Muchas veces me he preguntado qué es lo que me produce mayor conexión con otra persona, una palabra, una mirada, un beso, una caricia, un abrazo. Llegue a la conclusión que me siento más conectada con otro a través de un buen abrazo.

Hay un mayor contacto corporal en comparación con otros, como el beso, la caricia, la mirada, que si bien dicen mucho, no llegan a envolver todo tu cuerpo como el abrazo.

Un abrazo

Efectos

En el abrazo uno puede sentir hasta el latir del corazón del otro. Hay un intercambio energético importante en donde es muy difícil fingir. Cuando uno se entrega al abrazo y siente la entrega de la otra persona, te sientes contenido, protegido, cuidado. Como una sensación arcaica de útero, donde nos vemos envueltos en un lugar seguro, cálido y amoroso.

Las palabras  dichas con la boca no tienen el mismo efecto que las palabras tácitas que se dicen en el abrazo.   Al hablar con el cuerpo, se logra transmitir mucho más que con las palabras, el cuerpo dice cosas que tienen más que ver con lo visceral, con las emociones, no con el intelecto racional ,hemisferio izquierdo del cerebro que usamos para hablar, sino con el hemisferio derecho del cerebro, con el sistema límbico, que usamos para decodificar emociones.

Cuando somos nosotras las que brindamos el abrazo, sentimos que estamos dando cariño desde un lugar maternal. Sea a una amiga, a una pareja o a los propios padres e hijos.

Poder abrazar y ser abrazada requiere de entrega emocional, para dar y para recibir, ese fluir energético, que nos vacía y nos llena a la vez.

Un abrazo profundo por ejemplo en la pareja nos abre a una intimidad mayor. Una conexión más espiritual, nos llenamos de la energía del otro y a su vez nosotras energizamos a nuestra pareja. Cuando tocamos con nuestras manos circula energía, mucho más cuando es gran parte del cuerpo que se toca entre sí.

Hay distintos tipos de abrazos y cada uno de ellos dicen otras cosas.

Abrazo de encuentro:

“que alegría verte”, “me gusta compartir contigo” , “sabe que siempre estoy para ti”,  “te tengo presente”.

Abrazo de consuelo:

cuando uno está triste, en duelo, desahuciado, solitario, angustiado,  “no estás solo”, “vas a poder” , “estoy contigo”, “siempre que llovió paró”,  “no es el fin del mundo”, “estoy acá”.

Abrazo de alegría:

“me alegro por ti, “me alegro contigo”, “me haces sentir bien”, “disfruto estar contigo”, “te tengo mucho cariño”.

Abrazo de solidaridad o empatía:

“lo que te pasa a ti también me paso a mí”, “me pongo en tu lugar”, “te comprendo”, “ me sumo a tu causa”, “cuenta conmigo”.

Abrazo de amistad:

“eres mi mejor amiga”, “te quiero mucho”, “me hace feliz compartir contigo”, “somos las mejores compañeras de aventuras”.

Abrazo de madre:

“no temas”, “yo te cuido”, “acá en mis brazos”, “nada malo puede pasar”.“siempre estoy para escucharte”, “cuenta con mi comprensión”.“te amo con toda mi alma”.“eres lo mejor que me paso en la vida”, “eres muy valioso para mi”.

Abrazo de pareja:

“cuanto te extrañé”, “como me haces falta”, “te amo”, “tu amor me llena”, “me siento amada”, “como me gustas”, “que ganas tenía de estar contigo”, “por fin solos”, “siento tu calor”.

En fin, podríamos nombrar infinidad de tipos de abrazos. Seguramente tú puedas encontrar muchos más que yo, y descifrar que me están diciendo con el abrazo o que estoy diciendo yo cuando abrazo.

Como estuvimos viendo, abrazar es muy importante en las relaciones con otros seres humanos. Nos relajan, nos confortan, nos hacen sentir queridos y valiosos, nos animan y nos energizan. Por eso te propongo que en estos días ejercites el abrazo. Si eres de abrazar bastante, entonces focalízate en las sensaciones que te produce el abrazo a diferentes personas o en diferentes circunstancias. Qué transmites tú y qué recibes del otro. Se dadora de abrazos y también los recibirás, déjate abrazar más.

Lo más importante en esta vida es dar amor y recibirlo. En cualquiera de sus formas,  es lo único que nos llevamos cuando partimos y lo único realmente valioso que dejamos.