Inflamación del hígado por ingesta de alcohol: Consiste en una inflamación del hígado. Asociada al consumo abusivo de alcohol, generalmente de forma continuada. La cantidad de alcohol que se relaciona con el desarrollo de lesión hepática se estima en 60 g/d en los varones. Y en 40/d en las mujeres, ya que estas tienen una mayor susceptibilidad para el daño hepático alcohólico.

Puede asociarse a otras alteraciones como una esteatosis (acúmulo de grasa en el hígado). Que es más benigna, o a una cirrosis alcohólica que es una lesión más avanzada, aunque no necesariamente más grave. El término de aguda hace referencia a las formas graves con aparición súbita de los síntomas.

Síntomas

El signo más común es la coloración amarillenta de la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia).

Estos son otros signos y síntomas:

  • Pérdida de apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Sensibilidad abdominal.
  • Fiebre, a menudo febrícula
  • Fatiga y debilidad.
Hepatitis alcohólica

Ingerir grandes cantidades de alcohol suprime el apetito. Y los bebedores empedernidos obtienen la mayoría de las calorías en forma de alcohol.

Los signos y síntomas adicionales que se producen incluyen los siguientes:

  • Acumulación de líquido en el abdomen (ascitis).
  • Confusión y cambios en el comportamiento debido a la acumulación de toxinas que el hígado suele destruir o eliminar.
  • Insuficiencia renal y hepática.

El abuso del alcohol puede causar tres tipos de lesiones , que a menudo se desarrollan en el orden siguiente:

  • Acumulación de grasa (hígado graso o esteatosis hepática): este tipo es el menos grave y, a veces, puede ser reversible. Se presenta en más del 90% de las personas que consumen demasiado alcohol.
  • Inflamación (hepatitis alcohólica): el hígado se inflama aproximadamente entre el 10 y el 35% de las personas afectadas.
  • Cirrosis: Alrededor del 10 al 20% de las personas que abusan del alcohol desarrollan cirrosis. En la cirrosis, se sustituye de forma permanente gran parte del tejido hepático normal por un tejido cicatricial (fibrosis hepática). Incapaz de realizar función alguna. Como resultado, la estructura interna del hígado se distorsiona, y ya no puede funcionar con normalidad. Por último, el hígado por lo general se reduce de tamaño. Las personas afectadas pueden presentar pocos síntomas. O los mismos síntomas que los ocasionados por la hepatitis alcohólica. La cirrosis es irreversible.

La cirrosis puede causar las siguientes complicaciones graves:

  • Ascitis: acumulación de líquido en el abdomen, causando hinchazón.
  • Encefalopatía hepática (portosistémica): la funcionalidad cerebral se puede deteriorar debido a que el hígado dañado no es capaz de eliminar los residuos tóxicos de la sangre. La persona puede estar adormecida y confundida.
  • Hipertensión portal: La vena que transporta la sangre desde el intestino al hígado puede estrecharse o bloquearse. Lo que aumenta la presión de la sangre en su interior. La hipertensión portal causa o contribuye a la ascitis. A las hemorragias digestivas, al aumento del volumen del bazo (esplenomegalia). Y a veces, a la encefalopatía portosistémica.
  • Hemorragias digestivas: las venas del esófago y el estómago se dilatan y pueden sangrar debido a la hipertensión portal. Pueden aparecer vómitos con sangre, diarreas sanguinolentas o heces de color oscuro y alquitranadas.
  • Insuficiencia hepática: el hígado cada vez es menos capaz de desempeñar su cometido, lo que da lugar a muchas complicaciones y, con frecuencia, a un mal estado de salud general. La insuficiencia hepática, por último, puede conducir a una insuficiencia renal.
  • Coagulopatía: la persona tiende a sangrar o presentar hematomas con facilidad. Debido a que el hígado lesionado no sintetiza de manera suficiente las sustancias necesarias para la coagulación de la sangre (factores de la coagulación). Además, el alcohol puede reducir el número o la actividad de las plaquetas. Que también intervienen en la coagulación de la sangre. La hipertensión portal ocasiona un aumento del tamaño del bazo. Lo que también disminuye el número de plaquetas.
  • Esplenomegalia: la hipertensión portal hace que el bazo aumente de volumen (una patología denominada esplenomegalia). El bazo agrandado atrapa y destruye más glóbulos blancos (leucocitos) y plaquetas (trombocitos) de lo normal. Como resultado, aumenta el riesgo de infecciones y hemorragia.

Causas

Se produce cuando el alcohol que bebes daña el hígado. No está claro de qué manera el alcohol daña el hígado ni por qué lo hace solamente en algunos bebedores empedernidos.

Se sabe que los siguientes factores desempeñan un papel :

  • El proceso del cuerpo para descomponer el alcohol produce químicos altamente tóxicos.
  • Estos químicos activan la inflamación que destruye las células del hígado.
  • Con el tiempo, las cicatrices reemplazan el tejido hepático sano, e interfieren con la función hepática.
  • Esta cicatrización irreversible (cirrosis) es la etapa final de la enfermedad hepática alcohólica.

Algunos de los factores que pueden contribuir a la hepatitis alcohólica son los siguientes:

  • Otros tipos de hepatitis. Si padeces hepatitis C y también bebes, así sea de manera moderada, es más probable que sufras de cirrosis que si no bebieras.
  • Desnutrición. En general, las personas que beben mucho están desnutridas porque comen mal o porque el alcohol y sus derivados impiden que el cuerpo absorba adecuadamente los nutrientes. La falta de nutrientes contribuye al daño de las células hepáticas.

Factores de riesgo

El mayor factor de riesgo para la hepatitis alcohólica es la cantidad de alcohol que consumes. No se sabe cuánto alcohol necesitas para que estés en riesgo de contraer hepatitis alcohólica. Sin embargo. La mayoría de las personas que padecen esta enfermedad tienen un historial de consumo de más de 3,5 oz (100 g).

Lo cual es equivale a siete vasos de vino. Siete cervezas o siete tragos de bebida alcohólica de alta graduación, por día durante los últimos 20 años.

Hepatitis alcohólica

Sin embargo. Puede ocurrir entre quienes beben menos y tienen otros factores de riesgo.

Otros factores de riesgo incluyen los siguientes:

  • El sexo. Las mujeres parecen presentar mayor riesgo de desarrollar hepatitis alcohólica. Por lo tanto, esto puede deberse a las diferencias en la manera en que se procesa el alcohol en las mujeres.
  • Obesidad. Los bebedores empedernidos con sobrepeso tienen más probabilidades de desarrollar hepatitis alcohólica. Y de avanzar a una cirrosis.
  • Factores genéticos. Hay estudios que sugieren que puede haber un componente genético en las enfermedades hepáticas inducidas por el alcohol. Aunque es difícil separar los factores genéticos de los factores ambientales.
  • Raza y origen étnico. Los afroamericanos y los hispanos podrían estar en mayor riesgo de sufrir hepatitis alcohólica.
  • Consumo compulsivo de alcohol. Tomar cinco o más tragos en un periodo de dos horas para hombres y cuatro o más para mujeres podría aumentar el riesgo de hepatitis alcohólica.