«Hackear» a la violencia de género: En el magnífico CMD (Centro Metropolitano de Diseño) ubicado en el pintoresco barrio porteño de Barracas se desarrolló por primera vez el “HACKE A LA VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES”, una destacable iniciativa motorizada por el Ministerio argentino de Desarrollo Social. 

"Hackear" a la violencia de género

En primer lugar, definamos “HACKATON”

porque de eso se trató. Puede haber quien no esté familiarizado con el término. Obviamente, es un neologismo compuesto por los términos “Hack” (De él viene el conocido “Hackear”, en el sentido de intervenir o romper algo) y maratón.

Hablamos pues de un encuentro de entre 24 y 48 horas, en el que campea el espíritu colaborativo entre conocedores de una misma materia que con su problemática sirve como convocante y aglutinante, pautándose previamente una serie de consignas que serían los problemas a resolver.

Es cuestión entonces de complementar los diversos conocimientos y experiencias de cada participante para alcanzar un objetivo en común. Así se crean y fortalecen comunidades y se profundiza la tendencia de “Aprender haciendo” y “Aprender resolviendo problemas”: «Hackear» a la violencia de género!

En una o más jornadas muy intensivas;se forman equipos y/o se relacionan algunos ya formados con otros, dándole sentido al concepto muy en boga de “Network”, o red de trabajo; De más está decir que los hackatones abundan en los ámbitos tecnológicos; los que hoy muestran un vigor envidiable no solo en su evolución meramente técnica sino también en lo operativo y en un espíritu social que los aleja felizmente del estereotipo del “Nerd” solitario y poco solidario que vive en su propia burbuja.

Dicho esto, les contamos que el Ministerio arriba mencionado se asoció con el de Modernización; y utilizando ese estupendo espacio que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha destinado a la producción de arte y diseño; convocó a todos los que quisieran aportar soluciones de cuño tecnológico/digital destinadas a paliar el azote que hoy representa la ola de femicidios que asuela Argentina (y no solo a este país, desgraciadamente).

Recordemos que, en promedio, una mujer muere cada 37 horas en episodios tan violentos como evitables, y no pocas veces hubo jornadas con dobles, triples y aún cuádruples femicidios.

¿Cuál fue el objetivo del Hacker?

“El objetivo del encuentro es diseñar y prototipar proyectos que busquen solucionar desafíos específicos, conectar a la comunidad tecnológica con la del sector social; generar conciencia y sentar bases para el desarrollo de iniciativas de valor agregado para la temática”; pudo leerse en el abundante material impreso que se repartió durante el encuentro.

Así, el 25 y 26 de noviembre se reunieron en ese rincón de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires diversos equipos interdisciplinarios para producir y optimizar soluciones digitales destinadas a mujeres en situación de maltrato o violencia.

El objetivo se logró plenamente, hay que decirlo. Y fue un gran paso adelante para poner en acto la potencia implícita en la ley 26.485 “De protección integral para prevenir; sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales”; según afirma el largo subtítulo (si cabe tal término) de esa norma legal argentina.

Al cabo de la segunda jornada; fueron 21 grupos variopintos los que exhibieron sus soluciones e ideas para el encuentro ante un jurado de especialistas y funcionarios

No podía faltar algún incentivo bien concreto, así que el grupo ganador se lleva $ 100.000 para desarrollar su proyecto o prototipo; más el apoyo ministerial para las cuestiones logísticas.

Eso explicaron María Inés Baqué (Subsecretaria de Gestión e innovación pública del Ministerio de Modernización); Carolina Barone (Directora de políticas de genero del Ministerio de Seguridad de la Nación); y Victoria Morales Gorleri (Subsecretaria de relaciones sociales del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación) encargadas de abrir el encuentro en la mañana del viernes 25.

Y decimos “grupos variopintos” porque (como ya explicamos) lejos estuvo de tratarse solo de una reunión de jovencitos encandilados por el mundo digital; Éstos, que por cierto eran muchos; se habían unido a dirigentes sociales, comunicadores, publicistas, diseñadores y todos los que pudieron o quisieron comprometerse con esta causa.

Las edades de los concurrentes eran diversas

sus competencias profesionales también (tanto como sus experiencias de vida); y resulta muy destacable que entre las dos centenas de participantes había una cantidad equivalente de varones y féminas; Esto indica que algo puede cambiar, y la aberrante situación de las mujeres expuestas a violencia sexista tiene buenas posibilidades de mejorar.

Remarcamos lo original de la idea: agregar una “pata digital” al menú de soluciones y paliativos que establece la ley citada; la que busca dar respuesta a las obligaciones asumidas por el Estado argentino en el marco de los Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos. 

En resumen:

fue una gran experiencia, organizada sin fallas notables, con esmerada atención de los organizadores y anfitriones; que incluyó excelente catering, comodidades adecuadas; orientación permanente, mucho material disponible, y todo en un lugar inmejorable para este tipo de encuentros.

El grupo ganador resultó ser “Alert.ar”, una app que si un agresor burla la prohibición de acercamiento a una víctima, dispara una serie de alarmas múltiples.

Pero el trabajo de todos es igualmente valorable, porque todo suma. Se crearon muchas “apps”, “sitios responsivos” y “plataformas” (entre otras ciber-herramientas); que pueden ayudar a que otras tantas mujeres mejoren su existencia… o al menos la salven. Dada la situación, no es posible dejar algo sin probar.

Esperamos que sea fecundo y que se repita, porque todo lo que pueda agregar esperanzas de solucionar dramas como los que plantea la catarata de femicidios será bienvenido.

Se trata de un compromiso que deben asumir todos los hombres y mujeres de bien en Argentina y en el mundo; especialmente aquellos que tienen cierto poder desde las estructuras estatales o determinadas competencias; técnicas que puedan aplicarse de una forma u otra para mejorar la vida de sus conciudadanos.

«Hackear» a la violencia de género!