La parafina es una especie de aceite mineral que sale de un compuesto que viene a su vez del petróleo y del carbón. Su apariencia nos recuerda a la cera de las velas decorativas pero hace unos años sus usos estéticos ganaron cierto protagonismo en los tratamientos cosméticos y de belleza.

Lo normal es encontrarla en tratamientos reductores, reafirmantes y fisioterapéuticos realizados por los profesionales de los centros estéticos.

La parafina

La parafina no huele ni tampoco tiene sabor. Al ser una sustancia inodora, cuenta con la ventaja de se le puede añadir algún aroma para que su percepción sea más agradable. Como hemos dicho anteriormente su uso es muy frecuente en el sector de la estética por contener propiedades altamente hidratantes. La parafina se utiliza en estado líquido, pues su eficacia radica en el calor húmedo que transmite al cuerpo al estar fundida. La parafina se puede adquirir en gel o en bloques para su posterior calentamiento.

Producción de parafina

El proceso de producción de parafina se inicia, por lo general, a partir de una destilación del petróleo, que permite conseguir aceites pesados. Estas sustancias, que se encuentran a alta temperatura por la destilación, son enfriadas hasta que la parafina se cristalice y pueda separarse a través de filtros o de un proceso de centrifugado. Diversas técnicas permitirán después purificar la parafina hasta obtener un producto que puede usarse en diversos ámbitos de la industria. Cabe destacar, de todos modos, que también puede obtenerse parafina a partir del carbón.

Beneficios

Elimina las células muertas

El aceite de parafina sirve para regenerar la piel. Tal es el caso que con su uso, este producto lo que hace es eliminar las células de la piel. Se puede utilizar tanto para hidratar la piel o recuperar zonas que se han agrietado debido a factores externos, a la sequedad o al frío del ambiente.

Calma los dolores musculares

Cuando se masajea la piel con aceite de parafina lo que se está haciendo es que éste penetre mejor en la dermis. Sus propiedades regeneradoras y calmantes suponen también un alivio para aquellas personas que padezcan de dolores musculares y necesiten alivio.

Estimula la circulación

 El aceite de parafina es excelente también para ayudar a aquellas personas que tengan problemas circulatorios. Es muy utilizado por los especialistas médicos y terapeutas físicos, para calentar una parte del cuerpo con las manos. Cuando las manos son sumergidas en una bañera que contiene aceite de parafina, los tejidos de la mano se calientan aprovechándose para someter al paciente a una sesión de terapia más efectiva.

Excelente hidratante

Mantiene la humedad en las capas más profundas de la piel aumentando el flujo sanguíneo, favoreciendo la circulación y manteniendo un aspecto de piel joven y tersa por más tiempo.

Suaviza la piel

Las mascarillas de parafina son ideales para combatir la sequedad y la rigidez porque consiguen un efecto calmante instantáneo tersando la piel, de forma que ésta recupera la suavidad gracias a la apertura de los poros.

Complementa las manicuras y pedicuras

Se utiliza como acabado con el objetivo de optimizar los resultados de manos y pies antes de proceder a su esmaltado.

Contraindicaciones de la parafina

Es importante que sepas que existen algunas contraindicaciones que debes tener en cuenta antes de realizarte un tratamiento de parafina. Si eres una persona que padece diabetes, tienes veras varicosas, es decir varices, o algún tipo de corte o herida en la piel, no es recomendable que te hagas este tipo de tratamiento.

La parafina

Aunque son recomendables para todo tipo de pieles, también debes tener extrema precaución con los tratamientos de parafina en la cara. Los tratamientos en esta zona, solo deben ser llevados a cabo por un profesional, que determinará si las condiciones de la piel son las idóneas para llevar a cabo dicho tratamiento.