¿Qué es la Resiliencia?

La resiliencia es la capacidad que tiene el ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, la manera de cómo superar y sobreponerse al dolor emocional de los acontecimientos desestabilizadores o traumas a los que la vida les expone. Este afrontamiento supone una transformación de las situaciones difíciles a algo más adaptativo e incluso positivo.

El término proviene del latín resilio, es decir, volver atrás, dar un salto o rebotar, como les ocurre a las gomas elásticas cuando se estiran y regresan a su estado inicial. El concepto se comenzó a emplear en la física y fue Michael Rutter quien lo acuñó en 1972 para las ciencias sociales.

La resiliencia

Por ello, un sujeto con buena resiliencia, se expondrá a este tipo de acontecimientos graves de una forma más sana, siendo capaz de sobreponerse y de adaptarse al suceso expuesto, saliendo de éste fortalecido y en ocasiones transformado.

Características de una persona resiliente

Confían en sí mismas

Las personas resilientes tienen confianza en su valía y en su competencia para superar las adversidades. Lo que nos decimos es lo que termina formando nuestra realidad, así que, si creemos que no somos capaces de superar un obstáculo, desde luego no lo seremos.

Pensamiento diferente

Las percepciones y los pensamientos influyen en el modo como la gente afronta el estrés y la adversidad. El estilo de pensamiento de las personas resilientes se caracteriza por ser realista, exacto y flexible. Cometen menos errores de pensamiento (como la exageración o sacar conclusiones precipitadamente, sin evidencias que las corroboren) e interpretan la realidad de un modo más exacto que las personas menos resilientes.

Afrontan sus problemas

 Las personas resilientes son pragmáticas. Miran a sus problemas de frente, no los niegan ni se dejan consumir por ellos. Se enfocan en las soluciones y en las maneras de superar la situación. No son personas dramáticas o victimistas.

Constantes

A pesar de todas las dificultades que comportan determinadas situaciones traumáticas, la personas resilientes siempre van hacia adelante sin desfallecer y ven las situaciones de crisis como una oportunidad para mejorar.

Alimentan su inteligencia emocional

Muy de la mano de las capacidades anteriores, las personas resilientes poseen la habilidad de comprender y controlar sus emociones y los impulsos derivados de éstas.

Cuando se tiene un mejor equilibrio emocional ante situaciones desfavorables, se puede soportar mejor el dolor, el estrés o la presión. No tratan de controlar las circunstancias, sino sus emociones.

Son empáticas

La empatía supone la capacidad de ponernos en los zapatos de la otra persona y comprender cómo se siente.

Es un hábito resiliente el entender cómo se siente la otra persona cuando estamos enfadados por algún acontecimiento ocasionado por la misma. Esto nos permite reaccionar de una forma mucho más prudente.

Además, en línea con la característica anterior, cuando somos empáticos, esta práctica constante de dar y recibir afecto en las relaciones con los demás, incrementa nuestra red de apoyo.

Mantienen relaciones sanas

Se rodean de gente que les apoya y a quienes pueden pedir ayuda. Estas relaciones no nacen de la nada, ellos las han cultivado y cuidado previamente. Saben desarrollar vínculos fuertes y saludables porque, seguramente, los tuvieron en su infancia. El amor y el cariño dejan huellas imborrables.

Una persona con resiliencia tiene humor

El sentido del humor es tan importante cuando la vida da un giro. Tienes que tomarte en serio tus objetivos y tienes que tomarte en serio a ti mismo. Pero a veces también tienes que ser capaz de reírte de ti y de tu situación.

Tolerancia a la frustración y a la incertidumbre

Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida, porque solemos tolerar mal la incertidumbre. Una forma de ganar seguridad en nosotros mismos y vivir con menos tensión emocional es precisamente, aprendiendo a lidiar con la incertidumbre, para que nos cause el menor malestar posible.

¿La resiliencia se puede desarrollar?

Si totalmente, pero no es fácil. Aprender a ser resiliente es un largo proceso que requiere tiempo y mucho auto-conocimiento. Pero una vez dominado y comprendido, nos sentiremos más capaces y más protegidos.

Lo que determina ser resiliente o no, es la capacidad que tenemos para manejar mejor o peor situaciones que nos desgastan psicológicamente, como es el caso de una enfermedad, la pérdida de un familiar o amigo, o hacer frente a una crisis económica. Algunas de las cosas que podemos comenzar a poner en practica son las siguientes:

Encuentra un sentido y propósito a tu vida

En ocasiones el hecho de enfrentarnos a una tragedia o mal momento, nos motiva a buscar y a encontrar un sentido a nuestra existencia, lo que puede tener un papel muy importante en nuestra recuperación.

Esto puede incluir el involucrarse más en nuestra comunidad, cultivar nuestra espiritualidad o participar en actividades que sean significativas para uno mismo.

Ser positivos

Mantener una actitud positiva ante la vida, es una necesidad. Sabemos que en ocasiones no es fácil, que las tinieblas nos asolan sin que nadie lo espere, sin que nadie se haya preparado ante ello y que puede resultar imposible asomar una sonrisa en tales circunstancias.

Desarrolla metas y objetivos

Establece metas realistas que te ayuden a empezar a cambiar las cosas que deseas cambiar. Haz algo con regularidad, aunque sólo suponga un pequeño paso en la dirección hacia la que deseas avanzar.

Cuídate

Cuando estamos estresados es fácil que no nos cuidemos tanto y dejemos de lado nuestras propias necesidades, haciendo menos ejercicio y no durmiendo lo necesario; estas son reacciones comunes a las crisis personales.

Centrándote en seguir desarrollando tu autocuidado es importante, especialmente cuando ha pasado algo negativo.

Mantén el equilibrio emocional

Antes de levantar tu superpoder, piensa que eres humano. En momentos, sobre todo, dolorosos es lógico no poder controlar tus emociones, como digo es humano. Pero, pasada la pena o el dolor, es momento de levantarse y caminar de nuevo.

Así que te tocará ser consciente de tus emociones, aceptarlas y racionalizarlas. Es la mejor manera de superar las situaciones adversas, llegar a ese profundo aprendizaje del que te vengo hablando a lo largo del post y ser más fuerte.

Esperamos que haya sido de utilidad para ud nuestro articulo sobre la resiliencia. ¿Se considera una persona resiliente? Escribanos en los comentarios.