La Talasoterapia consiste en utilizar los elementos químicos que se encuentran en el ambiente marino, como agua del mar, algas, barro juntos o por separado con fines terapéuticos. Estos elementos son muy beneficiosos para nuestra salud y nuestro cuerpo cuando saben utilizarse correctamente. Todos los tratamientos se llevan a cabo a una temperatura máxima de 37ºC.

Elementos utilizados

Agua del mar:

Es el elemento base de la talasoterapia. Tiene sustancias similares a las que podemos encontrar en el plasma sanguíneo. El agua del mar es rica en cloruro de sodio, cloruro de magnesio y cloruro de potasio, entre otros. Debido a este paralelismo, el cuerpo absorbe mediante osmosis mejor estas sustancias, ayudando a mejorar nuestra salud.

Algas marinas:

Son ricas en minerales, vitaminas y proteínas, sustancias que nuestro cuerpo necesita. La talasoterapia se utiliza para ayudar a protegerlo de bacterias y virus. También son empleadas para mejorar diferentes órganos del cuerpo, así como las articulaciones.

Lodos del mar:

El fango marino también es rico en minerales, vitaminas y proteínas, lo que hace que sea utilizado en muchos tratamientos corporales. Además, une beneficiosos minerales naturales tanto del agua como de la tierra, como son azufre, magnesio, cobre, hierro y cuarzo.

Arena:

La arena de playa ofrece muchos beneficios para nuestro organismo. Ayuda al sistema circulatorio, reduce el riesgo de sufrir osteoporosis, tonifica, exfolia y tiene propiedades relajantes. Ventajas todas ellas de las que se sirve la talasoterapia.

Plancton:

El plancton no solo está de moda en la gastronomía debido a sus beneficios culinarios, también en tratamientos corporales por su contenido en vitaminas B y E, que evitan la formación de radicales libres. Además, defiende contra picaduras y aporta un plus de nutrición a la piel y glicoproteínas.

Bioclima marino:

La brisa marina pone de relevancia las excelentes propiedades del mar para nuestra salud, ofreciendo una mayor oxigenación de nuestra piel, mejora la eliminación de toxinas, mejora la respiración, fortalece los huesos, elimina impurezas de forma natural, mejora la fuerza muscular, beneficia el corazón y aumenta la movilidad de las articulaciones.

Historia

Existen escritos de Hipócrates que recomienda la utilización del agua del mar como terapia para algunas dolencias.

En Egipto, se utilizaba la talasoterapia, y aparecieron papiros en los que se hablaba del poder del clima y los lodos del Nilo.

En la época Romana tiene su auge la talasoterapia. Al igual que el termalismo, las conocidas termas romanas y el estudio de nuevos tratamientos con aguas minero-medicinales repercuten en el estudio y aplicaciones marinas.

En la época Medieval comienza a decaer su utilización hasta llegar al Siglo XVIII, en el que renace el interés por la hidroterapia y se crean nuevas técnicas de aplicación con agua de mar.

En el Siglo XIX comienza la utilizarse la talasoterapia en el sector turístico, haciendo que esta técnica se conozca más y aumente su demanda, apareciendo las grandes villas de salud, en las que se aplica esta técnica al igual que el termalismo.

Beneficios

Relajación muscular con las olas:

Si pasear nos ayuda a mejorar las articulaciones, parece que nadar, mejora nuestra musculatura, y es que el golpeo de las olas contra nuestro cuerpo actúa a modo de masaje, provocando una relajación muscular.

La cuestión es que al estar dentro del agua nuestro peso disminuye, con lo que podemos mover rodillas y cadera con una carga menor, lo que beneficia la nutrición del cartílago, a la vez que no se le daña si estamos pasados de peso. También tendremos el beneficio provocado por mejorar el retorno venoso y realizar un buen drenaje linfático, todo ello debido a la mayor presión que hay a mayor profundidad. La Talasoterapia también aporta con otras técnicas este tipo de ventajas

La brisa marina mejora nuestra circulación:

Al respirar la brisa marina el ritmo cardíaco se hace más lento y mejora la circulación periférica, aumenta la amplitud de los movimientos respiratorios, mejorando la ventilación pulmonar, aumenta la hemoglobina y hematíes y fijación de oxígeno. El aire marino, además, produce ozono de forma natural con propiedades bactericidas que también previene enfermedades respiratorias.

Relajarse y dormir mejor:

Talasoterapia

La ionización negativa de la brisa marina aumenta los niveles de serotonina, con lo que comienza a disminuir los niveles de ansiedad. Todo ello sumado a que el ejercicio físico que se realiza durante la natación, favorece el enlentecimiento del ritmo cardíaco, una mejor oxigenación de los tejidos y mejora la circulación periférica. Pero es que además, el sol y el calor tienen efectos sedantes, por lo que tras un baño, la fatiga acumulada por el esfuerzo facilita la relajación y la inducción al sueño.

En personas de la tercera edad

Efecto analgésico: las propiedades del agua del mar ayudan a reducir el dolor, por lo que problemas reumáticos, como la artrosis, la osteoporosis, o los efectos de un postoperatorio, pueden verse mitigados en los individuos. Sobre todo de la tercera edad.

Efecto antiinflamatorio: favorece la reducción de la inflamación de músculos y articulaciones, por lo que en casos de artritis, o ante un traumatismo, se puede aplicar con grandes resultados. De este efecto también se benefician las personas con problemas respiratorios, como asma o faringitis.

Relajante muscular: el efecto antiinflamatorio favorece la relajación muscular, lo que a su vez puede ejercer un efecto placentero que reduzca la ansiedad y evite el insomnio del mayor.

Mejora del riego sanguíneo: la temperatura del agua, sus propiedad, y el hidromasaje de las olas del mar, mejoran la circulación sanguínea al dilatar las vasos y favorecer el riego sanguíneo. Este efecto también se refleja en la tensión arterial, ya que ayuda a regularla.

Síntomas de la menopausia: el efecto que el agua marina hace sobre el sistema circulatorio también favorece la reducción de las alteraciones propias de la menopausia como los sofocos y la sudoración. Además, puede ayudar a prevenir la osteoporosis, la sequedad vaginal y la irritabilidad, favoreciendo el descanso.

Prevención de la incapacidad física: el efecto antiinflamatorio, analgésico y relajante pueden evitar que la persona mayor pierda capacidades físicas y movilidad.