¿Te dan miedo los lugares cerrados? :La claustrofobia pertenece al grupo de fobias específicas, entre las que figuran también otros miedos irracionales como la aerofobia (o miedo a volar) o la aracnofobia (o miedo a las arañas).

Es un trastorno de ansiedad que afecta a la persona cuando se expone a espacios cerrados: habitaciones pequeñas sin ventilación, ascensores, sótanos, túneles, etcétera. En general. Las personas que sufren claustrofobia experimentan temor irracional en cualquier situación que implique cierre, restricción o confinamiento.

Pues piensan que no podrán salir o se quedarán sin aire. Es decir, no podrán respirar. Las personas con claustrofobia también pueden sentir un gran malestar en lugares donde hay una gran multitud de personas.

Si bien algunas fobias específicas no son necesariamente incapacitantes porque las personas que las sufren tienden a evitar aquello que les provoca miedo. O bien es difícil que se encuentren con el estímulo temido en su entorno habitual (por ejemplo, la coulrofobia o miedo a los payasos). Otras fobias pueden provocar situaciones que generan malestar con más frecuencia, como en el caso de la claustrofobia.

Algunos individuos pueden rechazar un empleo por la incapacidad de viajar en tren o en coche durante periodos relativamente largos. O pueden evitar ir al cine con su pareja, por el malestar que sienten cuando se encuentran en una sala oscura. En la que buscan automática y compulsivamente las salidas.

Causas

Entre las causas más habituales para el desarrollo de la claustrofobia encontramos las siguientes:

Experiencias traumáticas: Algunas personas que desarrollan miedo a los espacios cerrados han tenido en su historia personal. Algún incidente relacionado con quedarse encerrados en algún sitio pequeño o han sido testigo de esa situación.

¿Te dan miedo los lugares cerrados?

Aprendizaje vicario: En este tipo de aprendizaje se aprende por medio de la observación las reacciones que tienen personas de referencia en esas situaciones. Estas reacciones son interiorizadas y se manifiestan posteriormente en situaciones similares.

Síntomas 

Para decir que una persona padece claustrofobia no basta con que ésta se ponga algo nerviosa en un ascensor o en un túnel. Se precisan una serie de criterios:

Temor severo y persistente. Excesivo o irracional ante la presencia o anticipación de la situación de hallarse en un espacio cerrado.

La exposición al estímulo fóbico (estar en un espacio cerrado). Provoca siempre una respuesta ansiosa inmediata que puede derivar en una crisis de ansiedad.

La misma persona admite que el temor es excesivo o irracional.

La persona intenta evitar estar en espacios cerrados y si lo está es con ansiedad o malestar intensos.

Los síntomas deben durar más de seis meses. Si el paciente es menor de 18 años.

Los síntomas no se pueden explicar mejor con otro trastorno psiquiátrico, como trastorno obsesivo compulsivo. Trastorno por estrés postraumático, agorafobia con o sin ansiedad o fobia social.

Ante la exposición a un espacio cerrado o la mera anticipación a dicha situación. El paciente claustrofóbico presentará temor bien a quedarse encerrado o bien a ahogarse por falta de aire. Esto suele derivar en un estado de ansiedad con sudoración, palpitaciones. Opresión torácica y sensación de ahogo. Muchos claustrofóbicos se desabrochan chaquetas, camisas y corbatas. Pensando que eso les mejorará la entrada de aire.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se basará inicialmente en la historia que relate el paciente de su experiencia personal. Además, existen algunas herramientas para evaluar la claustrofobia de un paciente, como la escala de claustrofobia. Que evalúa los niveles de ansiedad del paciente mediante 20 preguntas, o el cuestionario de claustrofobia. Un test de 24 ítems que permite diferenciar los síntomas de miedo al ahogo o al encierro. Es importante descartar otras patologías psiquiátricas o neurológicas asociadas a los síntomas de claustrofobia.

Consecuencias

Para muchas personas el sufrir claustrofobia es invalidante. Porque les permite normalizar situaciones del día a día. Poniendo mucho esfuerzo en evitar situaciones en las que pueden anticipar quedarse encerrados.

Evitan por ejemplo horas en las que pueden anticipar quedar atrapados en el coche cuando hay atascos. O evitar subir en ascensor aunque eso les suponga hacer el esfuerzo físico de subir a pisos altos por las escaleras. O incluso pueden evitar hacerse pruebas médicas necesarias si eso supone tener que permanecer en una máquina de resonancia magnética

¿Te dan miedo los lugares cerrados?

Para las personas que padecen claustrofobia a menudo desarrollan una baja autoestima. Porque se ven a si mismos incapaces para hacer actividades que las demás personas hacen con toda naturalidad. También suelen vivir en un estado de ansiedad continuo. Ante la posibilidad de quedarse encerrados en algún lugar que no han podido evitar.

Tratamiento

El tratamiento de las fobias en general y de la claustrofobia en particular se puede abordar desde diferentes puntos.

  • Farmacológicamente se pueden prescribir antidepresivos o ansiolíticos de base al paciente para mantener sus niveles de ansiedad bajo control. Así como medicación ansiolítica de rescate. Por ejemplo diazepam, en caso de sufrir una crisis de ansiedad desencadenada por una situación potencialmente claustrofóbica. Sin embargo. Como con la mayoría de trastornos psiquiátricos, no basta con el tratamiento farmacológico.
  • La terapia conductual suele ser efectiva, especialmente en pacientes que temen no tanto estar en dichas situaciones sino lo que les puede llegar a suceder de estar en ellas. El tratamiento busca modificar las impresiones y pensamientos erróneos atribuidos a esas situaciones, de manera que disminuya la ansiedad y la necesidad de evitar dichas situaciones.
  • La exposición in vivo consiste en hacer que el paciente se exponga lentamente y de forma gradual a su miedo a los espacios cerrados. Llevándole cada vez a situaciones con mayor potencial claustrofóbico. Se ha demostrado que este método, pese a ser lento, es efectivo en alrededor del 75% de los pacientes claustrofóbicos.
  • La exposición interoceptiva es un método que busca recrear las sensaciones físicas del paciente cuando se halla en una situación claustrofóbica. Pero en un entorno seguro y controlado, con la misma intención que la exposición in vivo pero sin poner al paciente en la situación temida. La percepción negativa y el miedo ante dichas situaciones mejoran aproximadamente en un 25% de los pacientes tratados mediante este método.