El laurel es una planta originaria de la zona Mediterránea donde crece en los lugares más húmedos y sombreados. Se trata de un árbol de la familia de las lauráceas, que es el mismo grupo al que pertenecen otros árboles que dan frutos tan conocidos como son el aguacate, la canela o el alcanfor. Es una planta fácil de encontrar y cultivar, siempre que se proteja de las heladas y de un sol excesivo que pueda secar sus hojas.

En las antiguas Grecia y Roma coronaba a los guerreros y emperadores más valientes, así como a los atletas vencedores en las pruebas típicas de esta época.

El laurel

Leyenda

Cuando la ninfa Daphne huía del intento de seducción de Apolo, invocó el auxilio de su padre, Peneo, que, para liberarla, la transformó en laurel. Esta es la leyenda de este arbusto perenne símbolo del conocimiento, de la inspiración y de la poesía. Por eso se han utilizado coronas de hojas de laurel para distinguir a los poetas y a los bachilleres más ‘laureados’. En las antiguas Grecia y Roma coronaban a sus atletas vencedores y a sus guerreros y emperadores más valientes.

Propiedades

En la actualidad, aunque la cocina sea la primera aplicación en la que pensamos cuando nombramos el laurel especialmente como aromatizante de numerosos guisos, ésta no es la única posibilidad que ofrece, ya que también tiene numerosas propiedades para nuestra salud. Esto se debe a que en su composición están presentes sustancias muy beneficiosas como los antioxidantes o minerales tales como potasio, fósforo, calcio y magnesio además de ser bactericida y rico en ácidos grasos orgánicos, ácido fólico, fibra y vitaminas B6 y  entre otros.

Por otro lado el lauren ayuda a que este tipo de dolores disminuyan:

  • Gases, eructos, distensión abdominal y dolor de estómago;
  • Inflamación en el hígado;
  • Cólicos menstruales;
  • Infecciones en la piel;
  • Dolor de cabeza;
  • Reumatismo;
  • Estrés y ansiedad. 

Asimismo, las hojas de laurel son capaces de regular los niveles de azúcar en la sangre, pudiendo ser utilizadas para ayudar en el tratamiento de la diabetes. El laurel también puede ser utilizado para tratar problemas de la piel, como dermatitis, siendo recomendado en este caso su uso tópico; no obstante, es importante que su uso sea indicado por el médico, puesto que puede desencadenar reacciones alérgicas. 

Remedios caseros

Té de canela y laurel 

Ingredientes

  • 5 vasos de agua mineral
  • 6 hojas de laurel
  • 1 cucharadita de canela en polvo

Cómo preparar el té de laurel y canela – paso a paso

  1. Agrega en un cazo los 5 vasos de agua mineral y deja que hiervan a fuego medio.
  2. Cuando alcance su punto de ebullición, añade al cazo tanto la canela como las hojas de laurel. Baja el fuego y deja que los ingredientes se cuezan durante 15 minutos.
  3. Ahora apaga el fuego y deja que los ingredientes reposen unos minutos más mientras el agua se enfría un poco.
  4. Una vez que notes el agua un poco menos caliente, cuela el contenido para retirar los restos de canela y laurel y sírvela en un vaso.

Compresas con hojas de laurel

Ingredientes

  • 2 tazas de agua (500 ml).
  • 3 hojas de laurel frescas.

Preparación

  • Primero, en una olla calienta 2 tazas de agua hasta que empiece a hervir.
  • A continuación, añade las hojas de laurel frescas al agua hirviendo y déjalas reposar durante unos minutos.
  • Empapa un paño con la infusión y colócalo como compresa sobre el pecho.
  • Otra opción es remojar las hojas de laurel en agua caliente y colocarlas directamente en forma de compresas sobre el pecho.
  • Finalmente, cubre tu pecho con una toalla y calienta las hojas nuevamente cada vez que se enfríen.

Aceite de laurel

Ingredientes

  • 4 o 5 hojas de laurel.
  • 2 tazas de aceite de almendras dulces (500 ml).

Preparación

  • Introduce las hojas en el recipiente y añade el aceite de almendras. Es importante que las hojas estén limpias.
  • Luego cierra herméticamente y deja macerar el aceite por 40 días.
  • Una vez tengas el aceite de laurel podrás usarlo cuando sientas malestar en las fosas nasales o desees mejorar la respiración. Este remedio es sencillo y efectivo

Jarabe casero 

Ingredientes

  • 6 hojas de laurel.
  • El jugo de 1 limón.
  • 1 tazas de agua (250 ml).
  • 6 cucharadas de azúcar moreno (90 g).

Preparación

  • Toma una olla y agrega las 2 tazas de agua y las hojas de laurel. Deja que hierva unos 15 minutos.
  • Una vez cocidas las hojas, cuela el agua y dejar enfriar.
  • A continuación, vierte el líquido en un recipiente y agrega 6 cucharadas de azúcar moreno y el jugo de un limón orgánico.
  • Después de mezclar e integrar todo muy bien, ya estará listo el jarabe casero. Solo te queda envasar y guardar al frío durante 7 días. Luego, podrás tomarlo cuando sientas tos o malestar de gripe.

Vahos de laurel 

Ingredientes

  • 2 tazas de agua (500 ml).
  • 6 hojas de laurel o 5 gotas de aceite de laurel.

Preparación

  • Hierve los 2 vasos de agua y, cuando llegue al punto de ebullición, retira del fuego y añade 6 hojas de laurel o 5 gotas de aceite esencial de laurel.
  • Vierte el agua caliente en un bol.
  • Cubre tu cabeza con una toalla y coloca la cara cerca del bol (a una distancia prudente) de manera que puedas inhalar el olor del vapor de laurel.
  • Repite tantas veces consideres necesario para obtener el alivio.

Efectos secundarios y contraindicaciones

El consumo de las hojas de laurel no es recomendable en mujeres que se encuentren amamantando o que estén embarazadas, pues puede producir un aborto. Aparte de eso, cantidades excesivas de laurel pueden causar somnolencia, puesto que esta planta posee efecto calmante y es capaz de desacelerar el sistema nervioso, además de causar alteraciones gastrointestinales, cólicos abdominales y dolor de cabeza cuando es consumida en grandes cantidades.

El laurel

Debido a su capacidad de controlar los niveles de azúcar, el consumo excesivo de laurel también puede disminuir mucho los niveles de azúcar en la sangre, causando hipoglucemia. Por esta causa, es importante que el consumo de las hojas de laurel se lleve a cabo de acuerdo a la orientación del nutricionista, médico o fitoterapeuta, para que sea indicada la cantidad ideal que no genere efectos secundarios como consecuencia.