Vivimos en una época vertiginosa y acelerada. Los medios de comunicación han evolucionado y con ello la forma de conectarnos. Pero necesitamos un tiempo para nosotros, para estar con nosotros mismos. Un lugar silencioso, colmado de paz, donde la mente descanse y seamos felices por ése instante. Que en ése instante no queramos nada material, ni pensemos en cosas que querríamos tener, como por ejemplo, un mejor trabajo, o un mejor auto, o una mejor casa o cambiar tal o cual cosa, ése instante es mágico y único.

Tiempo para nosotros:

Hace más de cinco años agobiada por una ansiedad que me producía estrés y ataques de pánico decidí descubrir lugares donde encontrar un equilibrio entre mi mente y cuerpo. Había practicado diferentes tipos de meditación pero ninguno me resultaba del todo. Así que fui a “El Arte de Vivir”. Los había visto en televisión y en Internet y me dije: ¿porqué no?. En la vida siempre hay que intentar, buscar cosas nuevas, seguir buscando aquello que tanto anhelamos.

Fui a la sede de Barrio Norte y la meditación me resultó muy buena y poderosa. Primero se hacen unos ejercicios de relajación y luego se siguen los pasos de un CD con los ojos cerrados. Pero me llamó la atención la energía que había en aquel lugar. Había mucha gente y eso hacía que la meditación fuera más intensa.

tiempo para nosotros

Cuando salí me propuse ir más días en la semana, hasta que pasaron los meses y casi iba a diario. Hubo días en los que me costaba más entrar en meditación, he ido con dolores de cuello, de cabeza o de panza y siempre salí mejor de lo que había ido.

Hubo épocas en las cuales no podía meditar, pero igual cerraba los ojos como podía y me dejaba llevar por la respiración.

Lo importante es ir, no dejar de ir. La mejor manera es dedicar dos o tres días a la semana, cómo le dedicas al cuerpo, al pelo o a las salidas, hacerlo un hábito.

Cursos de respiración

También hice cursos de respiración, donde te enseñan una técnica de respiración  muy profunda y eso hace que te sientas muy liberado y sin estrés.

La meditación te hace tomar conciencia que somos algo más que un cuerpo. Un alma, un espíritu, que hay un lugar donde uno reposa y que yo lo llamo “estar en casa”.

tiempo para nosotros

Empezás a valorar al otro, a tomar conciencia de las pequeñas cosas, a hacer pequeñas cosas por el otro, desde regalar una sonrisa, hasta dedicarle unos minutos a otro, son pequeñas cosas que hacen muy bien. Recuerdo que una tarde que fui a meditación no me sentía bien de ánimo y alguien se acercó después de la meditación y me trajo una manta para cubrirme los pies. Sucede que después de meditar baja la temperatura corporal y es aconsejable tapar el cuerpo unos minutos con una manta.

La meditación hace que nos conectemos con el mundo. Todos somos uno y por lo tanto debemos respetarnos y ayudarnos. La vida pasa, pero nuestro interior permanece por siempre. Por eso es tan importante cultivar nuestro mundo interior. La paz que se experimenta es increíble. La meditación es una de las fuentes de energía del ser humano. Las otras son la alimentación saludable, la respiración y el sueño.

Todo nos ayuda a enfrentar mejor la vida, sentirnos más sanos y con más energía. Tenemos que buscar tiempo para nosotros. La vida es un sueño y merece ser vivida con alegría.