Beneficios de las almendras: La almendra es el fruto del árbol de la especie Prunus dulcus comúnmente conocido como almendro, nativo del Medio Oriente. El término “almendra” proviene de la palabra en latín amyndăla, que significa amígdala. En esta oportunidad daremos a conocer los beneficios de las almendras. Siguenos leyendo.

Este fruto seco posee una película de color canela que la envuelve, además de una cáscara exterior que no es comestible, por lo que la parte comestible de la almendra se reduce al 40%, es decir, sólo la semilla. Existen dos grandes grupos con diversas variedades de almendras, entre los que se encuentran, las almendras de cáscara blanda y las de cáscara dura.

La almendra destaca por su uso en la repostería, incluyendo la gastronomía española, que utiliza la almendra como un ingrediente básico de postres tradicionales como turrones, mazapanes, tartas, además de helados dulces. También se utiliza como aperitivo, asada o frita.

Aporte nutricional

Cada 100 gramos de este fruto nos aportan 21 de proteínas, prácticamente más que la misma cantidad de carne, lo que contribuye al correcto funcionamiento de nuestras células. Estas proteínas vegetales son las responsables de la sensación de saciedad que sentimos cuando las ingerimos, sin embargo, no acostumbramos a comer grandes cantidades, entre otras cosas, porque podría suponernos una indigestión.

Beneficios de las almendras

Proteínas y grasas

Las almendras aportan proteínas de origen vegetal, lo que representa una buena fuente de proteína para los músculos y tejidos del cuerpo.

Adicionalmente, las grasas principales en las almendras son los ácidos grasos monoinstaurados y poliinsaturados, que contienen un perfil lipídico similar al del aceite de oliva, que contribuye a disminuir el colesterol LDL (malo) y aumentar el HDL (bueno).

Ayuda a mantener el peso

Pese su importante aporte calórico, debido a su elevado contenido en grasas, las almendras pueden servirnos también para cuidar nuestro peso. Esto es así debido a su capacidad para agilizar el proceso metabólico y también porque pueden sustituir a otros snacks con mayores aportes calóricos.

Cardiosaludable

Las grasas no saturadas de la almendra constituyen un verdadero bálsamo para el corazón, especialmente sus ácidos grasos monoinsaturados, que son los que más abundan en su composición.

Esta saludable proporción de sus grasas, semejante a la del aceite de oliva, tiene la virtud de disminuir el colesterol LDL “malo” y favorecer el aumento del colesterol HDL, que ayuda a prevenir los accidentes cardiovasculares.

En un ensayo en el que se hizo consumir a voluntarios unos 42 gramos de almendras al día, al cabo de tres meses se pudo constatar que la mayor parte había tenido una importante reducción de los niveles de proteína C reactiva en sangre, un marcador de la inflamación que cuando es elevado se relaciona con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiacas.

Por otra parte, la presencia de flavonoides como la quercetina, las catequinas y los rutinósidos contribuye al buen estado del sistema circulatorio.

Alternativa a los lácteos

La almendra es tan rica en calcio que es una buena alternativa a los lácteos para asegurarse la obtención del calcio, el magnesio y el fósforo necesarios para la formación y regeneración de los huesos y los dientes.

Su aporte en calcio la hace imprescindible en la dieta de las personas mayores, ya que ayuda a prevenir la fragilidad ósea y la osteoporosis.

Antioxidantes

Están repletas de antioxidantes Los antioxidantes (sustancias que protegen al organismo del daño oxidativo, que contribuye al envejecimiento y a varias enfermedades) están presentes en la parte marrón de la piel que recubre las almendras.

 Por esta razón, las almendras peladas a las que se les remueve esta cáscara no son una buena elección desde el punto de vista de la salud. Un estudio clínico realizado sobre 60 fumadores de sexo masculino encontró que 84 gramos de almendras al día reducía los biomarcadores de estrés oxidativo entre un 23 y un 34 % en un periodo de cuatro semanas. Estos hallazgos apoyan, a su vez, a los de otra investigación en la cual consumir almendras junto con las principales comidas del día también redujo algunos marcadores de daño oxidativo.

Si se ponen en remojo antes de consumir las almendras, la absorción de los nutrientes es mayor, ya que se libera el ácido fítico que contienen y que es un estupendo antioxidante natural.

Mejoran el tránsito intestinal

Otro de los beneficios de las almendras es que mejoran el tránsito intestinal. Gracias a su buena cantidad de fibra y grasas saludables, las almendras contribuyen a mejorar el tránsito intestinal, lo que previene de estreñimiento, diarrea, úlceras estomacales o hemorroides, además de que aumentan las bacterias intestinales beneficiosas, pues esta flora utilizan los lípidos de la semilla para crecer, de ahí que tengan un efecto prebiótico.

¿Cómo comer almendras?

La manera más común de disfrutar de los beneficios de las almendras es incorporándolas a ensaladas, batidos o postres. No obstante, para que cumplan los beneficios prometidos deberán ser recetas saludables. Por ejemplo ensaladas de frutas, sin helado y agregando en lugar de crema de leche un yogur natural.

También se puede preparar una mezcla de varios frutos secos, a la que se le puede agregar mayor cantidad de almendras.

Otra forma de consumirlas más fácil y sin complicaciones de ninguna clase es sencillamente solas, en la media mañana o en la tarde como un rico snack.

Recetas para incluir a tu dieta

Crema de almendras

Ingredientes:

 4 tazas de almendras crudas (600 g)

Preparación:

1. Precalienta el horno a 180° C.

2. Coloca la mitad de las almendras crudas (2 tazas o 300 g) en un recipiente para horno y tuéstalas durante 10 minutos o hasta que se doren. Las almendras tostadas tienen un sabor más intenso y son más fáciles de batir. Puedes comprarlas ya tostadas. Las almendras tienen que quedar doradas, pero sin que lleguen a quemarse.

3. Mientras se enfrían, prepara la mantequilla. Coloca las almendras crudas (2 tazas o 300 g) en el procesador de alimentos y bate durante 20 o 25 minutos hasta obtener una consistencia suave. Las almendras crudas son más nutritivas, pero tienen menos sabor y la mantequilla tarda más tiempo en hacerse.

4. Coloca la mantequilla en tarro, de preferencia de cristal.

5. Coloca las almendras tostadas en el procesador de alimentos y repite el proceso hasta obtener una pasta con la textura deseada. La mantequilla estará lista en unos 5 o 10 minutosGuárdala en un bote de cristal hermético a temperatura ambiente.