El espolón calcáneo es un crecimiento del hueso del talón en forma triangular o de lanza. Se produce cuando la fascia plantar (tejido elástico que une el talón con la zona de debajo de los dedos del pie) está sometida a excesiva tracción y sobrecarga generando unas microrroturas en su inserción. Esta parte se calcifica formándose esa especie de «hueso» que provoca un dolor agudo en el talón, como si fuesen pinchazos.

Síntomas

El principal síntoma es el dolor en el talón y la sensación de pisar un clavo. Este dolor es más intenso con los primeros pasos de la mañana y, aunque se calma con reposo, vuelve a aparecer tras volver a apoyar el pie en el suelo o tras la actividad deportiva. Si el trabajo del paciente consiste en cargar peso, puede agravar el dolor.

Espolón calcáneo

Diagnóstico y tratamiento

El espolón se puede diagnosticar con una radiografía lateral del calcáneo, donde se reconoce una protuberancia orientada hacia los dedos y que puede variar entre 1 y 5 mm. No obstante, sería recomendable realizar otras pruebas, como análisis de sangre, para descartar otras enfermedades como artritis reumatoide, espondilitis anquilosante o gota.

Al ser consecuencia, en la mayoría de casos, por una fascitis plantar, el tratamiento para espolones calcáneos plantares sueles pasar por:

Dejar de hacer o disminuir la práctica de actividad física

Terapia física: Que incluye la aplicación de calor, frío o incluso el tratamiento con ultrasonidos (para tratar de disolver las calcificaciones)

Medicamentos: Ya sea mediante la aplicación de vendajes con pomadas de cortisona, anestésicos locales o antiinflamatorios o por la infiltración de dichos medicamentos en la zona afectada

También se recomiendan el uso de taloneras con orificios o, mejor aún, de plantillas personalizadas que sirvan de apoyo y reduzcan la carga soportada por el arco del pie. La cirugía es otro posible tratamiento para los espolones, pero solo debe considerarse si tras unos meses ninguno de los tratamientos anteriores ha dado resultados.

Causas

El espolón calcáneo se produce por una acumulación de calcio, que deriva en la formación de un «hueso», tras soportar un exceso de presión en esa parte del pie durante varios meses. Esta sobrecarga se produce, en la mayoría de ocasiones, por un aumento de tensión de la fascia plantar.

Existen factores que pueden incrementar las probabilidades de aparición de esta patología. Por lo tanto, el espolón calcáneo es más frecuente en personas que:

Tienen el pie muy arqueado o el pie plano.

Sufren sobrepeso.

Corren o practican deporte en superficies muy duras con un calzado inadecuado.

Utilizan zapatos muy duros durante tiempos prolongados.

Todos estos factores pueden propiciar su aparición y generar ese dolor en el talón tan molesto para el día a día que nos impide, en ocasiones, continuar con nuestra rutina.

Personas con mayor riesgo

El espolón calcáneo es más frecuente en personas con sobrepeso u obesidad y partir de la edad media de la vida, ya que con el paso de los años, los tejidos se van desgastando. En concreto, la almohadilla que absorbe los golpes en el talón pierde eficacia con la edad.

También son más propensos a padecer espolón los deportistas que no calientan ni estiran de manera adecuada o que corren o practican deporte en superficies muy duras con un calzado inadecuado. En cualquier caso, también las personas sedentarias pueden padecerlo.

Por último, corren mayor riesgo de espolón calcáneo quienes tienen el pie plano o cavo, así como las personas con tendencia a la pronación, es decir, que la carga del pie tiende a desplazarse en el lado interno al pisar, caminar o correr.

La asociación de causalidad de estos factores de riesgo está aún por establecer y, de hecho, lo que en realidad pueden provocar es una fuerza de tracción continuada y prolongada desde las partes blandas que se insertan en la planta pie y que, en ocasiones, puede conducir a la deformidad del hueso conocida como espolón. Es decir, que el origen de esta afección no está del todo claro.

Tratamientos del espolón

En cuanto a los distintos tratamientos, dependerá del grado de desarrollo de la protuberancia ósea. Pueden ser, unas plantillas especiales (taloneras), analgésicos contra el dolor y reposo, son suficiente para detener los síntomas.

En casos en los que el espolón resulta doloroso en exceso, el tratamiento con ondas de choque, que tratan huesos y tejidos, está dando resultado. También, puede ser necesaria una intervención quirúrgica que elimine la formación ósea causante del dolor.

Tratamientos caseros

Tintura de semilla de aguacate

Esta tintura es fácil y económica siendo muy eficaz para aliviar el dolor.

Ingredientes

1 Semilla de aguacate rallada;

500 ml de alcohol;

4 piedras de alcanfor.

Modo de preparación

En una botella oscura coloque la ralladura de la semilla del aguacate y agregue el alcohol en conjunto con el alcanfor y deje reposar la solución durante 20 días. Remueva diariamente y luego moje un paño o gasa con la tintura y aplique en la región dolorida, dejándolo actuar durante toda la noche.

Mover con la planta del pie afectado una botella llena de agua helada

El hielo siempre es muy beneficioso para bajar la inflamación y reducir el dolor. Eso sí, jamás debes ponerlo directamente sobre piel. Te causaría más daño que alivio. Entonces, lo mejor será que cubras su superficie con un pedazo de tela o toalla. Así evitarás quemaduras.

Dicho esto, conviene explicar, paso a paso, en qué consiste nuestro tercer consejo:

Llena de agua una botella de plástico de litro y medio de capacidad.

Ponla a congelar.

Una vez que el agua contenida en la botella esté bien fría, saca esta última del congelador.

Extiende una toalla en el suelo y pon sobre la botella helada la planta del pie afectado.

Mueve la botella haciéndola girar con el pie como si del movimiento de una rueda se tratara. Mantente haciendo este movimiento durante 15 minutos al menos.

Salvo que tu médico indique lo contrario, podrías hacer este ejercicio dos veces al día. Notarás alivio.

Prevención

Para prevenir el espolón es necesario prevenir antes la fascitis plantar. Para ello se lleva a cabo un estudio minucioso del pie y de la huella plantar; en caso de existir una desestructuración del mismo, se debe realizar un soporte plantar, más conocido como plantilla, la cual debe ser personalizada. Esta plantilla neutralizará cualquier desequilibrio de la pisada y optimizará los apoyos.