Sufrir por amor es uno de los males más comunes. A veces hacemos de todo para salir del abismo que nos produce el desamor. Es por ello que hoy te traemos las más potentes Oraciones para los que sufren por Amor. Síguenos leyendo.

Oración 1

¡Oh abogada y madre mía, María!

Divina Pastora de las almas,

Señora de corazón inmenso

y alma más pura que el sol:

 Santa pastora de los bienaventurados

que como inocentes ovejas gozan en el cielo,

recreándose en ti, dichosas,

felices ante tu majestuosa presencia,

ya que cuando vivieron en la Tierra,

siguieron con amor tus pasos

con la virtud de la claridad.

Ante tu presencia acudo hoy,

Soberana Madre mía

para hacerte una petición

que te ruego me concedas,

con toda la fe de mi corazón puesta en ti

y sabiendo que recibiré tu ayuda

porque tu misericordia es infinita

y no dejaras a ninguna oveja de tu rebaño

sufrir y pasar calamidades

cuando su corazón sufre por amor.

(exponer el problema y la petición)

Concédeme también, oh Pastora mía,

 obrar en mi la singular maravilla,

que aborreciendo el odio y la envidia,

arda en mi pecho y en mi alma,

la virtud de la caridad con mi prójimo,

para ser digna oveja de vuestra dichosa grey,

como lo son en el cielo

todos los bienaventurados.

No me dejes en el abandono, Señora,

recuerda que soy tu oveja

y que de tus generosos cuidados dependo.

No me dejes caer más en la aflicción, Señora,

antes bien, cobíjame bajo tu manto,

a resguardo de peligros.

Ampárame Santa Señora,

haz que regrese a mi,

el buen ánimo y la alegría,

la dicha de un corazón feliz y enamorado,

para que con mi felicidad

pueda inundar el corazón

de quienes me quieren y sienten preocupación

por mi apatía y desconsuelo.

Divina Pastora de las almas,

cura y restablece mi espíritu,

alivia mis angustias

para que yo pueda seguir

alabando y venerando tu nombre

por los siglos de los siglos.

Amén.

Oraciones para los que sufren por Amor

Oración 2

Bendita sierva del Señor,

hermosa Santa Clara de Asis,

que caminaste por la vida

con la mirada puesta en Jesús,

tu corazón inflamado de amor por Él,

eligiendo el silencio y la oración

para buscar su encuentro en la intimidad:

Hoy recurren a ti,

mi alma, mi cuerpo y mi corazón,

para buscar tu compasión y ayuda

y así poder dar solución

a los males que me afligen y desesperan,

que son la tristeza y depresión

por el abandono en que me ha dejado

mi amor_____________

Tu que eres para nosotros un reclamo

a la relación personal y viva con Dios

en Cristo, por el Espíritu Santo,

que colma la profunda necesidad de amor

y comunión que siente todo corazón humano,

compadécete de mi, de mi dolor,

y si vieras que es conveniente para mi,

procúrame el regreso de mi amor,

que espero con esperanza y ansia.

Yo________________

deseo volver a vivir las mieles del amor,

el gozo y la pasión que ello procura,

pero también deseo la estabilidad en mi vida,

y no estar sufriendo constantes altibajos,

por lo que si consideras que este regreso

no fuera estable y duradero,

santa mía, ayúdame a olvidar,

ayúdame a recobrar la paz y la alegría por la vida

y abre mi corazón a nuevas oportunidades,

y que la felicidad llegue a mi.

Tu eres un gran regalo de Dios para mí,

pues tu comprensión y benevolencia

estoy seguro que me guiarán a una feliz resolución

de mi vida afectiva y amorosa,

y podré vivir en la tierra un gran amor,

hasta que en el cielo, un día, me reencuentre

con el amor infinito de Dios,

Padre y Señor Nuestro,

y contigo su hermosa, humilde y fiel sierva,

y poderosa benefactora mía,

por lo siglos de los siglos.

Amén.

Oración 3

Esta oración se hace antes de poner

una vela de color rojo.

Por la gracia de Dios

y en su santo nombre yo os invoco,

Espíritus Benéficos todos,

para pediros que cumpláis mi petición:

Espíritu del Dominio,

Intranquilo,

Espíritu del Desespero,

de Don Juan de la Conquista,

Espíritu del Amor,

de Don Juan de los Caminos,

Espíritu de San Juan Minero,

de San Juan de la Calle,

Espíritu de los 4 vientos, sendas y lugares.

del Encanto,

Espíritu de San Marcos de León,

de Santa Martha,

Espíritu de Santa Elena de Jerusalén,

de San Salvador de Horta,

Espíritu de Santa Inés del Monte Perdido,

Espíritu de María de la Cabeza.

Espíritus benéficos todos,

yo los conjuro para que me ayuden

a dominar los cinco sentidos,

pensamientos, juicio,

espíritu vivo y la voluntad

de (Persona Amada)_______.

Concededme espíritus del Dominio

que (Persona Amada)

no pueda estar, ni vivir tranquilo,

que no pueda comer,

ni dormir, ni beber, ni andar

sin el pensamiento puesto en mi que me llamo

(tu nombre)

hasta que a mis pies venga a parar,

rendido de amor, de interés y deseo por verme,

desesperado por tenerme,

atraído por mi sexo,

ofreciéndome el suyo, deseoso,

arrepentido y humilde,

halagándome con besos y caricias,

arrastrándose a mis pies,

suplicante y manso,

siendo yo su dueña para mi y por mi

que me llamo:

(tu nombre).

Con dos te veo, con tres te ato,

y el corazón te parto,

Cristo valedme y dadme la paz

Ven (Persona Amada)

dominado en cuerpo,

pensamiento y voluntad,

ya no puedes mirar a nadie más que a mí,

tu amor y tu cariño solo son para mí,

mi presencia te es atractiva,

mirada te sugestiona,

mi voz te domina,

mis ojos te ciegan

y mi voluntad ya es la tuya.

  Confío en ti mi Dios,

Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Mi Señor Jesús mi único Salvador,

con todas las fuerzas te pido

me concedas la gracia que tanto deseo:

 (se pide el deseo)

Así sea, así sea, así sea, así sea,

Amén.

Oración 4

Santa María Magdalena, te suplico:

ayúdame, ayúdame, ayúdame,

abre el corazón de mi amado para mi,

procura que me vea con benevolentes ojos,

que aprecie mis virtudes,

sea tolerante con mis defectos,

aparezca irradiando belleza ante sus ojos,

y que de esta manera se fije en mi,

me premie con su amistad y su amor

y los deposite en mi persona.

Tu sabes que mi vida sin él (ella) no es vida,

es solo tristeza, dolor y depresión

y que temo no poder seguir soportando

durante mas tiempo esta situación,

porque aunque lo he intentado,

no puedo olvidar, no puedo renunciar,

mi amor supera los limites de la cordura,

mi corazón no late si no es por él (ella).

Ayúdame, ayúdame te suplico,

ten compasión de mi,

otórgame tu confianza y tus dones,

pues no hay nadie que me pueda comprender

mejor que tu, que tanto amaste y tanto sufriste,

y que hoy gozas de tu preciada recompensa,

tan merecida y deseada por ti.

Concédeme el amor de _______________

gloriosa santa y protectora mía,

que yo ___________________

te prometo cuidar día a día de ese amor,

y siempre seré tu devoto (a) y alabare tu nombre,

por la concesión de tu favor y tu gracia,

hasta que un día llegue a reunirme contigo en cielo,

pueda gozar de tu presencia y de la gloria divina,

por los siglos de los siglos,

amen.