El drenaje linfático manual es una técnica de masoterapia que consiste en aplicar masajes suaves sobre diferentes zonas del cuerpo con el objetivo de mejorar la circulación de la linfa y el sistema linfático. La función de esta técnica es la de mejorar la contracción automática de los vasos linfáticos, ayudando a eliminar edemas y otras alteraciones derivadas de una mala circulación de la linfa.

El sistema linfático se encarga de transportar los deshechos derivados de la nutrición de las células hasta la sangre, que posteriormente los lleva hasta el sistema excretor para eliminarlos. Los edemas aparecen cuando el sistema linfático no puede depurar ciertas zonas, por lo que los líquidos y sustancias se estancan

La presión que se aplica durante el drenaje linfático ayuda a arrastrar los líquidos retenidos hacia el sistema circulatorio y la sangre. Además de transportar las sustancias de desecho de las células, el sistema linfático también actúa como defensa del organismo; esto se debe a los ganglios linfáticos, unas estructuras que se sitúan en varias zonas del sistema y que actúan depurando los agentes patógenos y neutralizando los daños que puedan producir.

El hecho de que se acumulen líquidos en los tejidos puede deberse a varias causas, como un mal funcionamiento del propio sistema linfático, natural o inducido (este último debido normalmente a una extirpación de ganglios linfáticos, algo frecuente en el tratamiento quirúrgico de ciertos tumores).

También se pueden acumular líquidos por causas que no tienen que ver con la linfa, como en el caso de edemas venosos, lipedemas, edemas traumáticos, edemas durante el embarazo, cirrosis hepática, malnutrición, etcétera.

¿Por qué se realiza?

Gracias a su acción antiedematosa y analgésica sobre las fibras musculares lisas, el drenaje linfático está especialmente indicado para atenuar el llamado efecto piel de naranja de la celulitis y para tratar edemas postquirúrgicos o cicatrices. En cuanto al efecto sobre las fibras musculares estriadas, este drenaje se propone a los pacientes por su efecto relajante, especialmente en el caso de músculos tensos o hipertónicos. Generalmente, el drenaje linfático aumenta la respuesta del sistema inmunológico, mejorando así la respuesta del sistema de defensa en las zonas tratadas con este masaje.

¿En qué consiste?

El drenaje linfático consiste en un masaje suave y repetitivo, cuyo ritmo, más lento que el del masaje tradicional, y la adherencia a la piel sin la ayuda de productos favorecen la activación de la linfa y la eliminación de los líquidos estancados.

Se recomiendan ciclos intensos, inicialmente de 2 a 3 sesiones semanales seguidas de un tratamiento de mantenimiento (2 a 4 al mes); sin embargo, estas indicaciones pueden variar en función de la enfermedad y gravedad de la misma.

¿Cuáles son los principios del drenaje?

Los 5 pilares en los que se basa el drenaje linfático son:

  1. No resbalar ni friccionar la piel
  2. Aplicar la fuerza justa y con la dirección adecuada según los ganglios
  3. Fase de contacto, presión y descompresión en cada movimiento
  4. Ritmo lento pero armónico y continuo
  5. Presión determinada medida en unidades de presión, correspondería a una presión media-baja (entre 15 y 40 Torr).

¿Qué efectos produce el drenaje linfático?

  • Acción analgésica
  • Acción simpaticolitica (relajante)
  • Favorece el sistema inmunológico y por lo tanto ayuda a mejorar las defensas
  • Acción drenante

¿Existen contrainidicaciones para el drenaje linfático?

La principal contrainidicación para realizar drenaje linfático manual son las infecciones agudas, esto es por el peligro de propagación por vía linfática. Ante una infección el organismo se defiende con una vasoconstricción linfática y sanguínea, y el DLM rompe esa protección mecánica local al relajar la vasoconstricción, propagando de esta forma la infección por todo el organismo.

  • Trombosis, flebitis y tromboflebitis.
  • Cáncer no tratado.
  • Descompensación cardíaca.
  • Varices severas con relieve.
  • Crisis asmática (hay que esperar 2 meses libres de síntomas)
  • Reacciones alérgicas en estado agudo.
  • Pacientes con patología renal.

Beneficios

 Combatir la hinchazón

El drenaje linfático favorece a la reducción de la hinchazón y de la retención de líquidos, pues a través de los masajes ayuda a drenar líquidos y toxinas hasta los ganglios linfáticos, facilitando su eliminación.

Combatir la celulitis

Puesto que la retención de líquidos contribuye a la formación de celulitis, al promover la eliminación de los líquidos es posible combatir también esta condición. No obstante, es recomendado asociar otros métodos para que su eliminación sea más eficaz. 

Ayudar a la recuperación de lesiones

El drenaje linfático contribuye a la recuperación de lesiones musculares y articulares, pues favorece la tonificación de los músculos y promueve la oxigenación de los tejidos. 

Favorecer la cicatrización

El drenaje linfático ayuda a reducir el edema y a mejorar la irrigación sanguínea, lo que contribuye a una cicatrización más rápida de los tejidos. 

Reducir hematomas

Además de acelerar la cicatrización, la reducción del edema y el aumento de la circulación sanguínea promovidos por el drenaje linfático contribuyen a reducir hematomas. 

Mejorar la circulación sanguínea

El drenaje linfático estimula la microcirculación y reduce la hinchazón, lo que contribuye a mejorar la circulación sanguínea, reduciendo la sensación de piernas pesadas y evitando el surgimiento de arañas vasculares.

Oxigenar los tejidos

La activación de la microcirculación y la eliminación de líquidos promovida por el drenaje linfático contribuye a una oxigenación más eficiente de los tejidos, puesto que el oxígeno llega de forma más fácil a las células. 

Eliminar toxinas

El sistema linfático ayuda al organismo a eliminar toxinas, por lo que el drenaje linfático, al promover el transporte de los líquidos hacia los ganglios linfáticos, hace que este proceso sea más eficaz.

Mejorar la autoestima

Al reducir la retención de líquidos, el drenaje linfático ayuda a moldear el cuerpo, haciendo que la persona sienta más confianza con su cuerpo y mejorando la autoestima y la calidad de vida. 

Prevenir adherencias de cicatrices después de una cirugía plástica

El drenaje linfático favorece a la regeneración organizada de las fibras, evitando que la cicatriz se adhiera. 

Este tratamiento debe ser aplicado por un profesional competente que sepa ejecutar las técnicas de forma correcta. Las maniobras que pueden ser usadas incluyen: movimientos circulatorios con los dedos, círculos con el pulgar, presión y deslizamiento en forma de brazalete o movimientos de bombeo. El drenaje puede ser realizado en todo el cuerpo o solo en un área de tratamiento, dependiendo de la necesidad que la persona presente