A continuación les contaremos algunas de las Leyendas japonesas de terror, estas historias te harán pensar el dormir solo esta noche.

El cortador de bambú y la princesa de la Luna

Una de las figuras mitológicas más conocidas de japón es la Kaguya-hime, sobre la cual existen numerosas leyendas. Entre ellas podemos observar cómo algunas de sus leyendas hacen referencia a algunos de los elementos geográficos más relevantes de la isla, como el monte Fuji. Una de ellas es la siguiente, que además incorpora referencias al porqué de la neblina que recubre dicho monte (en realidad un volcán que aún manifiesta cierta actividad).

Según la leyenda hubo una vez una humilde pareja de ancianos que nunca había podido tener hijos pese a desearlo profundamente. Para vivir, la pareja dependía de la recolección de bambú y de su uso para elaborar diferentes artículos. Una noche, el anciano se internó en el bosque para cortar y recoger bambú, pero de repente se dió cuenta de que una de las muestras que había cortado brillaba a la luz de la Luna. Tras examinar el tallo, encontró dentro de él a una pequeña niña, de pocos centímetros de tamaño.

Dado que su mujer y él nunca habían podido tener hijos, el hombre la llevó a su hogar, donde la pareja le daría el nombre de Kaguya y decidiría criarla como a su hija. Además de ello, la rama de la cual había salido la niña empezó con el tiempo a generar oro y piedras preciosas, haciendo rica a la familia.

La niña fue creciendo con el paso del tiempo, convirtiéndose en una hermosa mujer. Su belleza sería tal que empezaría a tener numerosos pretendientes, pero ella se negó a casarse con ninguno. Las noticias sobre su belleza llegaron a oídos del emperador, quien intrigado solicitó que acudiera a su presencia, a lo que Kaguya-hime se negó. Ante la negativa el emperador acudiría en persona a visitarla, cayendo rápidamente enamorado de ella y pretendiendo llevarla con él a su castillo, a lo que la joven también se negaría. A partir de entonces el emperador seguiría manteniendo la comunicación con Kaguya-hime a través de numerosas cartas.

Un día, la joven habló con su padre adoptivo sobre el porqué de sus negativas, así como el motivo por el que cada noche pasaba las horas mirando al cielo: ella provenía de la Luna, su hogar, de la cual era princesa y a la cual estaba destinada a volver en poco tiempo. Angustiados, los padres se lo comunicaron al emperador, el cual envió guardias para intentar evitar que la mujer fuera devuelta a la Luna.

Pese a las medidas de seguridad, una noche de luna llena una nube descendió desde la Luna con intención de llevársela. Antes de partir de nuevo a su hogar natal, sin embargo, Kaguya-hime se despidió de sus padres y dejó atrás una carta de amor para el emperador, junto con una botella en la que le dejaba al segundo el elixir de la vida eterna. La carta y la botella le fueron entregados al emperador, quien decidió llevarlos a la montaña más alta y crear una hoguera. Allí, una vez salió la Luna, el emperador arrojó la carta y el elixir al fuego, generando un humo que ascendería hacia el lugar donde había partido su amada. Ese monte es el monte Fuji-yama, y aún hoy en día podemos ver en su cima el humo procedente de la hoguera del emperador.

Leyendas japonesas de terror: La leyenda de Tsukimi

Algunas leyendas japonesas nos narran el origen de algunas celebraciones y tradiciones, como la leyenda de Tsukimi, la cual explica la tradición de observar la Luna el primer día del otoño.

Dice la leyenda que había una vez un anciano peregrino se encontró un día con varios animales, como el mono, el zorro o la el conejo. Agotado y hambriento, les pidió ayuda para conseguir alimento. Mientras que el zorro cazó un ave y el mono recogió frutos de los árboles, el conejo no conseguía nada que el ser humano pudiera comer.

Viendo al anciano tan agotado y débil, el animal decidió encender un fuego y lanzarse a él, ofreciendo su propia carne como alimento. Ante el noble gesto, el anciano reveló su verdadera identidad: se trataba de una poderosa deidad, la encarnación de la propia Luna, la cual decidió recompensar el gesto del conejo llevándolo a la Luna junto a él.

La muñeca Okiku

En 1918 Eikichi Suzuki de 17 años compró una muñeca en la famosa calle Tanuki-koji en Sapporo, con la intención de regalársela a su hermana de 2 años Okiku. La pequeña niña se enamoró de la muñeca, pero años más tarde Okiku murió repentinamente debido a un resfriado.

Leyendas japonesas de terror

En homenaje a la niña, la familia decidió colocar la muñeca en un altar para rezarle por la memoria de Okiku, poco tiempo después la familia empezó a notar que el cabello de la muñeca había crecido lo que significaba que el espíritu de la niña se había alojado en la muñeca.

Para 1938 la familia Suzuki decide mudarse y dejar la muñeca a cargo del Templo Mannenji, que al día de hoy tiene en exhibición la muñeca de 40 centímetros y que desde entonces ha visto crecer su cabello por debajo de las rodillas, lo que ha ocasionado que de manera periódica tenga que ser cortado.

Leyendas japonesas de terror: Gozu

Gozu es una de esas leyendas urbanas que a su vez hablan de otra historia, en este caso de «Cabeza de vaca» un relato de horror que nadie conoce bien, nadie ha escuchado y nadie puede contarlo, ya que el nivel de horror que se maneja en la historia hace que, literal, la gente muera de miedo después de pasar unos días aterrorizados y sin poder dormir.

La leyenda en torno a Gozu habla de que un grupo de estudiantes se dirigían al campo, en el viaje dentro del autobús el profesor decide contarles la historia de Cabeza de vaca, conforme avanza la historia los estudiantes notan que el profesor se vuelve más intenso y se involucra de lleno en la historia, al grado que los estudiantes le exigen al profesor que se detenga.

Leyendas japonesas de terror

El autobús se accidentó y fue encontrado días después con los estudiantes en un trance profundo y espuma en la boca, nadie recuerda lo que sucedió, ni siquiera la historia de Cabeza de vaca.