Estafa

Otra vez esa maldita voz que les llama a cometer errores. Es que el estafador, es una víctima de su escasa autoestima, su nula valoración personal y algún que otro trauma del pasado, y por ello practica la estafa.

Lo cierto es que es que ellos, bucean por la vida en busca de alguna personita desprevenida, con mucha capacidad personal. Con valores de familia, personas desprendidas de los niveles monetarios que, casi siempre, suelen tener mucha espiritualidad y por ende, confían en los demás porque ven a los otros como su reflejo en las acciones.

¿Para que haya una estafa, debe haber alguien con ganas de ser estafado?

No todo es como te lo cuentan, hay que saber discernir entre el bien, el mas o menos bien, y el mal.

¿Una persona confiada, debe ser estafada? ¿Hay que darle su merecido a aquellas personas que fueron criadas bajo los valores de una familia?

estafa

Tal si fuese un pecado mortal, pareciera que la sociedad se pone a favor del estafador, de aquél que cruelmente y sin miramientos machaca la confianza de una buena persona, la despoja de su trabajo, dinero, y lo que es peor, de la confianza en los demás.

Excusas del estafador

El estafador, siempre encuentra una excusa para justificar su malicioso accionar. Por ejemplo:

El estafado tiene mucho dinero.

No es tan buena persona como todos piensan.

Es demasiado torpe, y alguien debía despabilarlo.

En verdad, estafó al estafador.

Cuanto más corre el rumor, más victimario es estafado, y más víctima es el estafador.

Lo cierto es que, esas personas que se atreven a todo, hasta vender a sus madres, con tal de despojar de algo a sus víctimas, lo hacen porque no pueden manejarse de otra manera. Sus actividades siempre están sujetas a mentir, engañar, dar falso testimonio, y finalmente, huir dejando tras de sí a alguien en la incertidumbre de no entender el por qué.

Características del estafador

Los amigos del engaño, no saben manejarse de otra manera, siempre han estado en situaciones límite, por su bajo rendimiento emocional y cerebral.

Son personas que, aunque parezcan inteligentes y superiores, solo pueden planear una jugada a la vez.

Una vez que tienen en vista a su víctima, harán lo que sea para parecer simples corderitos desesperados de afecto, que desbordan bondad, que aman al prójimo y quieren ayudar a todo el mundo.

Por lo general, llevan un buen discurso sobre Dios y todos los santos.

Concurren a la iglesia, aman a los animales y los niños y su forma de expresión es la de un buda sedado.

Ahora bien, una vez descubiertos en su fechoría, se transforman en un depredador desenfrenado. Y no vacilarán en repartir insultos, agravios y gritos a sus pobres estafados.

Ellos tienen que dar vuelta la escena para parecer las verdaderas víctimas del asunto.

En todo caso, estos criminales de guerra, solo están para hacernos perecer y que no creamos más en nadie. Su accionar es tan devastador, que muchas personas suelen pasar años antes de volver a confiar en alguien, y muchas de ellas, no vuelven a creer en nadie nunca más.

Este tipo de personas son demonios encubiertos en su trajecito de “Madre Teresa”.

Recomendaciones

Lo cierto es que, ellos no existen sin tu dolor. O sea, si uno deja pasar ese mal momento y simplemente se olvida de ellos, no existen.

Y la mejor manera para no caer en el dolor y ser solo víctimas de lo material, es no permitirse caer por estos seres. Ellos no pueden sentir nada, se alimentan de nuestro dolor porque no poseen nada más que eso. Son parásitos, que se arrastran a la deriva, en búsqueda constante de alguien que les proporcione atención, ya que por sí solos, no la pueden generar.

Hay estafas emocionales que no pueden deshacerse tan simplemente, y requieren de terapias y hasta medicación. Alguien que juega con los sentimientos más profundos de una persona no estafa, mata.

Pero eso lo dejaremos para otra oportunidad.

La intención, es que podamos entender que la vida no es dar, recibir, acción y reacción. La vida es un regalo maravilloso que debemos cuidar todos los días.

Y que mejor, que siendo mejores y amando más.

El problema de una estafa es como una bomba, pero una vez que estalla, solo deja esquirlas que perforan el corazón.

Y si dejamos que los sentimientos negativos entren en él, seremos igual que esas personas déspotas.

Si tenemos valores somos mejores, si amamos más somos mejores, si no nos aprovechamos del otro somos mejores, si no pensamos en vengarnos somos mejores, si dejamos el mal trago atrás y seguimos avanzando somos mejores.

Y si somos mejores, no dejemos de serlo.

Reflexión para tu vida.