La vitamina E es una vitamina liposoluble esencial para el funcionamiento del organismo, debido a su acción antioxidante y a sus propiedades antiinflamatorias, que ayudan a  mejorar el sistema inmune, la piel y el cabello, así como prevenir algunas enfermedades como la aterosclerosis y el Alzheimer. 

Esta vitamina puede obtenerse a través de la alimentación, encontrándose principalmente en los aceites vegetales o frutos secos. También puede adquirirse en forma de suplemento nutricional en las farmacias, tiendas naturistas o tiendas online. Debiendo en estos casos ingerirse bajo la orientación de un médico o nutricionista. 

¿Qué ocurre cuando hay alteraciones en su cantidad?

No se conoce ninguna enfermedad debida a la carencia de vitamina E., pero eso no significa que este déficit no produzca problemas.

Este compuesto se almacena en el hígado y en el tejido adiposo, pero, como solo se consigue a través de los alimentos ricos en grasas, cualquier enfermedad que altere la absorción o digestión de este nutriente (como enfermedad celíaca, enfermedad de Crohn, etc.) podría conducir a una posible deficiencia de tocoferol.

La Vitamina E

Esta carencia podría causar efectos negativos en los nervios y los músculos, llevando a la pérdida de sensibilidad en los brazos y las piernas. La debilidad muscular y los problemas de la visión. El debilitamiento del sistema inmune también puede ser un síntoma de déficit de vitamina E.

Cuando hay exceso

Tomar vitamina E a través los alimentos no supone ningún riesgo para la salud. Pero, cuando se toman dosis elevadas en forma de suplementos, sí que podría interferir con la vitamina K y aumentar el riesgo de hemorragias.

Por otro lado, algunos estudios han observado que dosis muy altas de vitamina E en humanos pueden producir fatiga, náuseas, doble visión, dolor de cabeza y molestias musculares.

Antes de tomar suplementos de vitamina E, es muy importante consultarlo con el especialista. Porque además de los efectos mencionados, puede interactuar con ciertos medicamentos y disminuir la eficacia de éstos.

Cómo tomar la vitamina E

Es importante que antes de tomar la vitamina E se consulte a un médico o nutricionista. Ya que el objetivo terapéutico será diferente para cada persona y por lo tanto, la dosis. Asimismo, el médico podría solicitar estudios para evaluar la eficacia de la vitamina E dependiendo de la enfermedad, por lo que el acompañamiento médico debe estar presente. 

¿En qué cantidad debe ingerirse?

Para mantener los niveles adecuados de vitamina E en el organismo se recomienda para un adulto saludable una ingesta de 15 mg al día. Para ingerir vitamina E como suplemento diario, como parte de un multivitamínico, la recomendación es de 150 mg como un límite superior prudente.

En el caso de las personas mayores, para mejorar la inmunidad se podrían recomendar dosis entre 50 a 200 mg al día de esta vitamina en forma de suplemento. Sin embargo, se recomienda que su uso sea orientado por un médico o nutricionista, que puede adaptar mejor las dosis de acuerdo a las necesidades de cada persona.

En el caso de los recién nacidos prematuros, el pediatra podría sugerir la administración entre 10 a 50 mg de vitamina E a diario.

¿A qué hora se debe consumir?

No hay un horario específico, no obstante. Lo ideal es consumir el suplemento de vitamina E en conjunto con la comida más pesada del día para facilitar su absorción.

¿Por cuánto tiempo se debe tomar?

No hay un tiempo definido por el cual se debe tomar este suplemento. Lo ideal es consultar al médico para que indique la dosis y el tiempo por el cual debe tomarlo, según el objetivo para el cual se vaya a utilizar. 

¿Cuántas cápsulas tomar?

Por lo general, se indica 1 cápsula de 180 mg (400 UI) por día. Sin embargo, esto dependerá para qué sea indicado el suplemento y de la dosis en la que se compre el mismo. Debiendo siempre consultar a su médico tratante

Beneficios

Mejorar el sistema inmune

La ingesta adecuada de vitamina E, principalmente en personas mayores, ayuda a mejorar el sistema inmune debido a que los radicales libres pueden perjudicar la respuesta normal del organismo a los agentes patógenos.

Además de esto, algunos estudios científicos indican que la suplementación con vitamina E aumenta la resistencia a infecciones, incluyendo el virus de la Influenza.

Podría prevenir enfermedades cardiovasculares

La ingesta de vitamina E podría disminuir la morbilidad y mortalidad causada por las enfermedades cardiovasculares. Según algunas investigaciones, la ingestión de antioxidantes como la vitamina E podría disminuir el estrés oxidativo y la inflamación en el organismo. Siendo estos factores que han sido asociados con el surgimiento de este tipo de enfermedades.

Asimismo, este poder antioxidante ayuda a controlar y mantener los niveles del colesterol en la sangre, además de disminuir la agregación plaquetaria y a su vez el riesgo de trombosis. 

Podría mejorar el hígado graso

Debido a su acción antioxidante y antiinflamatoria, la suplementación de dosis altas de vitamina E en personas con hígado graso no alcohólico. Aparentemente ayuda a reducir las enzimas hepáticas elevadas y algunos otros factores indicativos de daño hepático. Como la reducción de la acumulación de grasa en el hígado y la fibrosis posterior.

Algunos alimentos con vitamina E

Las autoridades sanitarias (dependiendo de cada país) recomiendan un consumo en adultos de entre 12 y 15 mg de vitamina E al día. Aunque, como comentábamos, el déficit de vitamina E es muy raro, hay diversos estudios que apuntan a que su ingesta podría ser insuficiente en gran parte de la población.

Aceites vegetales

Los aceites de germen de trigo, avellana, colza, girasol y almendra son, por este orden, los más ricos en vitamina E, con concentraciones superiores a los 40 mg por 100 gramos.

De los aceites vegetales el de oliva es uno de los menos ricos en vitamina E, aunque sigue teniendo 14,3 mg por cada 100 gramos. Esto quiere decir que con una sola cucharada de aceite de oliva tomaremos aproximadamente 2 gramos de esta vitamina, o el 16 % de la cantidad diaria recomendada.

Almendras

Todos los frutos secos son ricos en vitamina E, pero la almendra es la que más concentra estos compuestos. Con 24,2 mg por cada 100 gramos. Basta por lo tanto introducir en nuestra dieta un puñado de almendras de 50 gramos para obtener toda la vitamina E que necesitamos al día.

La Vitamina E

Aunque los frutos secos se pueden incorporar fácilmente a la dieta en forma de snack saludable o como complementos a postres y desayunos. También podemos tirar de recetario para asegurarnos de que están presentes en nuestra alimentación.