El hambre emocional:

El hambre emocional, es un trastorno alimentario que utiliza la comida como anestésico de lo que sentimos. “Es decir, se utiliza para gestionar las emociones negativas, pero de manera errónea”.

También podríamos decir que es aquella sensación que lleva a comer de forma injustificada. Sin hambre real, sin motivo o situación real. Se trata de un estado de «confusión interna», según el cual el sujeto une la comida a las emociones.

El hambre emocional

Perfil del paciente con hambre emocional

El paciente aquejado por el trastorno de hambre emocional suele ser una persona que ya arrastra problemas de peso evidentes.

A nivel psicológico y emocional, quienes padecen este trastorno alimentario suelen ser personas con baja autoestima y sometidas a un estrés cronificado. En general, son pacientes “que no se aceptan a sí mismos, presentan sentimientos de culpa y se castigan constantemente por no conseguir cumplir unas exigencias irracionales que ellos mismos se han impuesto”.

Suelen tener poca educación alimentaria y un largo historial de dietas restrictivas o dietas que han comenzado por iniciativa propia, sin el asesoramiento y seguimiento de un experto en nutrición. Esto provoca aumentos y disminuciones muy bruscas en el peso

Síntomas

Necesidad de comer aunque no se sienta hambre fisiológica: necesitas introducir alimentos en tu cuerpo aunque no experimentes el hambre común.

Comer de forma impulsiva:

Además, este tipo de hambre emocional se caracteriza porque se desconoce el origen de esa necesidad, pero no se puede controlar. Esto hace que el acto de comer se haga de forma impulsiva y descontrolada.

Sentimiento de culpa:

Suele ser muy común que, después de este ataque de hambre, las personas se sientan culpables porque siguen sin sentirse bien ni satisfechas. Esto es porque el origen de su problema no se ha resuelto con la comida.

Comer para estar mejor:

Hay un trasfondo en esta conducta que persigue un sentimiento de mejora y bienestar por el hecho de comer. Sin embargo, al no resolverse, es habitual que la persona se sienta triste y decepcionada después del atracón.

¿Como detener el hambre emocional?

Encuentra otras formas de lidiar con el estrés

Descubrir otra forma de lidiar con las emociones negativas es a menudo el primer paso para superar el emocional. Esto podría significar escribir en un diario personal, leer un libro o encontrar unos minutos para relajarse y liberarse de la tensión del día.

Medita un poco

La meditación es una práctica que realmente puede mejorar tu vida, se ha visto que es muy efectiva en casos de estrés y depresión, pero también es de gran ayuda como tratamiento para el trastorno por atracones y el comer emocional.

Mueve tu cuerpo

Algunas personas encuentran alivio en el ejercicio regular. Una caminata o trotar alrededor de la cuadra o una rutina de yoga rápida que pueden ayudar en momentos particularmente emocionales.

Encuentra otras formas de manejar tus emociones

Si no sabes cómo manejar tus emociones de una manera que no involucre alimentos, no podrás controlar tus hábitos alimenticios por mucho tiempo.

Cuando no eres consciente de lo que sucede dentro de ti, es más fácil que tiendas a recurrir a cosas externas, como las dietas y otras formas de restricción de alimentos que solo te lleva a desear más la comida y a perder el control alrededor de ella.

Mejora la relación que tienes con la comida

El prohibirte comer ciertos alimentos por miedo a subir de peso o como parte de una dieta solo provoca que mantengas un vínculo emocional con ellos. La comida no debería de hacerte sentir bueno o malo, sin embargo, con una mentalidad de dieta es más factible que la forma en la que te relaciones con la comida sea más negativa.

¿Qué ocurre en el cuerpo para que se desencadene el hambre emocional?

Cuando existe hambre emocional el cortisol (la hormona del estrés) y la serotonina (hormona de la felicidad) se alteran. La producción de cortisol se dispararía mientras que los niveles de serotonina bajan, este cóctel molotov es el que hace que ataques la nevera o la despensa como si no hubiera un mañana.

El cortisol no solo se activa cuando hay un peligro que necesite una respuesta de lucha o de huída, también es la hormona que se encarga de regular el metabolismo de carbohidratos, proteínas y grasas, y cuando existen unos grandes niveles de cortisol el cuerpo te va a pedir ‘caprichos’ poco sanos como azúcar, grasa y alimentos salados.

Al comer un alimento que te gusta mucho o del que tienes mucho antojo, se libera dopamina, un neurotransmisor que aporta una dosis de energía y bienestar que va a hacer que te sientas mejor. Todo esto son reacciones bioquímicas que son un alivio momentáneo pero que te pueden no hacer ver lo que está detrás de ese impulso.

Consecuencias

Si no se recibe el tratamiento psicológico adecuado y especializado, puede ser la cronificación de este trastorno alimenticio, con las implicaciones sociales que ello puede conllevar. En casos extremos, cuando el hambre emocional se convierte en algo crónico, puede derivar en otros trastornos alimenticios más graves, como la bulimia nerviosa o, incluso y en última instancia, poner en peligro la vida del paciente.

Tratamiento nutricional

El nutricionista se alineará con el paciente de la mejor manera para llevar a cabo la planificación de la alimentación, utilizando técnicas de nutrición de comportamiento y estableciendo una relación consciente y saludable con la comida.

Tratamiento psicológico del hambre emocional

La terapia cognitivo-conductual es una referencia en el área clínica para tratar el proceso de la pérdida de peso, los trastornos alimenticios y el hambre emocional. Trae resultados seguros y enseña al paciente a construir una nueva forma de relacionarse con la comida.

El tratamiento tiene por objeto aportar los siguientes beneficios:

Comprender la correlación entre los Sentimientos y la Voluntad de Comer

Educación Psíquica sobre el funcionamiento del Hambre Emocional

Técnicas para entender los desencadenantes emocionales que llevan a comer

Manejo de las emociones

Estrategias alternativas a la alimentación

Gran autocontrol

Técnicas para comprender y tratar la ansiedad

Reducción de los síntomas

Modificación de la función alimentaria.