El aceite de oliva es una grasa líquida obtenida de las aceitunas, una cosecha arbórea tradicional de la cuenca mediterránea. El aceite se produce presionando aceitunas enteras. Se utiliza comúnmente en la cocina, ya sea para freír o como un aderezo para ensaladas.

También se utiliza en cosméticos, productos farmacéuticos y jabones, y como combustible para lámparas de aceite tradicionales, y tiene usos adicionales en algunas religiones. Está asociado con la «dieta mediterránea» por sus posibles beneficios para la salud. La aceituna es una de las tres principales plantas de alimentos de la cocina mediterránea; Los otros dos son trigo y uvas.

El aceite de oliva

La composición del aceite de oliva varía con el cultivar, la altitud, el momento de la cosecha y el proceso de extracción. Se compone principalmente de ácido oleico (hasta un 83%), con cantidades más pequeñas de otros ácidos grasos como el ácido linoleico (hasta el 21%) y el ácido palmítico (hasta el 20%). Se exige que el aceite de oliva virgen extra tenga una acidez libre superior al 0,8% y se considere que tiene características de sabor favorables; Representa hasta un 80% de la producción total en Grecia y un 65% en Italia, pero mucho menos en otros países.

Existen muchas variedades de oliva o aceitunas , cada una con un sabor, textura y vida útil particulares que las hacen más o menos adecuadas para diferentes aplicaciones, como el consumo humano directo en pan o en ensaladas, el consumo indirecto en la cocina doméstica o la restauración, o Industriales como la alimentación animal o las aplicaciones de ingeniería.

Beneficios

Ayuda a vivir más

El aceite de oliva aporta un gran sabor a muchas comidas, pero además ayuda a prevenir y reducir el desarrollo de muchas enfermedades. Los estudios muestran que consumir aceite de oliva a diario es esencial para prevenir ciertos tipos de cáncer, por lo que ayudaría a vivir más tiempo. Este alimento, además de sabroso, es muy saludable.

Propiedades antibacterianas

Muchas de las enfermedades que previene este alimento es por sus propiedades antibacterianas, que ha demostrado ser particularmente eficaz contra Helicobacter pylori, un tipo de bacteria que puede causar úlceras y cáncer de estómago. De hecho, las investigaciones muestran que es eficaz contra ocho cepas de esta bacteria, tres de las cuales son resistentes a los antibióticos. El mismo estudio ha demostrado que 30 gramos de aceite de oliva virgen extra pueden eliminar la infección por Helicobacter pylori en el 10-40% de las personas en tan sólo 2 semanas.

Mejora la salud intestinal

Como puedes ver en el punto anterior, el aceite de oliva mejora la salud del estómago y del aparato digestivo, y actúa como protector reduciendo el exceso de ácidos en esta parte del cuerpo. Asimismo, aumenta el PH del organismo porque favorece la absorción de calcio y magnesio.

Previene la artritis

El aceite de oliva puede ayudar a reducir el dolor en las articulaciones y la hinchazón de la artritis reumatoide. Estos efectos se magnifican cuando se combina con la ingesta de pescados ricos en omega

La artritis reumatoide es una enfermedad que provoca articulaciones deformadas y dolorosas. Si bien no se conocen las causas, se cree que ocurre por un sistema inmunológico deficiente en el que los anticuerpos atacan a las células sanas por error. Los estudios muestran que el aceite virgen extra reduce la inflamación y el estrés oxidativo en los individuos con esta condición.

Mejora las funciones cognitivas

Los polifenoles son compuestos bioactivos que actúan como antioxidantes y antiinflamatorios, y los estudios han demostrado que potencian el nacimiento de nuevas neuronas. El aceite de oliva, entre muchos otros nutrientes, contiene polifenoles.

Asimismo, las personas que consumen mayor cantidad de grasas tienen mejor memoria, y aquellas que consumen grasas monoinsaturadas gozan de un mejores funciones cognitivas, funciones metabólicas y un mayor desarrollo cerebral. 

Las grasas, además, favorecen la formación de membranas celulares y del tejido cerebral.

Ayuda a perder peso

Consumir grasas sanas puede ser beneficioso a la hora de quemar calorías, pues acelera el metabolismo. Además, expertos en este tema, como es el caso de Leandro Ravetti, afirman que “una dieta rica en aceite de oliva virgen extra puede favorecer la de pérdida de peso y su mantenimiento. De hecho, las dietas bajas en grasa son menos efectivas que aquellas que contienen grasas saludables para este fin”.

Mejora el sistema inmunológico

Tener un sistema inmunológico fuerte es clave para gozar de una buena salud, pues es necesario para combatir virus o bacterias que podrían perjudicar a nuestro organismo. Los antioxidantes del “oro verde” ayudan a mejorar el sistema inmunológico y, de esta manera, prevenir enfermedades.

Previene las enfermedades cardíacas

Las enfermedades cardíacas son una de las principales causas de muerte en el mundo, y el aceite de oliva podría prevenirlas, pues reduce significativamente el riesgo de enfermedades del corazón a través de numerosos mecanismos, por ejemplo, reduce la inflamación, mejora la función del revestimiento de los vasos sanguíneos y puede ayudar a prevenir la coagulación no deseada de la sangre.

Reduce el colesterol

Además, el aceite de oliva ayuda a proteger al organismo del colesterol malo o LDL, y los Los fitoesteroles que contiene aumentan el HDL, lo que ayuda a balancear el colesterol. Esto provoca una reducción de enfermedades cardiovasculares y arteriosclerosis.

Aumenta la longevidad

Al reducir las muertes por enfermedades cardiovasculares y cáncer. Los resultados obtenidos en diversos estudios científicos han demostrado una menor incidencia de varios tipos de cáncer en países mediterráneos (los principales consumidores de aceite de oliva) en comparación con países del Norte de Europa y Estados Unidos.

El aceite de oliva

Es lo que ocurre, por ejemplo, con el cáncer de mama, relacionado con el consumo de grasa saturada de origen animal.