Simbolismo del Gato, El gato es uno de los animales que siempre ha estado asociado con determinados poderes a lo largo de las culturas. De hecho, los mininos son uno de los más antiguos tótems o símbolos. Una vinculación que se encuentra ya en las culturas más ancestrales como la celta o la egipcia en las que ha sido muy venerado. En cada una de ellas, se ha atribuido al gato una serie de poderes.

Una asociación que hoy en día todavía perdura. Y es que el gato es el animal de poder por excelencia para conectar con el más allá, además de ser símbolo de poderes positivos. Sin embargo, esta última percepción no ha sido siempre así porque también se les ha considerado animales de “mal agüero”. Siendo vistos en algunas épocas históricas como la representación del demonio o de espíritus malignos, además de estar relacionados con las brujas. Son algunas de las percepciones que conforman el significado del gato como animal de poder y que te vamos a contar desde unCOMO para que los conozcas.

¿Te identificas con el gato? Rasgos positivos y negativos de tu personalidad

– Eres alguien independiente y autosuficiente, que sabe cómo hacer que las cosas sucedan, y rara vez tiene la necesidad de pedir ayuda a otros. Sin embargo, a base de ser tan independiente puedes terminar por quedarte atascado en tu propio mundo.

– Eres muy perceptivo, inteligente y observador, aunque prefieres quedarte en silencio antes que decir lo que piensas. Has pasado tanto tiempo observando a la gente y al mundo que puedes captar las más mínimas señales.

– Tienes una naturaleza sensual, lo que te hace una persona atractiva tanto para hombres como para mujeres. Eres una persona segura de ti misma, inteligente, vigilante y protectora.

– Puedes ser alguien reservado y misterioso a veces, pero eso no hace sino añadirte más encanto e intriga. Tienes una personalidad extremadamente interesante.

– Te cuesta ver a través de los ojos de los demás, lo que te convierte en alguien terco a la hora de cambiar de opinión.

– Puedes ser demasiado rápido para hacer suposiciones y conclusiones sin pensar en cómo pensarán o sentirán los demás.

– A veces eres distante y sólo quieres alejarte de las personas y las situaciones. También puedes ser manipulador, astuto y tramposo.

– En definitiva, con todas tus virtudes y defectos eres impredecible.

¿Cuando es más probable que el gato aparezca en tu vida?

Si quieres saber cuándo es más probable que el gato aparezca en tu vida, estas son algunas de las situaciones más frecuentes:

– Cuando quieres tu independencia: Saber que lo has logrado por ti mismo, venciendo las dificultades y demostrando que la gente se equivoca es una de las satisfacciones más grandes. El gato es la confirmación de que sientes la necesidad de lanzarte por tu cuenta, ¡Ya sabes qué debes hacer!

– Cuando necesitas hacerte cargo de ti: Es muy fácil descuidarse cuando vas a trabajar todos los días e intentas equilibrar tu vida personal y profesional. Pero todo lo que necesitas son unos pocos minutos cada día para hacer una pausa y tomarte un respiro. El gato te avisa de que estás dejando de lado aspectos personales de tu vida que son importantes.

– Cuando necesitas concentrarte en tu propia seducción: Para conseguir lo que deseas o a quien deseas necesitas concentrarte en tu capacidad de seducción y prestarle la necesaria atención. Si algo te excita y qué hace que tu corazón se acelere, es porque definitivamente merece la pena, así que diseña tu estrategia para mostrar tu cara más encantadora.

Lo qué puedes aprender de este felino

De este felino puedes aprender a no ser víctima de falsas creencias. Evitar la ignorancia es tu responsabilidad y te servirá para dar crédito solo al que lo merece. Observa como no resulta fácil ganarse la confianza de un gato. Si actúas como él, confiando solo en quien demuestra ser digno de confianza, será difícil que tropieces.

Un animal querido en Oriente

El culto dedicado al gato en Egipto dejó sus huellas. Su influencia se extendió hasta en el extranjero: en la Galia, como lo muestra el descubrimiento – principalmente en la ciudad de Toulouse – de amuletos, estatuillas y sistros que datan probablemente del siglo I a.C., y en las islas británicas, donde se han identificado restos de gatos en diversas ciudades.

En Extremo Oriente el gato gozó de gran estima. Los monjes budistas criaban gatos sagrados. En Japón, el palacio de Kioto abrió sus puertas a una gata blanca que parió cinco gatitos. El templo consagrado a la gata Maneki Neko, representada sentada, con una pata levantada en señal de bienvenida, es una prueba de toda la adoración que se rendía al gato en el imperio del sol naciente.

El gato llegó a la China y a la India poco tiempo después de su propagación en Egipto, siendo acogido como un animal de compañía, especialmente entre las mujeres. En la China, el dios agreste Li Shu tenía el aspecto de un gato y, en la India, Sasti, la diosa de la fecundidad, era el equivalente de Bastet. En Grecia, el equivalente de Bastet era la diosa Artemisa, que creó al gato. La civilización romana apreció al gato no sólo por sus cualidades de cazador sino también por su belleza (numerosos frescos y mosaicos dan testimonio de ello) y su espíritu de independencia. El gato encarnaba entonces la libertad.

Un ser con alma pura

Los árabes del siglo VII veían en el gato un alma pura, contrariamente al alma impura del perro. Antes del advenimiento del Islam, adoraban al Gato de oro. Mahoma tenía también gran consideración por el gato. En efecto, cuenta la leyenda que Muezza, la gata de Mahoma, se quedó dormida en los brazos del profeta y este prefirió cortar la manga de su traje antes que no molestar a su compañera. La gata se lo agradeció, entonces su amo pasó afectuosamente tres veces su mano por el lomo, confiriéndole así la facultad de caer siempre de pie y tener siete vidas.