Pétalos en blanco.
Sin esperar, esperaba.
Lentamente llegaba la noche.
Su mirada estaba tiesa,
descansaba sobre una sombra.
La lobreguez abrazaba sus fantasías.
Y la luna
con el vaivén de un conjunto de estrellas
acunaba sus párpados.
El concierto de un sinfín de grillos
era su melodía más preciada.
El final volvía
y ella seguía ahí…
Sentada en el verde limonero,
contemplando su infancia
entre simétricos pétalos en blanco.
-María Jesica Diorie