La meditación es un ejercicio mental con el que, a través de la atención, entrenamos nuestra mente para llevarla a un estado de paz, calma y serenidad interior. Es por ello que a continuación, te traemos el día de hoy los mejores consejos para meditar correctamente. Síguenos leyendo.

Consejos para meditar correctamente

Elige un lugar tranquilo y hora adecuada

El lugar puede ser un rincón del dormitorio, la sala, un espacio de tu oficina, entre otros. Mientras que la hora que se suele recomendar es antes del desayuno. Sin embargo, como principiantes deberíamos enfocarnos primero en desarrollar el hábito de meditar a diario y a la hora que sea; lo de madrugar podemos dejarlo para más adelante.

Sin embargo, según los expertos, el mejor momento para meditar es entre las 4 AM y las 4 PM, pues la posición de la Tierra en ese lapso favorece el equilibrio entre las glándulas pineal y pituitaria al sentarse con la espalda recta. Lo cierto es que, cualquiera que sea la hora en que decidas hacerlo, trata de ser constante, consistente y practica la meditación a la misma hora todos los días.

Ropa cómoda

Debemos elegir una ropa cómoda que nos permita relajar todo nuestro cuerpo, por ejemplo, ropa deportiva, siempre que no quede demasiado ajustada. También podrás hacerlo con la ropa cómoda que tienes para estar por casa.

Consejos para meditar correctamente

Pueden ser unos pantalones de estilo baggy o incluso unos de chándal, pero que permitan estar cómodos en cualquier postura que tomemos a la hora de meditar. Nada debe perturbar nuestra concentración a la hora de meditar, ni siquiera algo tan simple como es la ropa.

Siéntate de manera correcta

Para meditar debes sentarte de manera correcta, es decir, en el suelo con la espalda recta, pero sin tensiones, respirando hondo y manteniendo los hombros y brazos relajados. Algunas personas prefieren sentarse en una silla o de rodillas en vez de la clásica postura, y también existe la meditación tumbada. Sea cual sea la posición que adoptes, la espalda siempre debe estar recta y el cuerpo, especialmente los hombros y brazos, relajados.

En la realidad, es que no podemos considerar solo una postura para realizar nuestra meditación diaria, sino que son muchas las que existen. La trascendental o aquella que nos servirá mucho más, es en la que nos sintamos cómodos. Podemos meditar desde sentados en una silla, con las piernas cruzadas sobre una colchoneta o acostados completamente sobre el piso. Cada cual responderá a nuestras preferencias de ese momento o instante y debe ser respetada.

Algunas asanas muy utilizadas para meditar incluyen la Postura del Loto, Savasana, Supta Baddha Konasana y Virasana, pero siéntete libre de explorar y modificar posturas para que funcionen para ti.

Respiración

Al principio en esta práctica lo único que tienes que hacer es concentrarte en tu respiración o en la sensación de respirar en una parte del cuerpo, por ejemplo en tu pecho al expandirse con cada inhalación y exhalación, o en tus fosas nasales.

Trabaja la técnica de respiración que más te funcione. Puede ser respiración del vientre o de la nariz, o incluso combinar ambos estilos. Las puedes aplicar desde el inicio de la meditación o más adelante, cuando te sientas más cómodo.

Pensamientos durante la meditación

Otro de los consejos para meditar correctamente, son los pensamientos. Cuando meditamos y nos centramos en nuestra respiración es muy normal que aparezcan pensamientos, preocupaciones o ideas que nos distraigan de ello.

Como decimos es normal, y el consejo en este caso es que cuando suceda, sin darle mayor importancia dejemos ir el pensamiento y sigamos centrándonos en la meditación.

No juzguemos si lo estamos meditando mal, o estamos meditando bien. Simplemente dejamos ir el pensamiento y volvemos a centrarnos en nuestra respiración.

Ten tu estómago vacío

Un buen momento para meditar es antes de las comidas. Si meditas luego de comer, puede que te quedes dormido. Sin embargo, no te fuerces a ti mismo a meditar si tienes mucha hambre, ya que quizás te parezca difícil debido a esto o te pases toda la meditación pensando en comida. Por eso tu meditación puede no estar esté funcionando. En ese caso, puedes meditar luego de dos horas de haber comido.

Practica la gratitud

A lo largo del día, te encuentras con otras personas, sin embargo, también mereces alimentar la relación que tienes contigo ya que es la más importante de tu vida. Por ello, vive este momento de meditación como una oportunidad para abrazar a tu «yo interno». Puedes expresar este acto de amor propio a través de un mantra verbal, es decir, puedes decirte una palabra que te dé paz. Pero también puedes expresar esta gratitud a través de un gesto de lenguaje corporal. Por ejemplo, puedes poner tus manos sobre tu corazón.

Aumentar el tiempo de forma progresiva

Cuando te inicias en la meditación, debes empezar poco a poco para luego ir aumentando el tiempo. Es ideal comenzar con la meditación de un minuto, para progresivamente llegar a los 20 o 30 minutos diarios que te ayudarán a mejorar tu bienestar.

Beneficios de meditar

Fortalece el sistema inmunológico

La meditación estimula la corteza prefrontal, la ínsula anterior derecha y el hipocampo derecho del cerebro, estas partes se encuentran relacionadas con el control del estrés y la ansiedad, pero también con el fortalecimiento del sistema inmune, por lo que podrás prevenir la aparición de muchas enfermedades y malestares.

Aumenta la capacidad de enfrentar desafíos

Al serenar tu cuerpo y tu mente te das cuenta de que todas las emociones y situaciones son pasajeras, nada es permanente, por lo que puedes enfrentar las situaciones que antes te parecían imposibles o muy difíciles de tratar. La meditación te hace experimentar paz mental, lo que a su vez te permite adoptar una visión más amplia de la realidad y ver un campo de infinitas posibilidades.

Alivio del estrés

La reducción del estrés es, probablemente, uno de los beneficios de la meditación principales por el que las personas comienzan a practicarla. Actualmente existen muchos estilos de meditación que pueden ayudar a reducir el estrés.