El Merey es originario del norte de América del Sur y técnicamente son una semilla y no un fruto seco como se cree. Estas semillas crecen en la parte inferior de la “manzana” de merey, la fruta del árbol del merey, que también se le conoce como marañón.

Nunca verás en el supermercado un merey en su concha, ya que el interior de la misma, contiene una resina venenosa, no apta para el consumo humano. Esta resina es utilizada para hacer productos que jamás querrás ingerir, como insecticidas y barnices.

Variedades de merey

  • Anacardium excelsum: el merey silvestre o espavé, es un árbol de la familia de las plantas con flores Anacardiaceae. El árbol es común en los bosques tropicales y subtropicales secos de hoja ancha de las cuencas hidrográficas del Pacífico y el Atlántico de América Central y del Sur, que se extiende hasta el norte hasta Guatemala y hacia el sur hasta Ecuador.

  • Anacardium giganteum: también conocido como cajui, de la familia Anacardiaceae son los árboles que son enormes y se encuentran generalmente en la selva tropical de tierras altas y, a veces, aparecen en las llanuras de inundación altas que sostienen el suelo, resistentes al registro de agua.
  • Anacardium othonianum: es un árbol originario de la región de la sabana tropical (cerrado) de Brasil, cuyo fruto es similar al del anacardo común del noreste de Brasil. Es conocido localmente por el nombre derivado de Tupi cajuí, y por los nombres portugueses caju-de-árvore-do-cerrado, caju-vermelho-de-goiás, cajuzinho-do-cerrado o simplemente cajuzinho

Beneficios

Estudios han demostrado que, son capaces de matar la bacteria Gram positiva, la cual está vinculada con las caries severas, tuberculosis, acne, neumonía, faringitis estreptocócica e incluso la lepra. Los químicos anacárdicos del merey, atacan estas bacterias y si las comes regularmente, pueden evitar estas enfermedades y condiciones.

Además de todos estos maravillosos beneficios, el merey está repleto de nutrientes. Es una fuente muy rica en potasio, cobre, fósforo, magnesio, manganesio, calcio, sodio, hierro y zinc; también poseen un contenido de grasa menor que los demás frutos secos en el mercado. Cerca del 82% de la grasa que contienen es grasa insaturada; la grasa buena que no obstruye las arterias o provoca enfermedades del corazón. Se ha demostrado que reducen el nivel de triglicéridos en la sangre y el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.

El merey te puede ayudar hasta a relajarte, gracias a su alto contenido de magnesio, además de reducir el estrés y la ansiedad general. Dado que es muy alto en calcio y magnesio, favorece la salud de tus dientes y huesos y puede hasta reducir el riesgo de sufrir osteoporosis en el futuro.

Asimismo, el merey te puede ayudar a bajar de peso y esto se debe gracias a la gran cantidad de fibra que contienen, que te ayuda a sentirte satisfecha y evitar los antojos. En un estudio resiente, se demostró que las personas que comen frutos secos como el merey.

Al menos dos veces a la semana, son mucho menos propensas a engordar, comparado con aquellas otras personas que no los comen. Así que si has estado evitando los diferentes tipos de nueces porque piensas que son muy grasosos o calóricos, es hora de cambiar.

El merey te puede ayudar a ralentizar el envejecimiento ya que son una excelente fuente de antioxidantes que pueden combatir los radicales libres, que por lo general contribuyen con la formación de arrugas y líneas en la piel. Estos mismos antioxidantes pueden prevenir el daño causado por los rayos UV y la degeneración macular.

Se ha demostrado que gracias a sus propiedades antiinflamatorias y sus altos niveles de proantocianidinas, pueden de hecho detener el crecimiento y la multiplicación de células cancerígenas. Asimismo, su alto nivel de cobre, hace que el merey sea el enemigo perfecto para el cáncer de colon.

Recetas

Pollo con merey al estilo asiático

Ingredientes

  • 600 gramos de pechuga de pollo sin piel y cortada en trozos pequeños
  • 1 cucharada y 2 cucharaditas de maicena por separado
  • 2 ½ cucharadas de aceite de oliva
  • Sal y pimienta negra recién molida
  • 6 cucharadas de caldo de pollo
  • 3 ½ cucharadas de salsa hoisin
  • 1 ½ cucharadas de salsa de soya
  • 1 ½ cucharadas de vinagre de arroz
  • 2 cucharadas de miel
  • ½ cucharadita de aceite de sésamo
  • 4 ramas de cebollín picadas finamente
  • 4 dientes de ajo finamente picados
  • 1 cucharada de jengibre  pelado y rallado
  • 2 tazas de brócoli troceado
  • 1 pimentón picado en trozos
  • ¾ de taza de merey troceado rústicamente
  • Semillas de sésamo al gusto.

Preparación

En un bol, mezclar el pollo con una cucharada de maicena. En una sartén grande, calentar media cucharada de aceite a fuego medio.

Cuando el aceite esté caliente, añadir la mitad del pollo y dejar cocinar por 5 minutos. Reservar, colocar más aceite y cocinar el pollo restante. Colocar aparte junto al anterior.

En otro bol, mezclar el caldo de pollo, la salsa hoisin, la salsa de soya, el vinagre de arroz, la miel, el aceite de sésamo y las 2 cucharadas de maicena restantes. Integrar bien los ingredientes.

Calentar el resto del aceite en una sartén a fuego medio. Añadir los cebollines, el ajo, el jengibre, el brócoli, el pimentón, y saltear hasta que estén bien cocidos, por aproximadamente 3 minutos. Reservar en un plato.

Añadir la mezcla de salsas y dejar reducir un poco, pero no demasiado porque puede quedar muy salado.

Apartar del fuego y añadir el pollo, los vegetales, el merey y mezclar bien con la salsa. Servir caliente sobre arroz y añadir semillas de sésamo al gusto.

Mazapán de Merey

Ingredientes

  • 250 g. Semilla de merey tostada y molida.
  • 250 g. de azúcar refinada.
  • ¼ de taza de leche líquida.
  • Rayadura de sarrapia o 1 cucharadita de extracto de vainilla.
  • Azúcar pulverizada.

Preparación

Colocar en una olla el azúcar y la leche. Se cocina la mezcla a fuego medio hasta que se forme un almíbar espeso, removiendo de lado a lado en forma de 8.

Incorporar la harina de merey y la rayadura de sarrapia a temperatura moderada. Una vez que todo se encuentra en el recipiente se mantiene allí entre 3 y 5 min, removiendo constantemente con una paleta de madera para que no se queme.

Se formará una masa que se despegará completamente del fondo de la olla. Hay que tener mucho cuidado de que la masa no se seque mucho para facilitar la manipulación.

Retirar del fuego y colócala en otro envase de vidrio para dejarla enfriar un poco. Luego, colócala sobre una superficie espolvoreada con azúcar pulverizada.

Trabajar la masa con las manos, cuidando de no quemarse, hasta obtener una masa homogénea y suave, humedeciéndola si es necesario para hacerla más maleable.

Finalmente, cortar en trozos individuales y envolvelo en papel antiadherente.