El sigilo: ¿Qué es?

El sigilo es un símbolo usado dentro de la magia y el esoterismo. El término sigilo proviene del vocablo latino sigillum, que se puede traducir como “sello”. Por esto también se conocen estos símbolos como sellos mágicos. Anteriormente, estos se utilizaban para convocar ángeles, demonios u otros personajes bíblicos y fantásticos. Mientras que en la actualidad se utilizan como amuletos, como firmas para realizar pactos o como formas para realizar peticiones. Los sellos por lo general son cuadrados y contienen distintos motivos dentro o alrededor, aunque también los hay cuadrados y en forma de estrella o de inscripciones.

El sigilo

De esta manera, dentro de la magia ceremonial de la Edad Media, los sellos mágicos se usaban para invocar ángeles o demonios. Esta tarea sólo podía ser realizada por un mago. Para poder llevar a cabo la invocación con total éxito, estos debían leer grimorios, que era como se conocían a los libros que tenían toda la información relacionada con aquella magia

Séfer Raziel HaMalaj

Es una obra pseudoepigráfica, pues se afirma que fue compuesta por Patriarca Adán, quien lo habría escrito al dictado del arcángel Raziel, de ahí su nombre. Esto lo haría la obra más antigua de la Humanidad.

La primera mención del título, lo cual no implica que el libro mismo existiese, aparece en un texto del siglo IV: La espada de Moisés, del cual tampoco se conservan más que manuscritos medievales.

La evidencia interna y externa, indica que el libro no es anterior al siglo XIII, si bien puede contener fragmentos provenientes de la Alta Edad Media e incluso de la Antigüedad Tardía. El trasfondo de la obra la remite al movimiento de los Hasidei Ashkenaz medievales. Su redactor, o al menos compilador, fue el rabino Eleazar de Worms , quien le dio el nombre de Séfer Galei Razia, más tarde convertido en su título actual: Séfer Raziel HaMalaj. 

 Lemegeton Clavicula Salomonis

Para poder llevar a cabo la invocación con total éxito, estos debían leer grimorios, que era como se conocían a los libros que tenían toda la información relacionada con aquella magia este grimorio, de autor anónimo, fue escrito alrededor del siglo XVII y contiene 72 sellos distintos que podrían usarse para invocar a los 72 príncipes del infierno.

Según se creía, una vez que estas entidades eran invocadas por el mago, este tenía absoluto control sobre ellas. Uno de los métodos más utilizados para elaborar sigilos era a través de cuadrados mágicos (conocidos también como kameas). Estos disponían de unos números encerrados varias celdas, las cuales estaban organizadas en filas y columnas. Ello se debía a que cada número representaba un ser específico y significado simbólico. Así, se escribían números que dieron igual producto al sumarlos en filas, columnas y diagonales. También se unían determinados números con líneas rectas o curvas para crear figuras abstractas y mágicas.

Si bien el concepto de sigilo mágico es propio de la magia occidental, cuyos primeros registros se pueden encontrar en la Orden del Amanecer Dorado, quienes creaban sellos combinando colores, palabras, imágenes y figuras; el uso de símbolos y sellos mágicos se puede encontrar desde los primeros momentos de la humanidad, en la era neolítica. Así, pueden encontrarse ejemplos de esta tradición en los yantras del hiduismo, las runas mágicas de los nórdicos y los veves de los pueblos subsaharianos

¿Cómo hacer un sigilo?

Hay muchos métodos para hacer sigilos, lo importante es que se tenga una intención muy clara de lo que se quiere. A continuación mostraremos la forma más sencilla de hacerlos.

Materiales

  • Papel
  • Lápiz
  • Una vela (opcional)

Pasos a seguir

  • Escribe tu intención lo más claro y concreto posible, que sea una frase muy corta. Mejor si lo haces como una afirmación, es decir como si fuera algo que ya tienes en el presente. Para el ejemplo yo elegí la afirmación «estoy en paz» en vez de «quiero estar en paz» o «desearía tener paz».
  • Tacha todas las vocales de la frase y todas las consonantes que se repitan después de haber tachado las vocales. En mi ejemplo de la frase «estoy en paz» taché las vocales e, o, e, a y ninguna consonante.
  • Ahora la idea es hacer una composición con las letras que quedaron, esta es la parte más divertida ya que sólo tienes que mirar cómo se pueden acomodar mejor todas las consonantes para que forman un patrón. A mi me quedaron las letras s, t, y, n, p, z, así que las empecé a distribuir para que se vieran de forma armónica.

Una vez hayas terminado el sigilo puedes activarlo copiándolo o pasándolo a limpio a otro papel, puedes usar una tinta de algún color que vaya con la intención del mismo. Mientras lo vuelves a dibujar pon toda tu intención en ese propósito y luego, lo más importante es que cuando lo termines te olvides de él, puede sonar extraño pero energéticamente si te obsesionas con lo que quieres lograr creas un obstáculo que no permite que esa energía se manifieste, así que lo mejor es activarlo mientras lo dibujas y luego lo puedes guardar en un lugar donde no lo veas permanentemente y sólo confíes en el proceso que acabas de hacer.