La meningitis es una inflamación del líquido y las membranas (meninges) que rodean el cerebro y la médula espinal.

La hinchazón de la meningitis generalmente desencadena signos y síntomas como dolor de cabeza, fiebre y rigidez en el cuello.

La Meningitis

La mayoría de los casos de meningitis en los Estados Unidos son causados por una infección viral, pero las infecciones bacterianas, parasitarias y micóticas son otras posibles causas. En algunos casos, la meningitis mejora sin tratamiento en algunas semanas. Otros pueden poner en riesgo la vida y requerir tratamiento con antibióticos de emergencia.

Busca atención médica inmediata si sospechas que alguien tiene meningitis. Mediante el tratamiento temprano de la meningitis se pueden evitar complicaciones graves.

Cómo se transmite

Generalmente, los microbios que causan la meningitis bacteriana se transmiten de persona a persona. Ciertos microbios, como la L. monocytogenes, pueden transmitirse a través de los alimentos.

La manera en que las personas transmiten los microbios depende a menudo del tipo de bacteria. También es importante saber que las personas pueden tener estas bacterias dentro de su cuerpo, o sobre él, sin que se enfermen. Estas personas son “portadoras”. La mayoría de los portadores nunca se enferman, pero pueden transmitir las bacterias a los demás.

A continuación, hay algunos ejemplos de las maneras más comunes en que las personas transmiten estas bacterias entre sí:

  • Streptococcus del grupo B y E. coli: Las madres infectadas pueden pasarles estas bacterias a sus bebés durante el parto.
  • Hib y S. pneumoniae: Las personas transmiten estas bacterias al toser o estornudar muy cerca de otras, quienes a su vez inhalan las bacterias.
  • N. meningitidisLas personas transmiten estas bacterias a través de las secreciones respiratorias o de la garganta (como al botar saliva o escupir). Generalmente, esto ocurre al tener contacto cercano (al toser o besar) o de larga duración (cuando las personas viven juntas).
  • E. coli: Las personas pueden contraer estas bacterias al comer alimentos preparados por alguien que no se lavó bien las manos después de ir al baño.

Por lo general, las personas se enferman a causa de la E. coli y la L. monocytogenes al comer alimentos contaminados.

Síntomas

Los síntomas iniciales de la meningitis pueden ser similares a los de la gripe (influenza). Los síntomas pueden manifestarse durante varias horas o unos días.

Los posibles signos y síntomas en cualquier persona mayor de 2 años comprenden:

  • Fiebre alta repentina
  • Rigidez en el cuello
  • Dolor de cabeza intenso que parece diferente del usual
  • Dolor de cabeza con náuseas o vómitos
  • Confusión o dificultad para concentrarse
  • Convulsiones
  • Somnolencia o dificultad para caminar
  • Sensibilidad a la luz
  • Falta de apetito o sed
  • Erupción cutánea (a veces, como en la meningitis meningocócica)

Signos en los recién nacidos

Los recién nacidos y los bebés pueden mostrar estos signos:

  • Fiebre alta
  • Llanto constante
  • Somnolencia o irritabilidad excesivas
  • Dificultad para despertar del sueño
  • Inactividad o pereza
  • No despertarse para comer
  • Alimentación deficiente
  • Vómitos
  • Una protuberancia en el punto blando (fontanela) en la parte superior de la cabeza del bebé
  • Rigidez en el cuerpo y el cuello

Puede ser difícil consolar a los bebés con meningitis e incluso pueden llorar más cuando se los carga.

¿Con qué otras enfermedades se puede confundir una meningitis?

Los primeros síntomas de una meningitis pueden ser inespecíficos y confundirse con los que pueden ocurrir al inicio de una gripe, por ejemplo (malestar general, fiebre…). Sin embargo, la aparición de cefalea intensa, distinta a la habitual, vómitos “en escopetazo”, y la rigidez de los músculos del cuello deben alertarnos de que puede tratarse de una meningitis.

Ante la aparición de estos síntomas debemos consultar en Urgencias de nuestro centro más cercano.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo para la meningitis comprenden:

  • Saltearse vacunas. El riesgo aumenta para cualquier persona que no haya completado el calendario recomendado de vacunación para niños o adultos.
  • Edad. La mayoría de los casos de meningitis viral se produce en niños menores de 5 años. La meningitis bacteriana es frecuente en los menores de 20 años.
  • Vivir en un entorno comunitario. Los estudiantes universitarios que viven en residencias estudiantiles, el personal en bases militares y los niños en internados y centros asistenciales infantiles corren un mayor riesgo de contraer meningitis meningocócica. Probablemente esto se deba a que la bacteria se propaga por la vía respiratoria y a través de grandes grupos.
  • Embarazo. El embarazo aumenta el riesgo de listeriosis, una infección causada por la bacteria listeria, que también puede causar meningitis. La listeriosis aumenta el riesgo de aborto espontáneo, muerte fetal en el útero y parto prematuro.
  • Sistema inmunitario comprometido. El SIDA, el alcoholismo, la diabetes, el uso de medicamentos inmunosupresores y otros factores que afectan al sistema inmunitario también pueden hacerte más vulnerable a la meningitis. La extirpación del bazo también aumenta tu riesgo, y cualquier persona que no tenga bazo debe vacunarse para minimizar ese riesgo.

Complicaciones

Las complicaciones de la meningitis pueden ser graves. Cuanto más tiempo pasen tú o tu hijo sin recibir tratamiento para la enfermedad, mayor es el riesgo que corren de sufrir convulsiones y daños neurológicos permanentes, tales como:

  • Pérdida auditiva
  • Problemas de memoria
  • Problemas de aprendizaje
  • Daño cerebral
  • Problemas de la marcha
  • Convulsiones
  • Insuficiencia renal
  • Choque
  • Muerte

Con un tratamiento inmediato, hasta los pacientes con meningitis grave pueden tener una buena recuperación.

Diagnóstico

Tu médico de cabecera o pediatra puede diagnosticar la meningitis basándose en los antecedentes médicos, una exploración física y determinadas pruebas de diagnóstico. Durante evaluación, tu médico podría controlar signos de infección alrededor de la cabeza, las orejas, la garganta y la piel a lo largo de la columna vertebral.

Tratamientos

En el caso de una meningitis bacteriana aguda, un retraso en el diagnóstico y en la instauración del tratamiento antibiótico puede implicar daño cerebral permanente con secuelas graves e incluso la muerte.

La Meningitis

Es por ello, que ante la sospecha de una meningitis aguda de origen bacteriano deberemos iniciar tratamiento antibiótico intravenoso urgente, incluso antes de realizar la punción lumbar diagnóstica. En un primer momento, se emplean antibióticos de amplio espectro y, posteriormente, cuando se dispone de los resultados del cultivo y antibiograma se ajusta el tratamiento al agente identificado.

Con un tratamiento apropiado, administrado a tiempo, hasta los pacientes con una meningitis potencialmente grave pueden tener una buena recuperación sin secuelas.