Para muchos tener mascotas en el hogar es una de las decisiones más acertadas que han tomado en su vida. No solo por su constante compañía. Sino también por su capacidad de amar y cuidar a las personas. Sin juzgar ni cuestionar algún defecto que uno pueda tener, los animales se han convertido en un integrante más de muchas familias.

Con el paso de los años, se ha demostrado que tener una mascota en el hogar puede traer grandes beneficios a nuestra salud. ¿De qué tipo de beneficios hablamos?

Las mascotas y su incidencia en la salud

Rebecca Johnson, especialista de la escuela veterinaria de la Universidad de Missouri, dio a conocer un conjunto de beneficios que trae para nuestra salud una mascota en el hogar:

Reduce el colesterol

Una investigación de Australian National Heart Foundation detectó que los dueños de perros tienden a registrar niveles más bajos del colesterol y triglicéridos, que las personas sin mascotas. Se advierte que las caminatas junto al perro pueden incidir a mantener equilibrados estos niveles.

Disminuyen el estrés

La especialista asegura que «cada vez que estamos con nuestra mascota se libera un poderoso agente neuroquímico llamado oxitocina. Eso nos brinda sensación de felicidad«. También se disminuye la hormona del estrés, el cortisol. Otro factor a tener en cuenta. Es que en otro estudio de la Universidad de Missouri con veteranos de guerra, reveló que la compañía de animales cumple un rol importante para superar el estrés post traumático.

Baja la presión arterial

Un estudio de la Universidad Estatal de Nueva York, descubrió que las personas que consumen medicación contra la hipertensión logran reducir los niveles de presión sanguínea a la mitad, si tienen un gato o un perro en la casa. Acariciarlos puede ser muy beneficioso para nuestra salud arterial.

Mejoran nuestro estado físico

Rebecca Johnson también reveló que los dueños de animales mejoran más su estado físico haciendo ejercicio junto a sus mascotas que junto a otra persona. Otra investigación, publicada en el Journal of Physical Activity & Health detectó que los dueños de mascotas hacen, en promedio, unos 300 minutos semanales de caminatas. Mientras que los que no tienen animales llegan a 168 minutos.

Reduce riesgos de tener enfermedad cardíaca

La Asociación Americana de Salud Cardíaca publicó un estudio en el que se revela que la combinación de la reducción del estrés, el colesterol y la presión arterial disminuye, de manera considerable, los riesgos de desarrollar una enfermedad del corazón.

Ayuda a prevenir alergia infantil

Un informe publicado en la Clinical & Experimental Allergy demostró que aquellos chicos que estuvieron expuestos a la compañía de una mascota antes de los seis meses de vida tienen menos riesgo de desarrollar enfermedades alérgicas o eccemas cuando son mayores.

Mascotas

Alivia síntomas de depresión

Las mascotas pueden cumplir un rol social en la vida de sus dueños. Un estudio de la Sociedad Británica de Psicología concluyó que los perros pueden emplear un rol terapéutico en la relación, tanto para bajar los niveles de estrés como para ayudar a levantar la autoestima.

Calma dolores crónicos

Aquellas personas que sufren dolores crónicos pueden encontrar síntomas de alivio en la compañía de un animal. «Tener una mascota te hace liberar endorfinas, que alivian el dolor. Está demostrado en varios estudios hechos en hospitales que la visita del animal ha ayudado a calmar el sufrimiento de pacientes internados«, detalló la especialista.

Controlan la salud del dueño

Las mascotas son muy sensitivas al comportamiento de sus dueños y eso puede ser clave a la hora de detectar a tiempo un problema de salud, como por ejemplo la diabetes. Por eso, existen varias asociaciones en el mundo dedicadas al entrenamiento de mascotas cuyos dueños padecen diabetes.

Relato Real

Hablar del efecto que tiene en la salud una mascota, nos lleva directamente a hacer mención a casos específicos en que se ve claramente esta situación.

Tal es la experiencia de un señor de 68 años, jubilado, viudo y residente de La Plata. Su nombre es Luis y nos cuenta que solo había tenido un perro durante su niñez, del cual recuerda gratos momentos juntos. Por distintos motivos, nunca se dio la posibilidad de volver a tener mascotas y con el paso del tiempo, esta cuenta pendiente iba a saldarse de la forma menos pensada.

Tras jubilarse hace tres años, su vida tuvo un rotundo cambio con nuevas rutinas, nuevos horarios y sin preocupaciones laborales, que lo llevaron a replantearse muchas cosas, entre ellas, buscar nuevas actividades para evitar el principal conflicto que tenía: la soledad de la casa.

A los dos meses, por esas cosas del destino, salió a caminar por el barrio las quince cuadras diarias que le recomendó el médico y, a un costado de un árbol, encontró una caja de dónde le pareció oír sonidos extraños.

Encuentro

Eran tres gatitos llorando, de pocos meses de vida, con tonalidad atigrada. Sin pensarlo agarró la caja y los llevó a una veterinaria de la zona. Tras ser revisados y corroborar su buena salud. Luis se comprometió a darles espacio en su casa, con alimento especial para esos primeros días y a la espera de alguna familia que quisiera adoptarlos. Tras una semana, dos familias adoptaron a dos de ellos y el tercero aún esperaba expectante su oportunidad.

Durante esa espera Luis y “Bernardo”, que para ese entonces ya tenía nombre, se hicieron grandes amigos. Así fueron pasando los días. Hasta que, a la cuarta semana, una familia llamó a su teléfono celular preguntando por la adopción del gato restante. Luis respondió que ya tenía familia.

Así fue como Luis y Bernardo se hicieron amigos inseparables: ven la televisión juntos, duermen en la misma cama. Leen el diario uno al lado del otro y hacen todo a la par. Ya dos años pasaron de ese momento y Luis nos cuenta cómo su vida cambio por completo: “El destino quiso que se quedara conmigo. Cuando me llamó aquella señora para adoptarlo, Bernardo estaba al lado mío, lo miré y no podía alejarlo de mi” nos cuenta.

Gran amistad

Desde aquel entonces, Luis no solo se ganó un gran amigo, sino que también a un gran guardián de su salud: “Siempre tuve complicaciones de presión, estoy medicado. Pero, aunque suene raro, si bien sigo con mi medicación, desde que él (Bernardo) está conmigo no volví a tener grandes inconvenientes. El doctor me felicitó la última vez que me hice chequeos” manifiesta entre risas.

Finalmente, un aspecto importante de tener una mascota, es la importancia que tiene para evitar caer en la depresión. Y para Luis este aspecto fue fundamental: “Llegar a casa y que esté esperándome es el mejor antidepresivo que puedo tomar y cuando me acuesto que venga y se ponga a mi lado, el mejor calmante para dormir. Es como un hijo” agrega emocionado.

Para cerrar este caso hay una frase que Luis nos cuenta y que sintetiza perfectamente lo que significa Bernardo para él: “Tener una mascota es un privilegio, un camino de ida del que no hay retorno. Una vez que sabes amar a un animal, no puedes vivir sin ese amor.