El cacao Maya (kakaw en maya) era uno de los tantos alimentos sagrados de los mayas al grado de tener un dios para este alimento, Ek Chuah, a quien le encomendaban esta semilla por ser un producto de truque entre las comunidades y ser el ingrediente principal de las bebidas de las altas clases sociales, el chocolate (chukwa).

Contenido alimenticio del cacao

El cacao es un alimento nutricionalmente muy completo ya que contiene aproximadamente 61% de carbohidratos, 30% de materia grasa, 6% de proteínas y 3% de humedad y minerales (fósforo, calcio, hierro), además de aportar vitaminas A y complejo B. La materia grasa del chocolate es la manteca de cacao, que contiene 35% de ácido oleico, 35% de ácido esteárico y 25% de ácido palmítico; el 5% restante está formado por diversos ácidos grasos de cadena corta cuya composición es típica de las diferentes almendras de cacao.

Historia

Los estudios arqueológicos reportan su uso por todo el reino maya, pero es en la ciudad de Colha en Belice donde se reporta el hallazgo más antiguo de cacao hacia 2,600 años atrás.

Fue utilizado en bebidas de distinto sabor según la preparación que van desde lo amargo, mezclado con frutas, de sabor dulce o incluso picante al combinarse con chile.

Diego de Landa, misionero franciscano que documentó crónicas de sus hallazgos por el reino maya a la vez que según «la misión le encargara» ir borrando las huellas de la cultura original, reporta en sus escritos valiosos datos de las costumbres mayas y el uso del cacao y el maíz.

Landa describe que los mayas creaban una bebida hecha de cacao que se combinaba con masa de maíz. Su espuma se consideraba exquisita y de alto privilegio siendo utilizada en rituales y ceremonias de la élite.

La leyenda

De acuerdo con la mitología maya, Kukulkán le dio el cacao a los mayas después de la creación de la humanidad, hecha de maíz (Ixim) por la diosa Xmucané (Bogin 1997, Coe 1996, Montejo 1999, Tedlock 1985). Los mayas celebraban un festival anual en abril, para honrar al dios del cacao, Ek Chuah, un evento que incluía sacrificios de perros y otros animales con marcas pintadas de chocolate; ofrendas de cacao; plumas, incienso e intercambios de regalos.

Los aztecas adaptaron la misma leyenda así: El dios Quetzalcóatl (representado por los mortales como ‘la serpiente emplumada’) bajó de los cielos para transmitir sabiduría a los hombres y les trajo un regalo: la planta del cacao. Al parecer, los otros dioses no le perdonaron que diera a conocer un alimento divino y se vengaron desterrándolo: fue expulsado de sus tierras por el dios Txktlpohk.

Otra versión cuenta que Quetzalcóatl era un dios bondadoso que estaba enfrentado a Tezcatlipoca, el dios cruel; este pudo más que él y lo condenó al destierro. Sea como sea la historia, lo cierto es que antes de marcharse prometió volver por donde sale el sol en el año ce-acatl, según el calendario azteca, lo que luego se asoció con la llegada de Hernán Cortés.

El cacao en los ritos

El cacao era muy estimado dentro del pueblo maya. Algunos dioses eran confeccionados con granos de cacao, mientras que en otros casos se les ofrecía a modo de bebida en las ceremonias, ya sea como ofrenda, o consumido por los participantes o ambas cosas. Los pueblos mayas acostumbraban consumir bebidas elaboradas con cacao durante la celebración de eventos importantes, tales como el nacimiento, el paso hacia la pubertad, los enlaces matrimoniales o los ritos funerarios.

En los matrimonios, los padres de la futura esposa daban de beber chocolate a los papás del futuro esposo y al joven, ya que simbolizaba prosperidad al ser una bebida cara. Cuando se llegaban a un mutuo acuerdo entre ambas partes, se obsequiaban algodón virgen para hilar textiles y cacao.

El cacao era muy preciado en la cultura maya, donde se asociaba con el simbolismo del inframundo por necesitar la sombra del cacahuananche para crecer. La palabra original de cacahuananche sería cacáhuatl (cacao) y nantzin (madre), así, su nombre significa la madre del cacao.

En el pensamiento mesoamericano esto no implica que sea malo por representar lo nocturno, sino al contrario, la noche y el día se complementan, no existe esa dicotomía como en el pensamiento occidental.

Moneda

Los granos de cacao se encontraban entre los productos más valiosos y podían usarse como forma de pago, aunque de un valor algo bajo. Se podrían usar 80-100 frijoles para comprar un manto pequeño o una canoa llena de agua dulce si se viviera en la parte salada de los lagos alrededor de Tenochtitlan.

¿Cómo lo tomaban?

Algunos investigadores consideran que los mayas no tomaban la bebida caliente, sino que la servían a temperatura ambiente. Además, la espuma y cómo se formaba era importante para considerar un buen chocolate.

Fuentes de aquella época describen a mujeres que, al servir el chocolate, levantaban el jarro y dejaban caer el líquido sobre una olla a gran altura, en consecuencia, se producía la oxigenación en la bebida, y por ende, la espuma.

En ese contexto, los mayas tenían algunos utensilios que funcionaban como un molinillo. Por ejemplo, en Chiapas detectaron algunos con tres puntas en forma de V, con ellos hacían la típica frotación, igual que con los molinillos, para producir la espuma.

Receta de Chocolate Caliente

El cacao Maya

Ingredientes

  • 4 tazas de leche
  • 1 tableta de chocolate de taza semi dulce
  • 4 cucharaditas de maicena
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla

Elaboración paso a paso

En una olla a fuego medio pon 3 ½ tazas de leche y el chocolate a cocinar, revolviendo ocasionalmente.

En un bol, pon el resto de la leche y agrega la maicena y revuelve hasta que se haya disuelto completamente. Reserva.

Una vez que el chocolate se haya disuelto, reduce el fuego a medio-bajo y agrega la mezcla de leche y maicena, y continúa cocinando revolviendo constantemente, por unos 7-8 minutos hasta que el chocolate tenga el espesor deseado.

Agrega la vainilla y la sal y revuelve.

Sirve caliente.