Los poros abiertos o dilatados en el rostro son un problema antiestético que en ocasiones resulta difícil de disimular, siendo una de las imperfecciones en el rostro más comunes y que más pueden afear la piel.

Causas

La mayor causa de los poros dilatados es tener una piel grasa. Esto se debe a que los poros llegan a contener un porcentaje alto de ella causando que éstos se abran por retener impurezas y células muertas. La dimensión de las glándulas sebáceas se incrementa y, de esta forma, se origina un mayor porcentaje de grasa. Éste ayuda a propiciarle acidez a la piel y otorga lubricación. Junto a esto, las células muertas y el sudor producido crean un manto ácido para prevenir ciertas infecciones provenientes de bacterias, virus y hongos.

Sin embargo, el problema radica cuando la cantidad de sebo sobrepasa lo neutral y se engendran los poros dilatados. De esta manera, la piel se trona brillante y grasosa. También, los que sufren de este acontecimiento dermatólogo, tienden a tener acné debido a que éste puede formarse gracias a las glándulas sebáceas. Su tamaño depende del área afectada y de la concentración de grasa en la piel. Ahora bien, la mayoría de individuos tienen a generárseles en la nariz y en las áreas del centro facial.

Poros abiertos

¿Cómo reducir los poros abiertos?

Mascarilla de Bicarbonato

Haz una pasta con una cucharada de bicarbonato y agua. Aplica únicamente esta pasta en las zonas que estén más perjudicadas. Masajea de forma circular cual exfoliante, nunca más de 30 segundos.

Deja la mezcla actuar unos 5 minutos. Retira enjuagando con agua tibia. Si tienes una piel mixta o grasa, puedes comenzar este tratamiento aplicándolo durante una semana completa y después reduciendo a 2 ó 3 días por semana. Pero si tu piel tiende a ser más bien seca, lo mejor es que recurras a otros tratamientos o que apliques bicarbonato solo 1 o 2 veces a la semana combinando con una buena crema hidratante.

Aloe Vera

El Aloe Vera es también otro remedio hidratante y antiinflamatorio, que ayudará a mantener la piel del rostro hidratada y a combatir los poros abiertos. Basta con extraer el gel de una hoja de la planta y aplicarlo directamente sobre el rostro o las zonas donde tus poros estén más dilatados. Deja secar durante varios minutos y aclara con agua fría.

Mantén tu cara limpia

 Cuando los poros se obstruyen por la acumulación de suciedad y grasa, se ven más dilatados y notorios. Por lo tanto, es importante mantener tu piel limpia para reducir la cantidad de suciedad y grasa acumulada.

Lávate la cara dos veces al día (una vez en la mañana y otra en la noche), ya que si te excedes tu piel podría resecarse e irritarse, haciendo que tus poros se vean más dilatados.

Lávate la cara con un limpiador facial suave (sin sulfato) y con agua tibia en vez de agua caliente. Luego, sécatela con toques suaves (sin frotar) usando una toalla limpia y suave.

Exfoliar la piel

Puedes realizar un buen exfoliante 100% casero y efectivo a base de yogurt natural y avena granulada, aplícala en tu cara frotando con delicadeza y luego déjala por algunos minutos. Después aplica un tónico y tu crema hidratante y tendrás una piel perfecta en minutos. Pero si esta idea no te convence y quieres experimentar con otras opciones, te invitamos a consultar nuestro artículo cómo hacer exfoliantes caseros para el rostro.

Claras de huevo

 Podrá sonar desagradable, pero las claras de huevo son ideales para cerrar los poros abiertos. Las claras de huevos contienen aminoácidos y otras enzimas que además de rejuvenecer la piel y destapar los poros, ayudan a que la piel se deshaga del exceso de aceite en personas con piel grasa. Las mascarillas de claras de huevo son una buena opción para tonificar la piel, limpiarla a profundidad evitando que los poros abiertos se llenen de suciedad y se conviertan en puntos negros. 3 mascarillas con claras de huevo

Bate la clara de un huevo y aplícala en toda tu cara. Deja que se seque por completo en tu piel. Cuando esté completamente seca, enjuaga tu piel. Haz esta mascarilla de una a dos veces por semana. Bate dos claras de huevo y mézclalas con el jugo de medio limón.

Aplícalo en tu piel y déjalo reposar por 10 minutos o hasta que esté completamente seca. Enjuaga tu cara con agua fría. – Repite el proceso varias veces a la semana por un mes. Bate la clara de un huevo y mézclala con 2 cucharaditas de limón y avena. – Aplícala en tu piel y déjala reposar por 30 minutos. – Enjuaga con agua fría. – Repite dos veces a la semana por un mes.

Mascarilla de arcilla

Las mascarillas de arcilla ayudan a minimizar el tamaño de los poros, eliminando toda suciedad, grasa y células muertas de la piel.

Adquiere una mascarilla de arcilla en la tienda de artículos de belleza y farmacia de tu localidad o prepárate una mezclando una cucharada de arcilla de bentonita, una cucharada de avena y una cucharada de agua.

Límpiate bien la cara, luego aplícate la mascarilla y déjala reposar unos 10 a 15 minutos hasta que se seque. Debes sentir tu piel algo estirada por debajo de la mascarilla.

Enjuágate con agua tibia, luego sécate la cara con palmaditas. Repite este procedimiento una vez a la semana.

Baños de vapor

Este sin duda es el remedio casero más recomendado y sencillo para que tus poros abiertos se minimicen, pero no es magia, debes seguir al dedillo una serie de pasos:

Previamente lava tu rostro para eliminar la suciedad.Hierve un cazo con agua, cuando esté en ebullición apaga el fuego y vierte el contenido a un recipiente que aguante el calor. Acerca tu cara al recipiente sin llegar al agua y coloca una toalla sobre tu cabeza.

Aguanta unos 10 minutos bajo la toalla. Lávate la cara inmediatamente con agua fría. Puedes añadir al agua algún extracto como el aceite de árbol de té que viene muy bien para combatir el acné, pero es suficiente con los vapores puros.