Sentimientos complejos

Los seres humanos somos muy complejos. Podríamos decir (con un tanto de arrogancia) que somos los seres vivos más complejos sobre la tierra. No sólo a nivel cerebral, sino a nivel cognitivo. Hemos creado una sociedad casi tan enredada como nuestros pensamientos, y nuestras relaciones interpersonales son muy complicadas. Tenemos sentimientos encontrados, remordimiento, caprichos y a veces hasta no sabemos porque hacemos lo que hacemos. Todo eso en nuestro interior nos genera angustia, esa sensación difícil de describir en nuestro pecho (¿O nuestra espalda?). Ni siquiera es posible definir el lugar exacto que nos afecta.

Físicamente, describirlo es difícil ¿Será dolor? Algunos dicen que si, otros que no, lo cierto es que sin utilizar su término se nos hace complicado definirlo. Eso es angustia, una fea sensación generada por algún malestar, impotencia, incomodidad o algo pendiente que no recordamos. Es esa alarma que se enciende cuando algo no anda bien.

Remordimiento: ¿Que es?

Y cuando algo no anda bien por nuestra culpa, sentimos remordimiento. El remordimiento, o culpa, es un sentimiento parecido a la angustia en la sensación que provoca. Pero sabemos distinguir uno del otro ¿No? Esta emoción nos incomoda, sobre todo porque sabemos perfectamente que lo sentimos por algo que hicimos, o no hicimos.

Cuando estamos en deuda con alguien, y no hemos pagado a tiempo, o no podemos hacerlo en el tiempo acordado podemos sentir remordimiento. Cuando obramos mal en la vía pública, o cuando no cumplimos con nuestro labor, también. A veces tratamos mal a una persona que no lo merecía y luego nos sentimos mal, o hasta quizás a nuestra mascota. ¿Quién no le piso la pata a un perro o un gato y luego tuvo que, obligatoriamente, agacharse y acariciarlo hasta sentirse mejor?.

Remordimiento

Orgullo

Pero a veces, somos orgullosos, otro de los sentimientos que nos hace más complicada la existencia. No vamos a decir que el otro tenía razón. En realidad, creo que nunca nadie reflexionó acerca del porqué. ¿Por qué somos orgullosos? Si la otra persona tenía razón, ¿por qué no admitirlo? ¿Somos mejores o peores por equivocarnos más o menos?

El orgullo puede traernos muchos problemas, pero es una forma de no sentir remordimiento. Directamente no nos consideramos culpables de lo sucedido e intentamos buscar una escapatoria, una excusa o un argumento que nos libere de la culpa ¡Y hasta lo creemos nosotros mismos!

Buscamos la forma de modificar o evadir los argumentos en nuestra contra, muchas veces intentando cambiar lo que dijimos, y así no quedar “mal parados”. Claramente esto no es del todo positivo, el orgullo es un sentimiento difícil de manejar y mucho menos de tolerar. Hay quienes piensan que en su justa medida, es bueno, pero otros no lo toleran. Una persona orgullosa puede ser vista como un ser soberbio y hasta pedante, o quizás como un idealista aguerrido que busca probar su punto hasta las últimas consecuencias.

Desinterés

El desinterés es otra forma de eliminar el remordimiento en nuestras vidas. Sencillamente lo que no nos importa, no nos quitará el sueño. Por ende si peleaste con una persona que no te importa, no tendrás culpa alguna por haberla alejado de tu vida.

Esto también tiene su lado negativo, ya que si nos acostumbramos demasiado, terminaremos perdiendo interés por cosas que si nos interesaban. Hay que aplicar esto con cuidado, y medir bien las consecuencias de nuestras acciones, porque hay cosas que no pueden ser deshechas.

Se más decidido y no mires tanto atrás. Todos pasamos alguna vez por alguna decisión importante en nuestras vidas. Al momento de optar entre 2 cosas que deseamos mucho o 2 que no queremos que pasen, siempre hay una que claramente dejamos de lado. Si estamos demasiado indecisos y tomamos esa decisión, probablemente acabemos con remordimientos. El ser más seguro de nosotros mismos nos ayuda a no tener ese sentimiento que nos estresa y no nos deja disfrutar al cien por ciento de lo que optamos.

No siempre vamos a querer deshacernos del remordimiento. Si bien es un sentimiento que calificaría como negativo, es también un aviso de que algo hicimos mal y debe ser corregido. Todos necesitamos repensar las cosas algunas veces, y el remordimiento puede que nos ayude a identificar cuáles.

Remordimiento: Eliminarlo

Lo importante es que sepamos que todos cometemos errores, y no por eso debemos torturarnos de por vida, el remordimiento por cosas innecesarias debe ser superado. No existe el “si hubiera” o “podría haber hecho” porque eso lo único que nos genera es culpa. Hay que aceptar las decisiones que hemos tomado y tratar de vivir lo mejor que podamos con ellas. Si consideramos que hay que corregirlas hagámoslo, pues esa es la forma más sana de acabar con el remordimiento. Si hicimos algo mal, corrijámoslo, antes de que sea tarde.

Lo peor que podemos hacer es quedarnos con ese remordimiento dentro, algo hay que hacer para sacarlo. Debemos aprender de nuestros errores y ser mejores cada día. No interesa si todos notan que nos equivocamos. Pedir perdón y arrepentirnos no nos hace más débiles, al contrario nos hace madurar y crecer como persona.