“La vida es aspirar, respirar y expirar.”

Salvador Dalí

Según el Tratado de la alquimia y medicina taoísta, de Zhao Bichen, este tipo de respiración aparece en la fase avanzada de la alquimia interna, una vez formado el embrión espiritual. No depende de los pulmones y se realiza espontáneamente, cuando el aliento original, anterior al nacimiento, se ha fusionado con el aliento verdadero, posterior al nacimiento. En este punto, la energía espiritual se encuentra en el centro del pecho o Palacio Central.

Se trata de un método desarrollado por la alquimia taoísta que permite entre otras cosa absorber la energía chi del aire, ritmar y regular la respiración. Éste consiste en inhalar lenta y pausadamente como si se formara una bola de aire que se hace descender hasta el dan tien (punto situado en el bajo vientre), mientras se cierra el punto hui yin, apretando los músculos del perineo. En este momento se aplica el cerrojo del cuello y se retiene el aliento durante la misma cantidad de tiempo en que se efectuó la inhalación. Finalmente se debe espirar lentamente con la misma duración de tiempo que las fases anteriores. Durante todo el proceso se debe mantener la lengua pegada firmemente al paladar.

A medida que se desarrolla la práctica se debe aumentar el periodo de las fases hasta, en las etapas superiores, detener complemente la respiración.

Los beneficios de la respiración embrionaria son innumerables, permiten al practicante mejorar su capacidad aeróbica, disminuir la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea y prepara para la práctica de la alquimia sexual.