La lechuga es un vegetal, hortaliza, de sabor suave que contiene una amplia gama de vitaminas, minerales y nutrientes, tales como el calcio, magnesio, potasio, vitamina A, vitamina C y vitaminas B, por lo que las propiedades de la lechuga facilitan múltiples procesos biológicos en el organismo contribuyendo a la buena salud.

Además de que aporta muy pocas calorías por su alto contenido en agua, su escasa cantidad de hidratos de carbono y menor aún de proteínas y grasas, hacen que sea uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo.

Origen

La lechuga (Lactuca sativa) pertenece a la familia de las asteráceas y se cultiva desde hace más de dos mil años. Por lo visto los romanos e incluso los griegos apreciaban ya sus virtudes y su sabor.

Los árabes en el siglo XI contaban con tratados que explicaban cómo plantar lechugas, e Isabel de Farnesio, casada con Felipe V, las usaba rellenas como guarnición en sus banquetes.

La lechuga

Parece que se cultivó por primera vez en la India, pero este es un tema controvertido. En cualquier caso hoy se cultiva en la mayoría de países de clima templado, pues resiste mejor las altas temperaturas que las bajas.

Tipos

Al igual que ocurre con la cebolla, otra habitual de las ensaladas, existe una amplia variedad disponible en el supermercado. Algunos de los tipos de lechuga más comunes son:

Romana: la «lechuga de toda la vida», muy económica pero también de las más nutritivas. Es fácilmente reconocible por sus hojas alargadas y su gran nervio central.

Escarola: por su sabor amargo y su textura gruesa, esta lechuga rizada es ideal para aportar cuerpo a una ensalada.

Hoja de roble: sus características hojas de color marrón rojizo son más suaves y crujientes; es ideal para combinarla con otros tipos de lechuga.

Iceberg: aunque esta variedad redonda es también muy frecuente, se trata de una de las lechugas menos nutritivas.

Beneficios

Efectiva en casos de estreñimiento

 La lechuga tiene una gran cantidad de fibra dietética, que ayuda a mejorar la digestión y estimula el movimiento de los intestinos. Además, es útil en casos de retención de líquidos, cálculos renales y problemas de flatulencias.

 Es rica en vitaminas 

A, E, C, B1, B2, Y B3, así como en calcio, magnesio, socio y potasio. Consumir 100 gramos de lechuga aportará al organismo la cantidad diaria necesaria de vitamina A y betacarotenos.

Te sentirás más hidratado

Aunque la forma más óptima de hidratación seguirá siendo siempre beber agua, la lechuga es uno de esos alimentos que contienen más H20 de todo el espectro alimenticio. De hecho, se compone de un 95% de agua, de ahí que un solo puñado de lechuga pueda equivaler a medio vaso de agua

 Previene la osteoporosis

 La lechuga es rica en vitamina K, un nutriente esencial en el metabolismo óseo, al ayudar en el crecimiento de la masa ósea. Estudios han señalado que esta vitamina tiene un papel importante en el tratamiento contra la enfermedad de Alzheimer.

 Previene el cáncer

 Posee oligoelementos como el selenio que previenen el desarrollo de ciertos tipos de cáncer como el de pulmón, próstata y colon.

Dormir Tranquilo

Gracias a que la lechuga contiene una sustancia llamada lactucarium (el líquido blanco que sale cuando la cortas), la cuál se encarga de producir efectos calmante que ayudan a conciliar el sueño fácilmente.

Además de esto dentro de los beneficios de la lechuga se encuentra el de tener un analgésico natural que ayuda a reducir dolores ligeros. Para utilizarla como remedio para dormir mejor, solo debes añadir una porción a tu cena, ya sea cruda o como infusión.

Calma los dolores

 La lechuga tiene un efecto calmante y sedante lo que ayuda a manejar mejor los dolores musculares.

Alta en fibra

La lechuga es una verdura con una gran cantidad de fibra dietética. Por esta razón, consumir lechuga es recomendable durante episodios de estreñimiento Además, ayuda a eliminar la retención de líquidos y la inflamación.

Esta es una de las razones por las que la lechuga se incluye en ensaladas y en casi cualquier dieta que pretende ayudar a eliminar peso. Su alto contenido de fibra ayuda a que los intestinos trabajen adecuadamente y a mantener nuestros intestinos completamente sanos

Regula los niveles de azúcar

Una de las propiedades más sorprendentes de la lechuga es que regula el nivel de azúcar en sangre. Se le considera un alimento hipoglucemiante, por lo que es un ingrediente ideal para pacientes diabéticos.

De hecho, esta es una de las principales razones por las que las lechugas aparecen en todas las ensaladas. Es una verdura que proporciona cero calorías y que además reduce el azúcar, por lo que siempre forma parte de las dietas que se usan para bajar de peso.

Mitos

En torno a la lechuga existen diferentes mitos como el que afirma que engorda especialmente si se consume de noche. Lo cierto es que al ser muy rica en fibra puede producir flatulencias y hacer que algunas personas se sientan más hinchadas. Para resolverlo se recomienda no consumirla en grandes cantidades y cortarla en juliana, es decir en porciones pequeñas así como masticarla lentamente.

La lechuga

Otro de los mitos es que retiene líquido, sin embargo, muy al contrario de este mito, la lechuga contiene gran cantidad de agua que unida al potasio aumenta la diuresis, es decir, favorece la eliminación de agua.

Recetas

Ensalada de lechuga, bacalao y aguacate

Ingredientes

  • 300 g de lechuga
  • 100 g de bacalao ahumado
  • 1 aguacate
  • 30 g de pasas
  • aceite de oliva virgen extra
  • vinagre
  • sal

Procedimiento

Lava la lechuga, seca, trocea y colócala en una fuente grande.

Corta el aguacate por la mitad, retira el hueso, saca la pulpa y córtala en dados. Agrégalos a la fuente.

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Pica el bacalao ahumado en daditos y espárcelos sobre la ensalada.

Salpica la ensalada con las pasas.

Sazona y aderézala con aceite y vinagre.