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El elástico de la bombacha… ¿Dónde quedamos? ¡Ah, Si! ¡Ya recuerdo! en no permitir que el elástico se arruine del todo.

Bombacha

Si hemos reflexionado sobre el tema, espero que estemos en condiciones a la hora de enfrentarnos a situaciones límites, de poder reconocer esas situaciones y poder, hablando de la forma correcta, pedir la ayuda necesaria para que nuestra vida no se eche a perder como el elástico de nuestra bombacha favorita.

No estamos solos en el mundo y siempre hay posibilidades de encontrar ayuda, solo debemos comunicarnos correctamente.

Hay otro fenómeno que también puede ejemplificarse a través del elástico de la bombacha. Este fenómeno es conocido como  “El Latigazo”

¿Quién no sufrió alguna vez, aun por accidente un “Latigazo” con el elástico de la bombacha?

¡Por Dios! ¡Lo que duele eso!

Es un estiramiento, bien bien estirado, y rápidamente se suelta pegando contra nuestra piel más sensible.

Así como hay situaciones en la vida que son complicadas y nos dejan con el elástico estirado, también hay situaciones que se generan en un muy corto período de tiempo y de pronto el mundo se nos viene encima.

Un  latigazo es difícil de pronosticar.

La muerte de un ser querido en un accidente sería una buen ejemplo.

Son esas situaciones inexplicables repentinas que nos dejan tirados, con muchísimo dolor y a veces incluso sin comprender a ciencia cierta lo sucedido.

Una de las cosas que debemos comprender es que de un “Latigazo” no se sale por arte de magia; lleva un proceso de aceptación, de duelo y de sanidad.

Una de las peores cosas que podemos hacer es evitar llorar y evitar hablar del tema.

Para alcanzar la sanidad debemos hablar y llorar; expresar lo que sentimos, aunque más no sea con un desconocido que no pueda decirnos nada, ¡no importa!, lo que importa es sacar afuera todo lo que duele, la impotencia, la desazón, la tristeza.

Pero es importante después de llorar tomar períodos de tiempo, aunque sean cortos, para hacer alguna otra cosa: darnos una ducha, hacer un mandado, mirar algo de televisión.

Los extremos son malos

el proceso es paulatino. Querer hacer el duelo en dos días arruinaría los días futuros. Querer estar sano en dos semanas sería ilógico e inhumano y al igual que en el primer ejemplo del elástico estirado, una de las cosas que debemos hacer es buscar ayuda.

Aprender a expresar lo que necesitamos nos ahorrará grandes problemas.

No podemos evitar el “Latigazo” de la vida, pero sí podemos prepararnos para superarlo.