Un espasmo del sollozo es un episodio en el que el niño deja de respirar de manera involuntaria y pierde la conciencia durante un breve período inmediatamente después de un episodio atemorizador o inquietante desde el punto de vista emocional o de una experiencia dolorosa.

¿En qué edad sucede?

El primer episodio sucede a edades muy tempranas, tanto como 2 meses de edad, casi siempre alrededor de los 2 años de vida. Con el tiempo desaparecen solos, no necesitan tratamiento, y podemos esperar que sucedan hasta los 6 años de vida, aunque no es habitual que duren tanto

Tipos de espasmos de sollozo

Los espasmos de sollozo difieren en las causas y en sus características:

Los espasmos de sollozo cianóticos se producen cuando un niño deja de respirar y su cara se vuelve de color azul. Estos espasmos suelen estar provocados por algo que produce disgusto en el niño, como que se le reprenda por algo. Los padres que ya han sido testigos de espasmos de sollozo cianóticos saben exactamente cuándo está a punto de producirse uno nuevo, porque la cara del niño empieza a tomar lentamente un tono azul, que puede ir de azul pálido a casi morado.

Los espasmos de sollozo pálidos son menos comunes y más imprevisibles, porque ocurren cuando un niño sufre un susto o un sobresalto repentino (como que alguien le sorprenda viniendo por detrás). A diferencia de los espasmos de sollozo cianóticos, estos niños se quedan pálidos, casi blancos, durante los espasmos. . Los espasmos cianóticos son mucho más frecuentes que los pálidos, y un mismo niño puede presentar los dos tipos de espasmos.

Espasmo de sollozo

Síntomas

Los dos tipos de espasmos provocan que los niños dejen de respirar y pierdan la conciencia durante hasta un minuto. En los casos muy extremos, los niños pueden sufrir convulsiones.

Tras una caída, un golpe, una contrariedad o un enfado, el niño llora o intenta llorar. Después, de repente, deja de respirar y comienza a ponerse poco a poco morado y rígido (espasmo del sollozo cianótico). Si el episodio se alarga más de 10-15 segundos pueden producirse algunas sacudidas, como convulsiones. Finalmente, el niño rompe a llorar o pierde la conciencia brevemente.

Hay otro tipo de espasmos del sollozomenos frecuentes, en los que los niños se quedan pálidos, no morados (espasmo del sollozo pálido). Suelen ocurrir después de un susto o un sobresalto.

Lo espasmos del sollozo producen mucha alarma en las familias. Sin embargo, los niños se recuperan en unos segundos, sin que haga falta hacer nada especial.

¿Qué se debe evitar?

1. Maniobras de reanimación.

2. Golpear o bañar al niño con agua fría.

Existe el riesgo de broncoaspiración y complicaciones pulmonares.

3. No introduzca objetos en su boca ya que puede lesionarla o provocar sofocación.

4. Es muy importante no confundirlo con otras enfermedades convulsivas, evitaren lo posible la administración de medicamentos antiepilépticos.

Causas

No se conoce la causa, aunque la herencia está bastante relacionada con estos episodios. El 35% de los niños que ha sufrido algún episodio tiene, al menos, un familiar al que también le han ocurrido. Por eso muchos papás se preguntan si puede volver a ocurrirle. Puede volver a suceder al cabo de unas horas, o hacerlo de forma muy esporádica a lo largo de los años, o nunca, pero en el caso de que ocurra, siempre lo hará de la misma manera, por lo que puedes identificarlos inmediatamente y actuar.

¿Qué hacer durante el espasmo de sollozo?

Los especialistas recomiendan actuar con calma, sin gritar, golpear o zarandear al niño durante la convulsión. También es muy importante no mostrar ante el menor una preocupación excesiva por estos episodios para no generarle un temor innecesario, o la tentación de provocarse él mismo nuevos episodios.

Hay que estar al lado del niño, acompañarlo durante todo el episodio poniéndolo en un lugar cómodo y seguro para evitar que se golpee. En el espasmo del llanto el niño tiene una forma «anómala» de llorar que no es voluntaria sino que parece ser debida a una dificultad para iniciar el llanto normal ante una situación inesperada. Como si al empezar a llorar bruscamente el llanto se atragantara en la boca.

Si al acabar de llorar el niño obtiene lo que no consiguió antes, su cerebro asociará esta forma de llorar a la forma de conseguir lo que quiere y adquirirá más fácilmente el hábito de llorar así. Si por el contrario, al acabar el episodio, en el que el adulto le habrá acompañado y dado la seguridad física y emocional de que no pasa nada, no le damos más importancia al asunto es muy probable que facilitemos el aprendizaje de un llanto normal y que estos episodios se extingan antes sin favorecer la aparición de berrinches y rabietas que inevitablemente causa la sobreprotección.

¿Cuándo preocuparse?

Si el niño tiene espasmos de forma espontánea sin ninguna causa desencadenante, si tiene convulsiones, si no recobra la conciencia luego de los 30 segundos o si presenta estos episodios cuando está durmiendo, debe acudir al médico inmediatamente.

Consecuencias

No hay ninguna consecuencia que deba preocupar a los padres, más allá del susto que puede suponer ver a los hijos realizar estos movimientos. Además, los niños se recuperan por completo en cada episodio y no existe asociación con ninguna enfermedad. Aquellos con espasmos del sollozo tampoco tienen más riesgo de desarrollar epilepsia, aunque en algunos episodios puedan producirse sacudidas (convulsiones), como en estas crisis.

El único riesgo que hay con los espasmos del llanto es que nuestra actitud los perpetúe. Esto es especialmente probable cuando el llanto está causado por la frustración, es decir la típica rabieta o berrinche porque no consigue lo que quiere. Ante el susto morrocotudo que se llevan los padres lo más fácil, tentador y la respuesta más humana es ceder ante los deseos del niño, «así no le vuelve a pasar más».