Vivir sin tiempo es un mal de nuestra época. Podemos estar en todas partes, ser padres, amigos, pareja, jefes, profesionales y trabajadores full time.

 Creemos que lo hacemos todo y bien.

¿Qué cuenta la realidad que nos ofrece el reflejo de nuestra propia vida?

Comienza el día, la semana, con miles de situaciones a resolver: Familia, hijos, trabajo, amigos.

Estamos en pleno revuelo diurno, desempolvando el cansancio acumulado día tras día, semana tras semana, mes tras mes.

Nos parece  tener todo bajo control. Tenemos en mente los pasos a seguir para el resto del año que nos queda aún por transitar.

Relojes:: vivir sin tiempo
vivir sin tiempo

Que es vivir sin tiempo?

Vivir sin tiempo es cuando de repente, nos emerge un desencanto que se agita en el centro mismo del presente.  Queriendo salir como un grito desgarrado por nuestra voz.

Desterrar así las  malas energías que se acumularon en medio año de no dejar de correr tras los problemas, emociones, discusiones, paciencia extrema y mal vivir.

Hemos dejado pasar la vida…. Medio año más.

Pero en este segundo tiempo, en la vuelta del círculo que se cierra, se siente un latido distinto. Ya nos vemos diferentes,Nos darnos cuenta de la vida que fluye a nuestro alrededor y que no somos capaces de disfrutar.

conscuencias de vivir sin tiempo:

  • La familia queda a un lado.
  • los amigos lejos,.
  • el espacio propio para desarrollarnos en espera.
  • todo está  en un segundo plano, inerte, petrificado esperando que nos demos cuenta de lo que estamos haciendo.

Un día todo se clarifica, tocamos fondo, vemos pasar la juventud, las negaciones, los proyectos, los hijos, las convicciones como en un film… como si no fuese real, como algo que ya pasó y no podemos hacer nada para cambiarlo.

Y sin embargo, queda tanto por hacer.

Corremos desde que nos levantamos, con el celular, la compu, los noticieros que nos informan el tiempo, como va el país y si se puede llegar a capital por el camino de siempre.

Trabajamos más horas para comprar más cosas que, para pagarlas, tendremos que trabajar los fines semana y no salir con los niños, ni ver a nuestros padres, ni salir con nuestra pareja, ni descansar.

Acumulamos estrés, sueño, inestabilidad psíquica, deficiencia emocional, cansancio y frustración. Y a cambio sólo nos queda todo eso y el vacío de no llegar a tener nada.

Pero siempre hay una alarma que se dispara en el momento exacto, para hacernos entender para qué hacemos tantas cosas innecesarias, como trabajar más horas de las que necesitamos,.

Un día el reloj se detiene, y nada vuelve hacia atrás.

¿Que necesitamos?

Entonces, ¿para qué vivir trabajando? lo que en verdad necesitamos es el afecto de quienes amamos. Amar es cocinarles toda la tarde para que en media hora no queden ni las migas, trabajar lo justo y dedicarle más tiempo a las caminatas despreocupadas, bajo un cielo que se torna cálido, de la mano, del brazo, en compañía de quien elijamos.

Es tener el fin de semana libre para dormir hasta más tarde, desayunar en la cama, con los niños deambulando por toda la casa, descalzos y despeinados, darle a quienes nos esperan, nuestra presencia a diario.

El hecho de tener que trabajar, no deja de lado la vida.

En esta etapa del año, en plena conciencia de lo que nos es más importante y necesario, debemos comenzar el cambio que deseamos conseguir en breve. Nada se mantiene solo, ni el deseo de permanecer, ni las ganas de hacer ni el amor por lo que hacemos.

Hoy, ya es un muy buen momento para frenar un poco esta marcha delirante de una carrera perdida, y tratar de focalizar en lo que en verdad nos hace sentir plenos y felices.

Dejemos de preocuparnos por estar ocupados con cualquier cosa y salgamos a ver el sol, todo pasa una sola vez.