El pasado lunes 3 de julio se celebró el “Día Internacional Libre de Bolsas de Plástico”. Iniciativa que nació en 2008, a partir de diferentes organizaciones en pro del medioambiente internacionales como Amigos de la Tierra, Gaia y Zero Waste, entre otros. A partir del año pasado, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ,se empezó a tomar conciencia sobre el uso irracional y descontrolado de las bolsas tipo “camiseta”. Que pueden llegar a ocasionar más daño del que se cree al medioambiente.

La Resolución 341/16 de la Agencia de Protección Ambiental determinó, que a partir del 1 de enero de este año se dejaran de entregar gratis las bolsas tipo “camiseta” en las cajas de súper e hipermercados. De esta manera, la Capital Federal se sumó a una decisión que ya se aplica en otras provincias. Como Neuquén, Chubut y Río Negro; y en ciudades como Rosario, Villa Gesell y Bariloche.

¿Cuál fue la razón de tomar esta decisión en pro del medioambiente?.

Se descubrió que, cerca de un tercio de los residuos recolectados en las limpiezas de arroyos entubados y túneles pluviales, eran bolsas plásticas. Estas impedían el desagote del agua y provocaban anegamientos, causando daños severos al medioambiente. ¿Cuál fue el resultado de la medida?. Que desde su “prohibición” a medias (ya que están en venta en las góndolas) se evitó el uso de 250 millones de bolsas de plástico en Capital Federal desde enero. Según cifras del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad.

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Desde el gobierno porteño implementaron un programa en el que se entregaron 722.237 bolsas reutilizables a los vecinos en distintos puntos de Capital, como ferias, mercados, eventos y en las Comunas.

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Este “cambio cultural”, que surge por una prohibición de una norma más que por conciencia en pro del medioambiente, es festejado por diversas agrupaciones ambientalistas.

Razones para abandonar definitivamente su uso

a) Un consumo excesivo. Es decir, se utilizan una sola vez y en cantidad masiva.

b) Un reciclaje casi nulo. Se reciclan aproximadamente el 7%. Y del resto, una cantidad importante ni siquiera son gestionadas como basura, sino que terminan perdidas en el entorno, contaminando espacios terrestres y océanos.

c) Graves daños al medio ambiente. Como por ejemplo la ingesta por parte de los animales, o por el enredo u asfixia que supone para ciertas especies.

d) Cientos de años de contaminación. Una bolsa de plástico, a pesar de que tiene una media de vida de unos 20 minutos, puede tardar hasta 400 años en degradarse y desaparecer.

Lo negativo

Pero no todo es positivo y beneficioso. Hay una frase que simboliza este escenario: “cuando alguien gana algo, otro debe perder”. Y justamente los perjudicados por este nuevo paradigma son las pymes (pequeñas y medianas empresas) que fabrican las bolsas de plástico. Según estadísticas de Ecoplas, entidad que nuclea a investigadores, empresas petroquímicas y a la cámara sectorial, alrededor de unas 400 familias perdieron su trabajo por esta medida. Y que además de la caída del mercado interno, se le suma el ingreso de productos semielaborados y terminados importados por ser más baratos los costos.

A todo esto hay que sumarle que las metas de la Ley 1.854 de “Basura Cero” de la Ciudad (promulgada en enero de 2006 y reglamentada a partir de mayo de 2007) están lejos de cumplirse: a pesar de que existan 12 cooperativas de reciclaje; varios puntos verdes en plazas y parques; y centros verdes de acopio, se recupera solo el 6% de la basura que se genera por día en Capital Federal.

Medioambiente

¿Quiénes son los responsables de que no se avance a fondo en la problemática?. Es difícil determinar un culpable en particular, pero la mayoría son cómplices, sobre todo los vecinos. Una encuesta realizada por el Centro de Estudios “Nuevo Milenio”, que consultó a ciudadanos de diez barrios de la Capital Federal (Belgrano, Palermo, Caballito, Microcentro, San Telmo, Barracas, Villa Devoto, Villa del Parque, Liniers y Mataderos), demostró que el 77% de los encuestados no separa la basura. ¿Las razones? El 63% no lo hace porque “no tiene la costumbre”; el 27% no separa los residuos por “falta de ganas o tiempo”; y el 10% por “desconocimiento”.