El poder de la palabra

Dicen que en el mundo hay 3 factores que te dan poder: El dinero, las armas y el territorio. Pero se olvidaron de que, para llegar a tener algo de eso, es fundamental un cuarto factor, uno que nos lleva o nos permite adquirir alguno de los 3 anteriores: El poder de la palabra.

Si lo sabremos los argentinos que nos marcan de habladores, “chamuyeros” en nuestro país. La palabra puede servirnos como condenarnos, hay tantas que no sabemos cuál usar, y un solo error puede ser gravísimo, una palabra que se dice, no tiene retorno.

La palabra puede darte lo que quieras y quitarte todo, cada una de ellas debería de ser pensada antes de decirla, o sus efectos pueden no ser los que deseamos.

El poder de la palabra

El poder de la palabra: Las palabras pueden

 1) Lograr que las personas hagan lo que deseamos:

Son, entre otras cosas, armas de seducción. Todos las utilizamos para eso. Algunos mejor que otros pero todos lo hacemos. De hecho, hay profesiones que las utilizan como su herramienta más preciada, como los redactores publicitarios, abogados, ejecutivos de cuentas etc. Es la profesionalización de “el chamuyo”.

2) Crear sentimientos y emociones:

Quizás este punto es un ida y vuelta. No es necesario que la palabra sea “amor” para causar un cosquilleo en el cuerpo. Un “Hola, ¿todo bien?” de esa persona, puede hacernos querer sentar del mareo. Así como también, una negativa puede hacernos venir abajo por completo. Las palabras tiene el poder de activar nuestros más profundos sentimientos.

3) Impulsarnos o darnos aliento:

Un discurso motivacional es una de las cosas que más impulsa y da coraje a las personas en un momento de necesidad. Es muy común en los deportes, tanto de parte de los fanáticos como del cuerpo técnico. Una serie de frases bien entrelazadas pueden hacer inflar nuestro pecho e ir a buscar eso que nos daba miedo conseguir.

4) Estresarnos:

Como bien dije antes, las palabras lo pueden casi todo, ya la hora de sentir o aplicar presión a alguien, las palabras pueden hacerlo de una forma muy sencilla. Cuando escuchamos cosas como “Vamos a cerrar el proyecto” o “Dependiendo del rendimiento” en situaciones laborales, podemos sentir altísimos niveles de stress, sabiendo que se refieren a algún trabajo que pueda estar en nuestras manos.

5) Hacernos tomar conciencia:

Ya sea parte de una campaña de concientización o una indicación médica, las palabras pueden darnos el suficiente incentivo para cambiar en algunos factores nuestra forma de vida. Un documental como “HOME” que habla sobre el daño que el ser humano le hace a la tierra, o un médico recomendando dejar el alcohol para prevenir graves problemas, pueden ser más que suficientes para que cambiemos nuestro estilo de vida para siempre. 

6) Hacernos pensar:

Muchas frases nos llaman a la reflexión, nos preguntamos si con esas palabras, el autor quiso decir tal o cual cosa. Esos segundos de pensamiento interno que tenemos todos son ocasionados por las palabras correctas en el orden correcto y en un momento determinante, no estamos todo el día con ánimos de pensar sobre un tema, pero cuando las escuchamos, algún ruido nos hace.

7) Las palabras tiene el poder de cambiar a las personas:

Muchos seres humanos reaccionan mejor a lo oral que lo escrito o lo gráfico. Y si a eso le sumamos una frase motivadora y un ser humanos cercano que la diga, probablemente logremos que esa persona cambie la actitud que está teniendo y no la favorece.

Las palabras son el 60% aproximadamente de nuestra comunicación. Si bien comunicamos de muchas formas, las palabras es la forma preferida de la mayoría. Tiene el poder de modificarlo casi todo, y mucho en este mundo comenzó gracias ellas, desde guerras hasta tratados de paz, amores y desencantos, contrataciones y despidos. Están inmersas en todo aspecto de nuestra vida, y es imposible escapar de ellas. Conviene usarlas bien, pensar antes de pronunciarlas, y sobre todo entenderlas.