Cada individuo tiene su conciencia personal, no es la misma para todos. Cada uno ha adoptado ciertos valores y determinada filosofía de vida, por lo que es única. Pero lo fundamental es que, si tenés la conciencia en paz, será mucho más fácil avanzar en tu desarrollo personal, ya que podrás concentrar tanto energía física como emocional en tus objetivos.

 Ser fiel a los pensamientos propios y comportarse de acuerdo a las reglas personales, refuerzan la autoestima. Genera felicidad y orgullo actuar en base a lo que creemos.  En cambio, el remordimiento, la envidia, la ira, el engaño y la mentira provocarán culpa, arrepentimiento, miedos y pensamientos negativos, que generan la sensación de emociones negativas.

Conciencia en paz:

 Ahora, ¿qué acciones son eficientes para tener la conciencia en paz? Estos son los consejos comprobados para estar contento con tu proceder:

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–  Analizar y definir la escala de valores a seguir.

Pueden ser la responsabilidad, la honradez, el amor, la empatía, la solidaridad y  sinceridad, entre otras. Asegurarse que la conducta es la correcta, desechar ideas que no sean útiles y reforzar los principios que te llevan al éxito. Los valores son la brújula personal del buen obrar.

–  Confía en ti, en la capacidad para vivir de acuerdo a tus criterios.

No te dejes influenciar por lo que el otro opine de vos, porque lo importante es lo que uno piensa de sí mismo. No vivas pendiente de lo que digan los demás, aunque a veces es favorable dejar llevarse por los consejos de amigos y seres queridos, es decir,  esas personas que quieren tu bien y te desean lo mejor. Devuelve amor a los que te ofrecen su respaldo.

–  Realizar cada acción de acuerdo a tus valores, tanto en el ámbito privado como público.

Efectuar con aquello  que consideres ético y correcto. Se fiel a ti mismo y nunca te des la espalda.

Actuar acorde a las aspiraciones o metas personales.

Suena egoísta, pero perder el tiempo en cosas que no te producirán felicidad es contraproducente. Debes escuchar esa “voz interior” que te susurra sabiduría.

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Reflexionar sobre las consecuencias de los actos y hacer el bien.

Hay que evitar actuar por impulso, orgullo, vanidad, ilusión o recompensa instantánea, tanto a corto como largo plazo. Equivocarse es parte de la esencia humana, por eso ante este tipo de situaciones conviene pedir disculpas y/o reparar el error. Si te han contado un secreto, guárdalo y no decepciones la confianza que te tuvieron.

Abrir la mente a nuevas sensaciones que ayuden al crecimiento personal.

El riesgo al apego te lleva a permanecer dentro de una “zona de confort”, sin ninguna mejora. Por eso, acepta nuevas ideas, explora otros territorios a fin de ampliar la visión del mundo, contempla otros escenarios afectivos y cuestiona tus creencias cuando tengan falencias. De esta manera, no experimentarás culpa o malestar.

–  Piensa en positivo, el optimismo siempre rinde sus frutos.

Observa el lado bueno de cada ser humano, quienes tienen más virtudes que maldad. Anímate a ser más feliz con menos, porque lo importante es quién eres y no lo que tienes.

 Como una vez dijo el psicólogo y escritor de varios libros de desarrollo personal, el argentino Bernardo Stamateas, “El mejor almohadón para dormir es una conciencia tranquila”.