¿Que es?

La mano de Fátima o El Jamsa, es un símbolo en forma de mano popular en todo el Oriente Medio y África del Norte. En otras palabras, es un símbolo de protección utilizado comúnmente como defensa, principalmente por judíos y musulmanes. Sin embargo es un objeto típicamente proveniente de la cultura árabe y aceptado en casi todas las culturas.  Ademas se le atribuyen multitud de poderes, entre ellos, que previene el mal de ojo, protege de la ira y sobre todo es un objeto de protección.

Símbolo

La forma más extendida del símbolo es aquella de una mano simétrica: el dedo corazón en el centro; a sus lados el anular y el índice, un poco más cortos que el corazón e iguales entre sí; y en los extremos dos pulgares, también del mismo tamaño y algo curvados hacia afuera. Por otro lado, a veces contiene otros símbolos, como el ojo de Dios, e inscripciones de carácter religioso.

La razón de su nombre

Cuenta esta leyenda que, Fátima az-Zahra, estaba en casa preparando la cena para su marido Ali ibn Abi Tálib. Cuando Ali ibn Abi Tálib regresó a casa y ella fue a recibirlo, se encontró Fátima con la triste sorpresa de que este no llegó sólo. Lo acompañaba una bella concubina, con la que pensaba pasar la noche. Resignada por la decisión de su marido, y llena de celos; aceptó su voluntad y volvió a la cocina para terminar la cena. Sin duda, su tristeza y sus celos la envolvieron tanto, que no sé percató de que tenía la olla con el caldo hirviendo. Entonces, empezó a remover el caldo con su propia mano, siendo incapaz de sentir otro dolor, que no fuese el de su corazón

Su marido entró en la cocina y vio lo que hizo Fátima, salió corriendo, abalanzándose sobre su mujer para evitar que siguiera quemándose. Alí decidió cuidar de las heridas de Fátima, pero esto no hizo que cambiara su idea de pasar la noche con su concubina. Así que se retiró y dejo a su mujer en la cocina.

En la noche

Al llegar la noche, Fátima se acercó sin hacer ni un ruido a la habitación de su esposo, y espió a la pareja a través de una rendija. Al ver que se estaban besando, Fátima sintió un dolor insoportable y agonizante. Tal era el dolor, que no pudo más y de sus ojos comenzaron a brotar lágrimas, de dolor y sufrimiento.

En ese momento, Alí observo el gran dolor que le estaba causando a su esposa, y reflexiono sobre lo que había hecho. Entendió que no debía comportarse así con su esposa, renuncio a su concubina, y dedico todo su amor y afecto únicamente a Fátima

En el mundo islámico, esta leyenda convirtió al símbolo de la mano de Fátima, en una expresión de abnegación y paciencia.

Propiedades

La mano tiene la propiedad de otorgar, a quien la utilice; poderes místicos . Por ejemplo: de suerte, fortuna, alegría, bendiciones y protección contra males como la envidia, los celos, la rabia o el mal de ojo.

Otra característica otorgada a la mano de Fátima es la de brindar paciencia, fidelidad y fertilidad. También protege, a quien porta el símbolo; contra las catástrofes naturales o enfermedades.

¿Como se utiliza?

Antiguamente, se utilizaba como amuleto, colgado en las puertas de los hogares. Como resultado era usado para protegerse contra cualquier tipo de mal, y evitar que pase a la casa.

La mano de Fátima

En consecuencia este amuleto se puede encontrar como elemento decorativo en casas, llaveros, artículos de joyería o en carritos de bebé. En collares, se puede usar hacia arriba o hacia abajo, para diferentes propósitos.

Orientación de la mano

En muchos dibujos y diseños de este símbolo, se observa la mano hacia abajo o hacia arriba. La orientación de los dedos, en la mano de Fátima, no es un factor determinante en la cultura musulmana. Sin embargo, en otras culturas y creencias tiene un significado, y una carga espiritual particular.

Mano hacia abajo o varada mudra

Para aclarar, en el caso de que la mano de Fátima este orientada con los dedos hacia abajo, otorga atributos como paciencia, felicidad, riqueza, suerte, y otros más.

Mano hacia arriba o abhaya mudra

Por otro lado, si la mano de Fátima está orientada con los dedos hacia arriba; confiere la protección contra cualquier mal como serían los celos, la rabia, la envidia, el mal de ojo, y otros.