cómo prepararlas?

Para poder digerir de forma correcta, fácil y agradable todas las propiedades de la chía, ésta debe molerse con la ayuda de un molinillo de café o de un simple mortero. Si utilizas la primera opción, no le des mucha potencia y tampoco la manipules de forma demasiado prolongada. Con unos breves golpes, será más que suficiente. Una vez la tengas molida, puedes añadirla a tus zumos, a tus batidos y a las preparaciones líquidas calientes o frías que vayas a tomar. No te preocupes porque seguirá adquiriendo una textura gelatinosa con la que podrás espesar tu preparado.

También puedes consumirla entera, sin molerla ni manipularla. Para ello, en cambio, tendrás que ponerla en remojo durante más tiempo y masticarla bien. El tiempo estimado de maceración suele estar entre 1 y 2 horas, aunque puede variar considerablemente si el líquido está caliente. De esta manera, podrás tenerla menos de 15 minutos en remojo. La única precaución que debes tener en cuanto a la temperatura es la siguiente: la chía no debe hervir en el líquido, tanto si la has molido como si no. Recuerda que si esta semilla toma temperaturas muy elevadas, perderá sus propiedades de forma inmediata. Por ello debes almacenarla en el frigorífico.