Mentir compulsivamente: Es la propensión a mentir y a inventar anécdotas fantásticas de forma sistemática con el fin de adquirir notoriedad. Si bien no es considerada una enfermedad mental. Mentir compulsivamente sí es percibido como un trastorno de la conducta que puede ser la manifestación clínica de otros problemas.

Mitómano

Un sujeto mitómano tiene un trastorno psicológico que le hace mentir y fantasear de forma reiterativa para obtener atención. A diferencia del resto de las personas, en las que el uso de las mentiras obedece a necesidades puntuales y son ocasionales. Un mitómano recurre a ellas sin necesidad alguna y no puede dejar de hacerlo. Por lo tanto, se esfuerza para no ser desenmascarado. Lo que le ocasiona un estrés constante.

Si bien las causas de la mitomanía se desconocen, sí se ha relacionado con traumas infantiles (como castigos por decir mentiras) y una baja autoestima.

Además, el trastorno puede presentarse como parte de otras condiciones mentales. Como el trastorno bipolar, la esquizofrenia o el trastorno límite de personalidad. Asimismo, se puede originar de manera paralela a problemas como el consumo de sustancias ilegales o la ludopatía.

¿Qué sucede en el cerebro mitómano?

Las mentiras pueden brindar cierto grado de placer al mitómano. Saber que cada mentira implica un nivel de riesgo genera una descarga de adrenalina que actúa a nivel cerebral como recompensa y fortalece la respuesta mitómana, cerrando así un círculo vicioso.

Otra teoría apunta a que los mitómanos podrían tener una amígdala menos reactiva ante los comportamientos deshonestos. Investigadores del University College de Londres. Descubrieron que cuando mentimos por primera vez para ganar algo, se produce una gran activación de la amígdala. La cual se encarga de producir sentimientos negativos que nos hacen sentir mal y limitan el alcance de la mentira. Sin embargo, a medida que seguimos mintiendo, esa activación va decreciendo.

Características de un mitómano

Las personas con tendencia a mentir de forma compulsiva suelen tener un comportamiento característico que incluye:

Baja autoestima: de allí su necesidad de ser el centro de atención para compensar su falta de aceptación.

Poca habilidad social: el mitómano solo sabe establecer vínculos desde la mentira, ya que le permite construirse anécdotas e historias a la medida del entorno en el que se encuentra.

Sus historias suelen estar bien argumentadas: esto puede notarse en la riqueza de detalles y en la capacidad para hilar sus anécdotas ficticias sin perder la temporalidad.

El mitómano busca sacar algún provecho o beneficio personal: Generalmente, el objetivo es quedar bien ante los demás o llamar la atención. Pero también podrían existir intereses ocultos, según el caso.

Las historias siempre dejan al mitómano en una situación favorable: esto suele causar admiración y atención.

La mentira se vuelve un hábito sistemático: una vez que se adopta la mentira como una forma de vida, es muy difícil dejarla. Incluso, en muchos casos el mitómano llega a creerse sus propias fantasías.

El mitómano seguirá insistiendo en la mentira, aún siendo descubierto: esto forma parte de la naturaleza de su trastorno.

Alteración ansiosa en el contexto de la mentira: debido a la cantidad de detalles de sus historias y a la posibilidad de ser descubierto. El mitómano puede dar muestras de estar nervioso o alterado, especialmente cuando se le cuestiona sobre la veracidad de sus anécdotas.

Sus historias suelen tener una dosis de realidad, pero esta se exagera: como sus historias suelen partir de hechos reales, es más fácil que las personas le crean.

Deterioro de la vida social del sujeto: cuando se comienza a dudar de la veracidad de sus historias o el mitómano queda expuesto. Es frecuente que el entorno cercano decida cortar los vínculos o al menos, distanciarse, reduciendo su círculo social.

Síntomas

La mitomanía es un trastorno psicológico cuyos síntomas puedes identificarse con un poco de consciencia sobre sí mismo.

Tan solo debes prestar atención a los siguientes signos:

Mitómano
  • Niveles de ansiedad elevados cuando se presentan las condiciones ideales para mentir.
  • Pensamientos frecuentes que incitan a mentir.
  • Dificultad para resistir el impulso de mentir.
  • Satisfacción cuando no se descubren las mentiras.
  • Baja autoestima
  • Pocas habilidades sociales

Además de estos síntomas, se puede identificar a una persona con este trastorno porque progresivamente va incrementando la magnitud de sus mentiras.

También se debe tener en cuenta que la mitomanía puede ser parte de otros problemas mentales. Y que se presente junto a otras adicciones.

Es por ello que, ante la presencia de los síntomas mencionados, se acuda a un especialista para que establezca el diagnóstico y correspondiente tratamiento.

Causas

Las causas de la mitomanía se han estudiado en los últimos años desde ciencias como la biología.

Un estudio publicado en el British Journal of Psychiatry, establece que una de las causas de la mitomanía es un desequilibrio neurológico.

El estudio establece que los mitómanos tienen un incremento de materia blanca del cerebro.

Según el Journal of Neuropsychiatry and Clinical Neurosciences, los mitómanos sufren de disfunción hemitialámica derecha.

También hay causas psicológicas como la baja autoestima, que los lleva a buscar atención.

Tratamientos

Para combatir la mitomanía se necesita reeducar la percepción de la realidad del paciente. Y esto requiere tanto de la ayuda de un psicólogo como del compromiso del paciente.

Una desventaja es que el mitómano no reconoce su problema. Por lo tanto, no busca la ayuda profesional o se inventa mentiras para no asistir a consultas.

El tratamiento más efectivo es la psicoterapia. Para lo que se necesita la participación de un psicólogo online o convencional.

Hay tratamientos a base de psicofármacos que deben ser suministrados exclusivamente por un especialista. Por lo general estos tratamientos dependen de la presencia de síntomas de otros tipos de trastornos psicológicos.

En caso de presentar algunos de los síntomas de la mitomanía, no dudes en consultar a un profesional.

La ayuda a tiempo te permitirá librarte de las consecuencias de este trastorno de la personalidad.