Muchas personas se quedan dormidas viendo televisión o llevan sus celulares o tablets a la cama. Y su último pensamiento es una de esas pantallas brillantes. Además de que esto afecta los ciclos de melatonina que permiten dormir bien. De alguna manera también estos hábitos in-forman nuestros sueños, cruzando el umbral como fantasmas mentales y programando el contenido de nuestros sueños.

Justo antes de quedarse dormido siempre hay un pensamiento final. Podemos intentar que ese último pensamiento sea uno noble y benevolente. Si lo hacemos, la cualidad de ese pensamiento puede permear todo nuestro sueño. Podemos decir, desde un punto de vista espiritual, que nuestro sueño se vuelve un sueño virtuoso. Si tu último pensamiento es egoísta o hasta hostil, entonces quedarse dormido con eso en la mente satura todo el proceso de sueño con emociones poco sanas. Esto es una idea muy simple, pero es una importante. Sin mucha dificultad, podemos asegurarnos de que una parte significativa de nuestra vida se vea saturada de bondad.

El maestro budista Chökyi Nyima Rinpoche señala:

El ultimo pensamiento

El último pensamiento antes de dormir

Tres cosas que puedes hacer antes de dormir para que al siguiente día tengas la mejor actitud del mundo. Y logres encausar tus esfuerzos, cada día, hacia una mejor calidad de vida:

1. Pensamientos positivos. Lo que elegimos hacer o pensar, en esos últimos momentos, al final del día, es lo que vamos a poner a trabajar durante toda la noche. Así que irnos a dormir después de una discusión, de ver las noticias o una película de terror, no es una muy buena idea. Nada mejor que relajarnos y tener pensamientos positivos para dormir placenteramente.

2. Meditar. Para poder dormir bien es importante estar relajados y en calma. Muchas veces nuestra mente no descansa debido a pensamientos e ideas que nos hacen sentir tensos y nerviosos. Meditar o rezar nos permite aquietar nuestra mente, reunificarnos y estar en paz con nosotros mismos.

3. Agradece tu presente. Repasamos nuestro día, pensamos en deudas, en las labores y ocupaciones del día siguiente. Y nos olvidamos disfrutar el momento y estar realmente presentes en el presente. Agradecer el poder tener la posibilidad de descansar. Y olvidarnos de todas las funciones y preocupaciones de la vida diaria, es nuestro momento para relajarnos y soñar en grande.

Al final todo se trata, en la vigilia o en el sueño, en la vida o en la muerte, de despertar, que es lo mismo que reconocer la luz de la propia conciencia y erradicar el sufrimiento.