El tercer ojo es conocido como el ojo interno y hace referencia a la percepción, al más allá, a un estado de conciencia superior, a la clarividencia, a un estado de iluminación. Es uno de los siete chakras y solo algunos logran abrirlo y tomar conexión con él ya que requiere de mucha práctica de meditación. Se encuentra en el entrecejo entre los ojos. Hay diversas técnicas para abrirlo, una de ellas es la meditación. Solo requiere de constancia y tiempo.

Meditación para abrir tu tercer ojo

  • Manos “en espejo”, con las palmas oblicuas mirando hacia la cara.
  • Codos pegados a las costillas.
  • Muñecas algo caídas hacia atrás (“en extensión”).
  • Dedos semi-relajados y  abiertos.
  • Respiración lenta, profunda y controlada (respiración consciente).
  • Ojos ligeramente abiertos mirando la punta de la nariz.
  • Realizar la meditación por 15 a 30 minutos.
El tercer ojo

La meditación paso a paso

Cierra los ojos. Primero percibe las sensaciones de las manos en la cara, sin traducirlas a palabras. Las propias sensaciones son la finalidad. Resulta una experiencia muy abierta, profunda y silenciosa. En sí mismo es una poderosa meditación.

Más tarde, añade también las sensaciones de la cara, pecho, diafragma, abdomen… mezclandolas entre sí y formando una unidad. Tras ello, sigue extendiendo la consciencia hacia las sensaciones de la espalda y la nuca en unidad con los demás. Ahora tu espacio meditativo está expandido en todas las direcciones y no tiene centro.

Finalmente, enfocate en las sensaciones de la espalda y sujeta tu espacio perceptivo de atrás para adelante. También puedes expandirte hacia más atrás. Siente tus sensaciones globalmente.

Respira lenta y profundamente

Una vez asentado en la meditación, entreabre los ojos dirigiendo la mirada a través de la sombra de las pestañas en dirección a la punta de nariz. Mira desde las sensaciones de la nuca hacia el centro del cerebro. No mires desde los ojos.

Al pretender mirar la nariz desde la nuca, se abre un espacio de silencio en el centro del cerebro, por delante de la nuca y por detrás de los globos oculares. Ese es el “espacio del tercer ojo”.

La meditación desarrolla la intuición y el tercer ojo. Ayuda a percibir el flujo de nuestra mente. Facilita reconocer el hecho de la fantasía (y así empezar a controlarla). Evitamos la distracción y se destapa el silencio.

Meditación express en el caso de no tener tiempo

Sentarse en el piso de la habitación cómodamente, colocar una luz ténue, poner música suave de relajación si la tienes y sino inhalar por nariz lentamente y exhalar por boca muy lentamente. Comenzar a visualizar el tercer ojo en el entrecejo: al principio veras un punto negro y con el correr de los días y la practica verás luces, colores. Esto te permitirá estar más enfocado y así poder tomar mejores decisiones.