¿Qué es la berenjena?

La berenjena es el fruto de una planta, de forma alargada y abultado por un extremo, cubierto de una piel morada oscura, fina y brillante y lleno de una pulpa blanca, dentro de la cual están las semillas.

Originalmente las berenjenas se consideraron  venenosas y no comestibles, de ahí su nombre científico original era, “solanum insanum” aunque actualmente sabemos que se trata de un vegetal con múltiples y beneficiosas propiedades.

La berenjena

 La berenjena: Beneficios

  1. Adelgazante: Las berenjenas son muy usadas en dietas de adelgazamiento por su gran contenido en agua (93%) y su prácticamente nulo aporte de proteínas. Luego te contamos cómo preparar agua de berenjena para adelgazar.
  2. Mejoran la digestión: Comer berenjenas es recomendable después de una comida copiosa o rica en grasa ya las berenjenas aumentan la producción de bilis.
  3. Reducen el envejecimiento celular al ser una excelente fuente de antioxidantes.
  4. Son buenas para la piel
  5. Ayudan a reducir el colesterol
  6. Mejoran la circulación y previenen la aterosclerosis,
  7. Reducen los problemas de hipertensión al ser uno de los vegetales con menos contenido en sodio.
  8. Ayudan a combatir el insomnio.

Propiedades

La berenjena está compuesta principalmente por agua (92,6%) e hidratos de carbono (3,5%). Esto, sumado a sus escasas grasas (0,2%) y proteínas (1,2%), la hace muy ligera (21 cal/100 g). También aporta fibra (1,5%)

En cuanto a sus micronutrientes, destaca principalmente su aporte en potasio (240 mg/100 g) y ácido fólico (13 mcg).

Como refleja su color morado también contiene antocianinas, de acción antioxidante.

La berenjena en la cocina

Para beneficiarse de todas las propiedades de la berenjena es necesario prepararla de manera adecuada.

Mejor entera y asada

La berenjena

Las maneras más saludables y digestivas de consumirla son asada entera al horno, a la plancha y luego aliñada ligeramente o trabajada en patés vegetales.

Frita también gusta, aunque ya es menos aconsejable. Hay que tomar ciertas precauciones para que la pulpa no absorba demasiada grasa, lo que multiplica el aporte de calorías y la hace más indigesta (las 15 calorías de 100 gramos en crudo pueden transformarse en 300).

Para conseguir una pulpa más densa y que absorba menos aceite es necesario salarla antes de su cocción. Así las moléculas de sodio atraen el agua al exterior y extraen la humedad de la carne.

El Oriente se emplea más asada que frita. Al cocinarla adquiere un aroma de tierra y textura de carne melosa que puede degustarse en recetas tradicionales de Oriente Medio y el sur de Europa, como diferentes purés de berenjenas –como el babaganush o el mutabal–, la pasta alla norma (Sicilia), la melanzane parmigiana (Nápoles), la moussaka (Grecia) o el imam bayaldi (Turquía), que literalmente significa «monje desmayado» y que consiste en unas sencillas berenjenas rellenas, generosamente bañadas en aceite de oliva.

Sabores mediterráneos

Esta hortaliza casa fácilmente con ingredientes como el ajo, la cebolla, el calabacín, el pimiento y el tomate. Más allá de los patés vegetales y otras recetas que provienen de Oriente, en Francia, por ejemplo, se prepara la ratatouille, muy parecida a nuestro pisto, y en Cataluña es muy popular la escalivada, a base de berenjena, cebolla y pimiento asado.

Cualquier plato hecho con berenjena se puede perfumar con plantas aromáticas como el orégano, el tomillo, la mejorana y el perejil, u otras más propias de Oriente Próximo como el cilantro.

Al horno, espectacular

Desde el punto de vista culinario, una de las mejores formas de cocinar la berenjena también es al horno. Este método mejora notablemente su textura al consolidar su carne, y concentra de forma única los sabores, sobre todo si se emplea un horno de gas o el tradicional de leña, ya que resecan algo más los alimentos que los hornos eléctricos más modernos.

Pero esta hortaliza admite cualquier forma de preparación, como el guisado (con abundante cebolla para que no se agarre al fondo de la cazuela), el asado o el saludable método al vapor.

En cualquier caso la berenjena combina bien, sea cuál sea la variedad, con el aceite de oliva, las aceitunas, el tomate, la zanahoria, el pimiento, el calabacín y con casi todos los cereales, sobre todo el arroz y el cuscús.

Paté de berenjena

Se suele servir, en sus países de origen, con pan de pita, pero también se puede acompañar con unas tostadas o galletitas de maíz, o bien servir como aperitivo, entrante o guarnición de algunos platos.

Lo más sorprendente de esta hortaliza es que permite crear recetas dulces, como la berenjena frita con miel de caña o la mermelada.

Receta de Berenjenas asadas con queso

Ingredientes:

  •  1 decilitro de aceite de oliva
  •  Una pizca de sal
  •  1 pizca de pimienta
  •  2 hojas de albahaca
  •  3 tomates
  •  3 dientes de ajo
  •  600 gramos de berenjenas
  •  150 gramos de queso para fundir rallado o en lonchas

Pasos a seguir para hacer esta receta:

Lava y corta las berenjenas en rodajas de medio centímetro de grosor. Aparte, pica el ajo y mézclalo en un bol con el aceite, algunas hojas de albahaca, sal y pimienta al gusto.

Precalentar el horno a 180 ºC. Colocar las rodajas en una bandeja para horno, cubrir con la picada anterior de ajo y hornear durante 10 minutos. Así las berenjenas con queso estarán mucho más sabrosas.

Mientras tanto, corta en rodajas finas el tomate. Pasados los 10 minutos, coloca el tomate sobre las berenjenas asadas, cubre todo con queso rallado y vuelve a introducir la bandeja en el horno durante 10 minutos más.

Cuando estén listas las berenjenas al horno con queso, sírvelas calientes acompañadas de pan, arroz blanco, puré de patata o el acompañamiento que más te guste.

No te pierdas esta receta de berenjenas, si prefieres puedes hacerlas solas sin ningún ingrediente adicional aunque, yo personalmente prefiero siempre estas berenjenas asadas con queso.