Los codigos complices:
Hay un lenguaje mínimo, ingenuo e inconsciente que se crea de a dos. Situaciones de enlace inequívoco, mediante un gesto o una palabra, que se empiezan a repetir cada vez de manera más real, y que intervienen en un encuentro.

 

Los códigos Cómplices
Códigos entre dos

Hablo de los códigos cómplices que se crean cuando algo avanza.

Él estaba ahí y le susurraba a ella una palabra que la hacía sonreír, y en medio de pupilas fijas, salió una forma de que responda a su nombre. Ya estaba hecho, era de los dos, era su código cómplice.

Un día distinto surgió una anécdota, un chiste leve y una picardía.  Una frase para no olvidar, y así pasaban soles y lunas, y cada vez más  se iba forjando algo que nadie sabe como describir.

 

Todos tenemos una acción con algun testigo.

De qué manera nos damos la mano.

Qué situación nos recordó un minuto exacto de una borrachera en vacaciones.

cómo nos transportamos a un día de películas en la que se definió que ese recuerdo quedaría en la historia y  el título de esa película sería más que una película de ahora en adelante.

Somos cómplices de:

Hacemos cómplice un cuento vivido, nombrando una comida, creando un apodo, y así inventamos palabras, pequeñas canciones, o logramos imitaciones para recordar momentos que nos marcaron. Personajes, comedias de la vida y sucesos que solo dos partes entienden y el resto no tiene idea de qué se estaría hablando.

¿Cómo surgen los códigos complices?:

Seguro existen miles de signos, lenguajes tan preciados,  y tan  valiosos, que nunca nos pusimos a pensar cuánto valor tienen.

No se comparten en las redes sociales, no son invadidos por los factores externos, y no se van a volver a repetir con otras personas.

Algunos códigos surgen como resumen de una situación, como por ejemplo, en una salida o  una canción.

Los códigos que van creciendo según el nivel en que te vas conociendo, “amor, lindo, dulce“,  en una palabra con toda la originalidad de la situación, y tiene más o la misma ternura que en la faceta inicial. 

Las pistas gestuales, caminar y encontrar una forma mejor de sujetarlo, termina siendo genial. Una expresión en el rostro que nos causa algo. Son capaces de crear una energía distinta, cambian sintonías.

Por lo general soy de anotar algunos temas que me hacen reír, palabras que me traen un recuerdo increíble, o un momento que viví en compañía que no hay que dejar pasar.

Leemos algunas palabras que tanto bien nos hicieron y vuelvo al detalle del día que surgió, para inmortalizar la marca de agua que dejó en nuestra historia.

Así pasa… Si están rememorando algún código no lo dejen de lado, porque es algo increíble.

Pasa de a dos, pasa entre amigos también, con nuestros hermanos y padres. Es un idioma únicamente entre el lazo que lo habla.

Es historia, es presente y nadie sabe cómo va surgiendo hasta fijarse como parte del diálogo y la expresión.

Si en este momento de sus vidas tienen un código cómplice con alguien, disfrútenlo. Si no, préstenle atención cuando surja, no todos lo pueden crear y cuando pasa, es lo más simple y lindo que van a vivir.