La articulación temporomandibular

La articulación temporomandibular (ATM) actúa como una bisagra deslizante, que conecta la mandíbula al cráneo. Tienes una articulación a cada lado de la mandíbula. Los trastornos de la articulación temporomandibular, un tipo de trastorno temporomandibular, pueden causar dolor en la articulación de la mandíbula y en los músculos que controlan el movimiento de la mandíbula.

A veces basta con una carcajada o un bostezo para que algunas personas se queden sin poder cerrar o abrir la boca. Asimismo, hay casos en que un golpe u otro traumatismo, pueden ocasionar esta afección de la articulación temporomandibular.

La articulación temporomandibular

Quedar con la mandíbula trabada es un problema que afecta a muchas personas y se produce como consecuencia de trastornos temporomandibulares, desórdenes relacionados con la articulación de la mandíbula, los músculos complejos masticatorios y/o del área cervical

Situaciones en que se traba la mandíbula

Hay quienes tienen una mayor predisposición a desarrollar estas afecciones como, por ejemplo, las personas con hiperlaxitud ligamentosa sistémica, es decir, aquellos con ligamentos más flexibles de lo normal, condición que suele ser hereditaria.

Dentro de los trastornos temporomandibulares, uno de los más comunes es el signo de luxación espontánea de la articulación. Se produce cuando la mandíbula queda trabada en forma abierta desplazándose hacia delante debido a un exceso de tensión en el ligamento, lo que impide cerrar la boca.

En estos casos se debe acudir al odontólogo, quien colocará esta pieza nuevamente en la posición correcta, dentro de la articulación. Si bien esta técnica es bastante simple y se realiza en forma manual, es importante que la practique un experto para evitar lesiones mayores.

Cuando la mandíbula queda trabada en forma abierta, los ligamentos se estiran en exceso y se vence el límite elástico, por lo que es probable que en el futuro este bloqueo ocurra nuevamente. Como es un problema crónico, se aconseja a estos pacientes que traten de no abrir mucho la boca al reír o al bostezar. Cuando se trata de casos extremos, también se pueden efectuar cirugías correctoras, pero esto se realiza sólo excepcionalmente

Este tipo de alteraciones se dividen en tres categorías:

  • El dolor miofascial  en los músculos que controlan la mandíbula.
  • Una asimetría interna causada por un disco desplazado, la mandíbula dislocada o lesiones del cóndilo.
  • Alteraciones degenerativas e inflamatorias de las articulaciones temporomandibulares.

Síntomas

  • Dolor en la cara, mandíbula o cuello.
  • Dolor en, alrededor o delante de la oreja.
  • Migraña.
  • Dolor en un lado de la cabeza, que se activa por apretar los dientes.
  • Molestia en los músculos y/o articulación de la mandíbula.
  • Movimiento limitado o bloqueo de la mandíbula.
  • Rigidez en los músculos de la mandíbula.
  • Dificultad o molestias para masticar.
  • Un cambio en la forma en la que los dientes encajan entre sí.
  • Espasmos musculares alrededor de la mandíbula.

Causas

  •  Lesión en la mandíbula o en la articulación temporomandibular.
  • Una mala oclusión.
  • El tratamiento de ortodoncia.
  • Desgaste del disco o el cartílago de la articulación.
  • El estrés o la ansiedad. Tendencia a apretar o rechinar los dientes (bruxismo).
  • Artritis reumatoide o gota, enfermedades que causan la inflamación de la mandíbula.

Diagnóstico

Tu médico o dentista hablará contigo sobre tus síntomas y te examinará la mandíbula. El médico, probablemente, hará lo siguiente:

  • Escuchar y sentir tu mandíbula cuando abres y cierras la boca
  • Observar el rango de movimiento de tu mandíbula
  • Presionar en las áreas alrededor de la mandíbula para identificar los sitios de dolor o malestar

Si tu médico o dentista sospecha que hay un problema, es posible que necesites lo siguiente:

  • Radiografías dentales para examinar tus dientes y mandíbula
  • Tomografía computarizada para proporcionar imágenes detalladas de los huesos involucrados en la articulación
  • Resonancia magnética para revelar problemas con el disco de la articulación o el tejido blando circundante

La artroscopia temporomandibular se usa a veces en el diagnóstico de un trastorno temporomandibular. Durante la artroscopia temporomandibular, el médico inserta un tubo delgado y pequeño (cánula) en el espacio de la articulación, y luego se inserta una pequeña cámara (artroscopio) para ver el área y ayudar a determinar un diagnóstico.

Tratamiento

En algunos casos, los síntomas de trastornos de la articulación temporomandibular desaparecen sin tratamiento. Si tus síntomas persisten, el médico te recomendará una variedad de opciones de tratamiento, a menudo más de una que se administren al mismo tiempo.

Medicamentos

La articulación temporomandibular

Junto con otros tratamientos no quirúrgicos, estás opciones de medicamentos pueden ayudar a aliviar el dolor asociado con los trastornos temporomandibulares:

  • Analgésicos y antiinflamatorios. Si los analgésicos de venta libre no son suficientes para aliviar el dolor temporomandibular, el médico o dentista te puede recetar analgésicos más fuertes durante un tiempo limitado, como ibuprofeno en concentraciones de venta con receta.
  • Antidepresivos tricíclicos. Estos medicamentos, tales como la amitriptilina, se usan principalmente para la depresión, pero en dosis bajas, a veces se usan para el alivio del dolor, el control del bruxismo y el insomnio.
  • Relajantes musculares. Estos tipos de medicamentos a veces se usan durante algunos días o semanas para ayudar a aliviar el dolor causado por los trastornos temporomandibulares creados por espasmos musculares.

Terapias

Las terapias no farmacológicas para los trastornos temporomandibulares incluyen:

  • Férulas orales o protectores bucales (aparatos oclusales). A menudo, las personas con dolor de mandíbula se beneficiarán al usar un dispositivo suave o firme insertado sobre los dientes, pero las razones por las que estos dispositivos son beneficiosos no se conocen bien.
  • Fisioterapia. Junto con los ejercicios para estirar y fortalecer los músculos de la mandíbula, los tratamientos pueden incluir ultrasonido, calor húmedo y hielo.
  • Asesoramiento psicológico. La educación y el asesoramiento pueden ayudarte a comprender los factores y comportamientos que pueden agravar tu dolor, para que puedas evitarlos. Los ejemplos incluyen apretar o rechinar los dientes, apoyarse en la barbilla o morderse las uñas.

Ejercita la zona

Existen diversos ejercicios para ayudar a aliviar la región. Puedes tomarlos en cuenta si sufres de alguna molestia, y también sirven para evitar que algún contratiempo afecte el área. Sigue estos pasos para que logres mejorar tu mandíbula:

1.- Abre tu boca gradualmente, pero sin llegar a un punto en el que llegues a sentir dolor.

2.- Mueve tu mandíbula hasta adelante todo lo que esta alcance a dar.

3.- Cierra tu boca también de manera gradual.

4.- Lleva hacia atrás tu mandíbula hasta donde esta pueda alcanzar.

Hazlo entre cinco y siete veces para aliviar las molestias.

Otro que puede ser de mucha ayuda:

1.- Haz una forma de puño con tu mano y ponla bajo tu mentón.

2.- Presiona hacia arriba con la boca un poco abierta.

3.- Presiona ahora hacia abajo, pero en este caso con tu boca. Hazlo aproximadamente durante 15 segundos.

Hazlo también entre cinco y siete veces.

Todas estas recomendaciones deben realizarse con cuidado y evitando llevar la mandíbula a los costados, así podrás ayudar a que los problemas ocasionados vayan desapareciendo.